No hay ninguna diferencia entre los dirigentes mexicanos y sinaloenses de Morena que condenan las alianzas de sus opositores, y que sin honra, claman para que en Nuevo León, su candidata a la gubernatura sea la priista Clara Luz Flores, que junto con su esposo, completan cinco periodos en la alcaldía de Mariano Escobedo. El partido dominante, arrastra los mismos errores.
Prefirió a la cabeza que emprendió un próspero negocio de familia en uno de los ayuntamientos más ricos de la República Mexicana, que mandar a un militante de esos que aparentan defender su identidad partidista.
No hay un sello distintivo que los caracterice, mucho menos honor y ni una respuesta seria cuando la gente se pregunta porqué no lanzaron a Tatiana Clouthier, para que como morenista estuviera en la competencia y perdiera con decoro. Para que sacara la casta de la dignidad.
Por el contrario, se aprestan a decir que ganaron con una militante del PRI, pero con mucha vergüenza porque no tuvieron cuadros.
¿Qué ironía?
¿Qué la guerra de años de la izquierda nacional y del Presidente Andrés Manuel López Obrador no fue por derrocar al priismo, a la corrupción que acusa y la impunidad rampante?
El absurdo que resolvió el directivo del morenismo, Mario Delgado lo basó en que la hija de Manuel Clouthier del Rincón salió muy abajo en las encuestas y la derrumbarían el seis de junio Luis Donaldo Colosio Riojas o Samuel García de Movimiento Ciudadano.
De cualquier manera, no se levantará con la corona Movimiento de Regeneración Nacional, sino una priista de carrera. De hueso tricolor.
¿En qué parte está lo distinto al resto de las fuerzas políticas?
Es muy probable que en Sinaloa un personaje con trayectoria del Revolucionario Institucional, se convierta próximamente en el abanderado al Gobierno local. Esto, si Imelda Castro depone las armas en la competencia en la que señales diversas la apuntan como una de las más cercanas.
Sin embargo, hay un proceso plagado de errores. Para despistar o por ingenuidad política, para lo que se antoja muy remota esta última versión.
Porque primero, pusieron en marcha una encuesta –del 15 pasado al 15 del mes en curso-, y tiempo después liberaron la convocatoria que regula el proceso, pero algo calcularon mal que se la reventaron.
En la entidad nuevoleonesa buscaron una imposición de golpe. Y en nuestro territorio no les dieron las cuentas. Las cifras de los sondeos iniciales confidenciales las escondieron y pidieron a los aspirantes a que no solicitaran licencia como lo anticiparon. Sospechosamente se alargó el suceso que arrojará resultados hasta enero.
Cuando con los primeros pronósticos se moldearían los registros que se programaron para el sábado en base a los niveles que lograra cada uno de los prospectos. Al darle hoy una vuelta de 180 grados, cambiaron el sentido del mecanismo y comenzarán por aceptar una lista a la que se le reaplicará la encuesta. Esa que quedó a medias porque no había convocatoria o porque los datos preliminares causaron que les tronara el plan como “cohete en la mano”.
Tras todo esto, es indispensable reflexionar que están mal o no son saludables para los electores que pretenden opciones diferentes, las uniones que se piensan entre el PRI-PAN-PRD, al mostrar que quieren el poder por el poder.
Pero, ¿qué autoridad política y moral tienen los de Morena para criticar una manera de ser y de actuar que es idéntica a la de ellos?
Es la bajeza pura de la política mal entendida. En la que no importan ni la militancia ni los ciudadanos.
