/ viernes 3 de marzo de 2023

Tiempos Políticos | Vientos de guerra soplan para Sinaloa

Un cisma por el rompimiento en las relaciones entre el Congreso del Estado y la Universidad Autónoma que hace días se auguró, empezó a atraer las primeras oleadas de vientos de guerra. La aprobación de la Ley de Educación Superior de Sinaloa, que ordenó publicar el gobernador Rubén Rocha Moya para que entrara en vigencia, alzó las banderas universitarias, y quienes las empuñan, preparan una contra ofensiva.

Una reacción que no tardará en causar estragos de inestabilidad política y social a lo largo de la entidad.

Está a prueba, si las autoridades de la UAS podrán convencer a los millares de estudiantes para que salgan a tomar las calles al grito de la protesta y regresar a los tiempos en que la confrontación entre Estado y Casa de Estudios, se centró en riñas casadas y nocivas.

En el que la vía pública se convirtió en un campo de batalla.

O de lo contrario, constatar que aquellas épocas ya pasaron u que todo seguirá su curso.

Por lo pronto ante la difusión del nuevo conjunto de normas que se imputa, vulnera la autonomía de la institución de enseñanza, el rector Jesús Madueña Molina, advirtió que impugnará jurídicamente la resolución de los integrantes de la Cámara de Diputados.

Será el primer paso que permitirá agotar una instancia, que posiblemente no les regrese el estado de cosas que reclaman, aunque es a la que deben de apelar y esperar a que les resuelva algo positivo.

Al interior de la UAS, los llamados a sumarse a la movilización y a la defensa entera se propaga y esa convocatoria se extiende hacia los sectores de padres de familia y de la sociedad que en pasadas acciones, fue parte clave y determinante.

Lo que sí es seguro, es que la gran mayoría de los 17 mil trabajadores académicos, administrativos y de intendencia, así como los investigadores y los miembros de los círculos de autoridad escolar, se agrupan para proteger lo que aseguran, les costó muchos años de lucha y de sacrificios.

Y en esta maniobra que dieron por llamar “Golpe de Estado a la Universidad”, porque los legisladores, principalmente morenistas, incluyeron en uno de sus capítulos que ellos organizarán y convocarán a cualesquier consulta para modificar las leyes orgánicas de las universidades, el diputado Feliciano Castro Meléndrez, actuó con sus vísceras.

Le trae un odio enfermizo a todo lo que suene a Universidad Autónoma de Sinaloa, a pesar de que fungió como maestro y todavía recibe beneficios que lo hacen soberbio y malagradecido.

En medio de todo ello, un desenlace de insospechables magnitudes está por verse en el estado.

Sacude el gobernador a corruptos de la SEPyC.

Ante los soplos de corrupción que se desataron como “Secreto a Voces”, el mandatario sinaloense Rubén Rocha Moya sacudió fuertemente una parte del árbol de la Secretaría de Educación Pública y Cultura, e hizo que cayeran cinco funcionarios a los que les gusta el dinero ajeno.

Las manzanas podridas se soltaron a causa de que el Ejecutivo agitó recio. De las faldas de la planta sucumbieron los primeros, sin embargo, una rama torcida que conduce hasta las copas, señala que la putrefacción proviene de arriba.

Donde se localiza el subsecretario de Educación Básica, Horacio Lora, de quien se rumoran barbaridades. Seguro será el próximo en quedar en el suelo.

Se le descubrió toda una estructura en la dependencia que sub dirige con redes hasta la Secretaría de Finanzas del Gobierno del Estado, que asemejó a la operación de una banda de ladrones bien organizada.

No hay que negar, que las revelaciones de los latrocinios, se lograron en virtud de que el legislador de Morena, mandamás en la SEPyC, opera la embestida contra el subsecretario, por el coraje que le tiene y de quien habla pestes u otras cosas más.

Para limpiarle el camino a Graciela Domínguez Nava, quien también es cuestión de esculcarle tantito para ver que realiza prácticas, que salpicarán de pus a quien le aplaste la llaga.

Un cisma por el rompimiento en las relaciones entre el Congreso del Estado y la Universidad Autónoma que hace días se auguró, empezó a atraer las primeras oleadas de vientos de guerra. La aprobación de la Ley de Educación Superior de Sinaloa, que ordenó publicar el gobernador Rubén Rocha Moya para que entrara en vigencia, alzó las banderas universitarias, y quienes las empuñan, preparan una contra ofensiva.

Una reacción que no tardará en causar estragos de inestabilidad política y social a lo largo de la entidad.

Está a prueba, si las autoridades de la UAS podrán convencer a los millares de estudiantes para que salgan a tomar las calles al grito de la protesta y regresar a los tiempos en que la confrontación entre Estado y Casa de Estudios, se centró en riñas casadas y nocivas.

En el que la vía pública se convirtió en un campo de batalla.

O de lo contrario, constatar que aquellas épocas ya pasaron u que todo seguirá su curso.

Por lo pronto ante la difusión del nuevo conjunto de normas que se imputa, vulnera la autonomía de la institución de enseñanza, el rector Jesús Madueña Molina, advirtió que impugnará jurídicamente la resolución de los integrantes de la Cámara de Diputados.

Será el primer paso que permitirá agotar una instancia, que posiblemente no les regrese el estado de cosas que reclaman, aunque es a la que deben de apelar y esperar a que les resuelva algo positivo.

Al interior de la UAS, los llamados a sumarse a la movilización y a la defensa entera se propaga y esa convocatoria se extiende hacia los sectores de padres de familia y de la sociedad que en pasadas acciones, fue parte clave y determinante.

Lo que sí es seguro, es que la gran mayoría de los 17 mil trabajadores académicos, administrativos y de intendencia, así como los investigadores y los miembros de los círculos de autoridad escolar, se agrupan para proteger lo que aseguran, les costó muchos años de lucha y de sacrificios.

Y en esta maniobra que dieron por llamar “Golpe de Estado a la Universidad”, porque los legisladores, principalmente morenistas, incluyeron en uno de sus capítulos que ellos organizarán y convocarán a cualesquier consulta para modificar las leyes orgánicas de las universidades, el diputado Feliciano Castro Meléndrez, actuó con sus vísceras.

Le trae un odio enfermizo a todo lo que suene a Universidad Autónoma de Sinaloa, a pesar de que fungió como maestro y todavía recibe beneficios que lo hacen soberbio y malagradecido.

En medio de todo ello, un desenlace de insospechables magnitudes está por verse en el estado.

Sacude el gobernador a corruptos de la SEPyC.

Ante los soplos de corrupción que se desataron como “Secreto a Voces”, el mandatario sinaloense Rubén Rocha Moya sacudió fuertemente una parte del árbol de la Secretaría de Educación Pública y Cultura, e hizo que cayeran cinco funcionarios a los que les gusta el dinero ajeno.

Las manzanas podridas se soltaron a causa de que el Ejecutivo agitó recio. De las faldas de la planta sucumbieron los primeros, sin embargo, una rama torcida que conduce hasta las copas, señala que la putrefacción proviene de arriba.

Donde se localiza el subsecretario de Educación Básica, Horacio Lora, de quien se rumoran barbaridades. Seguro será el próximo en quedar en el suelo.

Se le descubrió toda una estructura en la dependencia que sub dirige con redes hasta la Secretaría de Finanzas del Gobierno del Estado, que asemejó a la operación de una banda de ladrones bien organizada.

No hay que negar, que las revelaciones de los latrocinios, se lograron en virtud de que el legislador de Morena, mandamás en la SEPyC, opera la embestida contra el subsecretario, por el coraje que le tiene y de quien habla pestes u otras cosas más.

Para limpiarle el camino a Graciela Domínguez Nava, quien también es cuestión de esculcarle tantito para ver que realiza prácticas, que salpicarán de pus a quien le aplaste la llaga.