/ lunes 8 de agosto de 2022

Tiempos políticos | Los claroscuros en el regreso en la Semanera

Es casi seguro que el gobernador Rubén Rocha Moya reaparezca este lunes en la agenda pública de trabajo, que lo sacó de cuadro ocho días, precisamente cuando el periodo vacacional entró en su etapa más copiosa. Posiblemente sea la figura principal de la conferencia Semanera, que lo llevará a reflexionar sobre el asesinato del subdirector de la Policía Municipal de Culiacán, Juan Miguel Silva, que hombres armados consumaron el sábado.

En ese escenario del retorno, deberá echar luz a esos claro oscuros que evidentemente representan un serio mensaje para la autoridad, por la facilidad con que el grupo de pistoleros sometió a los escoltas policiales y perpetró el crimen de un jefe, que apenas una horas antes recibió el nombramiento.

Fue el sello de una advertencia. Probablemente de “un no te metas” o de que alguien no lo quería en el cargo de la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal, que es en realidad el verdadero brazo operativo del Gobierno de Culiacán.

Abre una caja de sospechas que también el atentado en que se privó de la vida al funcionario, se dio ante la recién asunción de la titularidad de la SSPyTM, el Mayor de la Policía Militar, Pedro César Rojas Ibarra, a quien el alcalde Juan de Dios Gámez previó que contribuiría a acabar con las fallas en la prevención de los delitos, pero resultó que le comenzaron a matar a sus colaboradores de nivel.

Algo no anda bien.

De regreso a sus actividades el Oriundo de Batequitas, Badiraguato, exigirá cuentas a sus colaboradores, y que cimbrará más, entre aquellos que están en la cuerda floja.

Tras su ausencia de ocho días, los funcionarios estuvieron bajo estricta observación, y le tocó al Secretario General de Gobierno, Enrique Inzunza Cázares, sostener el bordón de mando. No tenía por qué despegar su mano de la vara del poder.

Algunos se “hicieron ojo de hormiga” y se entregaron a los placeres, como lo hacen “los ratones, cuando no está el gato”. Pero hay un reporte hecho.

Los que no tuvieron chance de salir a vacacionar fueron precisamente los titulares de la Secretaría de Obras Públicas y el del Instituto Sinaloense para la Infraestructura Federal Educativa. José Luis Zavala Cabanillas y Hugo Echave Meneses, respectivamente, anduvieron de un lado a otro y de arriba abajo.

Las lluvias que ocasionaron daños a caminos, carreteras y calles. Y el alto número de escuelas y de exigencias de los padres de familia y de los maestros en grado de destrucción, los mantuvieron ocupados.

Hoy, fin a la accidentada elección sindical del ISSSTE.

Este día, más de 2 mil miembros del Sindicato Nacional de Trabajadores del ISSSTE concurrirán a elegir a quien los dirigirá en los próximos cinco años. El proceso electoral advierte que registrará una tendencia que permitirá romper las resistencias de quienes representan los viejos moldes, las prácticas nocivas y la podredumbre que estilaron ejercer en los tiempos nefastos algunos personajes del Partido Revolucionario Institucional.

Entre esas antiguas estructuras, está la todavía lideresa María Elena Rubio Aldana que a base de chapuzas intenta dejar heredera a la candidata oficial y ex Secretaria de Conflictos, Oneyda Quintero Castillo, de la Planilla Morada, y sobre quienes recaen un cúmulo de sospechas de graves irregularidades en detrimento de la clase trabajadora.

Sin embargo, los sectores mayoritarios del gremio, se “sacaron un carta debajo de la manga”. No es un as, pero es una sota que encarna la enfermera con más de 35 años de servicio que lleva por nombre Graciela Robledo Soto a la que le dieron un valor de cuatro piezas de naipe juntas.

Por ello, otros tres aspirantes que deseaban participar en el suceso, le dejaron el campo abierto cuando supieron que esta dama se atrevió a pintarse el rostro con colores que se usan para ir a la guerra sindical. Resolvió presidir la planilla Roja, que realizó una campaña intensa, limpia y por la dignidad de las familias trabajadoras. Sin duda, logrará la victoria en la jornada electoral por la Sección XXX.

Arcelia Prado, una ambiciosa directiva en capilla.

Aproximadamente en ocho días, la convocatoria para renovar la dirigencia de la Sección 44 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Salud, se liberará y con esta acelerarán su movimiento los demonios del pasado que se niegan a partir al no comprender que se viven nuevos tiempos.

De esa legión, Arcelia Prado ya busca se cuarta reelección como operadora de las riendas de la organización sindican, cosa que le debe a su por demás milimétrica cercanía al vetusto representante de la Federación de Sindicato de Trabajadores al Servicio del Estado en la República Mexicana en el país, Joel Ayala Almeida y al priista navolatense, Alfredo Villegas Arriola, que son los titiriteros especialistas en maniobrar los hilos de los muñecos que carecen de vida propia.

Como parte de la jugarreta para la confusión de los militantes, a la contienda se prepara Miriam Ramírez, quien cuenta con el respaldo incondicional al parecer de dos del subsecretarios de Salud del Gobierno del Estado, Alberto Quintero Pérez y Julio César Quintero, aunque entre los socios se le identifica como una aspirante oficial que haría las veces de un plan “B” o de emergencia.

Empero, no todo está perdido en este suceso que se prepara y en que los ánimos de la clase trabajadora claman cambios verdaderos. Víctor Garza, pudiera marcar la diferencia entre las dos mujeres que son harina del mismo costal y que van en busca del botín sin que les interese la defensa de las auténticas prestaciones.

Es una persona que piensa y actúa diferente. Figura como la única esperanza para restaurar los derechos mayoritarios.

Es casi seguro que el gobernador Rubén Rocha Moya reaparezca este lunes en la agenda pública de trabajo, que lo sacó de cuadro ocho días, precisamente cuando el periodo vacacional entró en su etapa más copiosa. Posiblemente sea la figura principal de la conferencia Semanera, que lo llevará a reflexionar sobre el asesinato del subdirector de la Policía Municipal de Culiacán, Juan Miguel Silva, que hombres armados consumaron el sábado.

En ese escenario del retorno, deberá echar luz a esos claro oscuros que evidentemente representan un serio mensaje para la autoridad, por la facilidad con que el grupo de pistoleros sometió a los escoltas policiales y perpetró el crimen de un jefe, que apenas una horas antes recibió el nombramiento.

Fue el sello de una advertencia. Probablemente de “un no te metas” o de que alguien no lo quería en el cargo de la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal, que es en realidad el verdadero brazo operativo del Gobierno de Culiacán.

Abre una caja de sospechas que también el atentado en que se privó de la vida al funcionario, se dio ante la recién asunción de la titularidad de la SSPyTM, el Mayor de la Policía Militar, Pedro César Rojas Ibarra, a quien el alcalde Juan de Dios Gámez previó que contribuiría a acabar con las fallas en la prevención de los delitos, pero resultó que le comenzaron a matar a sus colaboradores de nivel.

Algo no anda bien.

De regreso a sus actividades el Oriundo de Batequitas, Badiraguato, exigirá cuentas a sus colaboradores, y que cimbrará más, entre aquellos que están en la cuerda floja.

Tras su ausencia de ocho días, los funcionarios estuvieron bajo estricta observación, y le tocó al Secretario General de Gobierno, Enrique Inzunza Cázares, sostener el bordón de mando. No tenía por qué despegar su mano de la vara del poder.

Algunos se “hicieron ojo de hormiga” y se entregaron a los placeres, como lo hacen “los ratones, cuando no está el gato”. Pero hay un reporte hecho.

Los que no tuvieron chance de salir a vacacionar fueron precisamente los titulares de la Secretaría de Obras Públicas y el del Instituto Sinaloense para la Infraestructura Federal Educativa. José Luis Zavala Cabanillas y Hugo Echave Meneses, respectivamente, anduvieron de un lado a otro y de arriba abajo.

Las lluvias que ocasionaron daños a caminos, carreteras y calles. Y el alto número de escuelas y de exigencias de los padres de familia y de los maestros en grado de destrucción, los mantuvieron ocupados.

Hoy, fin a la accidentada elección sindical del ISSSTE.

Este día, más de 2 mil miembros del Sindicato Nacional de Trabajadores del ISSSTE concurrirán a elegir a quien los dirigirá en los próximos cinco años. El proceso electoral advierte que registrará una tendencia que permitirá romper las resistencias de quienes representan los viejos moldes, las prácticas nocivas y la podredumbre que estilaron ejercer en los tiempos nefastos algunos personajes del Partido Revolucionario Institucional.

Entre esas antiguas estructuras, está la todavía lideresa María Elena Rubio Aldana que a base de chapuzas intenta dejar heredera a la candidata oficial y ex Secretaria de Conflictos, Oneyda Quintero Castillo, de la Planilla Morada, y sobre quienes recaen un cúmulo de sospechas de graves irregularidades en detrimento de la clase trabajadora.

Sin embargo, los sectores mayoritarios del gremio, se “sacaron un carta debajo de la manga”. No es un as, pero es una sota que encarna la enfermera con más de 35 años de servicio que lleva por nombre Graciela Robledo Soto a la que le dieron un valor de cuatro piezas de naipe juntas.

Por ello, otros tres aspirantes que deseaban participar en el suceso, le dejaron el campo abierto cuando supieron que esta dama se atrevió a pintarse el rostro con colores que se usan para ir a la guerra sindical. Resolvió presidir la planilla Roja, que realizó una campaña intensa, limpia y por la dignidad de las familias trabajadoras. Sin duda, logrará la victoria en la jornada electoral por la Sección XXX.

Arcelia Prado, una ambiciosa directiva en capilla.

Aproximadamente en ocho días, la convocatoria para renovar la dirigencia de la Sección 44 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Salud, se liberará y con esta acelerarán su movimiento los demonios del pasado que se niegan a partir al no comprender que se viven nuevos tiempos.

De esa legión, Arcelia Prado ya busca se cuarta reelección como operadora de las riendas de la organización sindican, cosa que le debe a su por demás milimétrica cercanía al vetusto representante de la Federación de Sindicato de Trabajadores al Servicio del Estado en la República Mexicana en el país, Joel Ayala Almeida y al priista navolatense, Alfredo Villegas Arriola, que son los titiriteros especialistas en maniobrar los hilos de los muñecos que carecen de vida propia.

Como parte de la jugarreta para la confusión de los militantes, a la contienda se prepara Miriam Ramírez, quien cuenta con el respaldo incondicional al parecer de dos del subsecretarios de Salud del Gobierno del Estado, Alberto Quintero Pérez y Julio César Quintero, aunque entre los socios se le identifica como una aspirante oficial que haría las veces de un plan “B” o de emergencia.

Empero, no todo está perdido en este suceso que se prepara y en que los ánimos de la clase trabajadora claman cambios verdaderos. Víctor Garza, pudiera marcar la diferencia entre las dos mujeres que son harina del mismo costal y que van en busca del botín sin que les interese la defensa de las auténticas prestaciones.

Es una persona que piensa y actúa diferente. Figura como la única esperanza para restaurar los derechos mayoritarios.