/ martes 29 de octubre de 2019

Rea, Campa y Murillo, por la Sección 27

Al materializarse la toma de las estructuras del poder por el Gobierno Federal que hizo caer a viejos caciques sindicales como Carlos Romero Deschamps y Joel Ayala Almeida, quienes ocasionarán un efecto dominó para Alfonso Cepeda en el SNTE mexicano, a nivel Sinaloa, Carlos Rea, Sergio Campa y Joaquín Murillo, se preparan para destronar a Edén Inzunza Bernal de la secretaría general de la Sección 27.

Para el proceso que se estila realizarlo en los primeros días de la segunda quincena de diciembre, comenzó a acercar al propósito al primero en discordia, quien desde Navolato, en las elecciones pasadas le negaron su participación, dado que como parte de la aguerrida Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, tras su “destape” atrajo simpatías que crecieron como una “bola de nieve”.

En los últimos dos meses, previos al congreso en que se sustituyó a Salomé Rodríguez Manjarrez, el profesor se convirtió en un peligro para todas las corrientes que le rendían pleitesía a Juan Díaz de la Torre, a causa del hartazgo de los socios.

En su nueva pretensión de llegar a la directiva, Carlos Rea tiene crecientes posibilidades y el grupo que lo cobija, despliega toda una fuerza de relanzamiento. Enseguida, el guasavense Sergio Campa, quien cuenta con el respaldo de activos que también militan en la Asociación Maestros por México, ejecuta un trabajo de fondo.

Aunque formó parte del Comité Seccional, en compañía de otras figuras sobresalientes, fue uno de los que opuso resistencia a Edén Inzunza Bernal, que asumió un rol de comodidad al abandonar a los mentores a su suerte y a los que las autoridades estatales y federales les pisotearon sus derechos y le cancelaron algunas conquistas, sin que el todavía jefe de ornato levantar un dedo para defenderlos.

A ellos se les suma un tercero que igualmente estuvo en las proximidades de lograr la Secretaría. Es Joaquín Murillo. Cuenta con una amplia trayectoria en cuestiones sindicales.

Tiene el apoyo de algunos segmentos del magisterio activo federalizado y lleva a cabo una labor silenciosa pero firme.

Goza de relaciones en las altas esferas políticas y laborales que se mueven en la Ciudad de México y algunos de sus seguidores argumentan, que ya es hora de que lo elijan como autoridad.

Existe otro navolatense que es el diputado federal por Morena. Fernando García Hernández ya reveló sus intenciones. Sin embargo, su convivencia política tiene mucho más apego con la bancada priista y especialmente con Alfredo Villegas, circunstancia que no miran con “buenos ojos” los maestros.

Además, Rosa Elvira Ceballos, podría estar en la jugada por indicaciones de Fernando González, directivo en el país de Redes Sociales Progresistas. Pero no se le ve tan dinámica como debiera estar.

En tanto que el aún secretario general, Edén Inzunza Bernal como sabe que no tiene muchas probabilidades, comenzó a alentar a uno de sus maleteros para no perder la esperanza de que le cubra las espaldas cuando lo persigan las líneas de las investigaciones que se vendrán sobre las irregularidades financieras, que ya engrosan un expediente negro rumbo hacia los tribunales del ramo penal.

Por lo pronto, la disputa está avanzada.

Al materializarse la toma de las estructuras del poder por el Gobierno Federal que hizo caer a viejos caciques sindicales como Carlos Romero Deschamps y Joel Ayala Almeida, quienes ocasionarán un efecto dominó para Alfonso Cepeda en el SNTE mexicano, a nivel Sinaloa, Carlos Rea, Sergio Campa y Joaquín Murillo, se preparan para destronar a Edén Inzunza Bernal de la secretaría general de la Sección 27.

Para el proceso que se estila realizarlo en los primeros días de la segunda quincena de diciembre, comenzó a acercar al propósito al primero en discordia, quien desde Navolato, en las elecciones pasadas le negaron su participación, dado que como parte de la aguerrida Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, tras su “destape” atrajo simpatías que crecieron como una “bola de nieve”.

En los últimos dos meses, previos al congreso en que se sustituyó a Salomé Rodríguez Manjarrez, el profesor se convirtió en un peligro para todas las corrientes que le rendían pleitesía a Juan Díaz de la Torre, a causa del hartazgo de los socios.

En su nueva pretensión de llegar a la directiva, Carlos Rea tiene crecientes posibilidades y el grupo que lo cobija, despliega toda una fuerza de relanzamiento. Enseguida, el guasavense Sergio Campa, quien cuenta con el respaldo de activos que también militan en la Asociación Maestros por México, ejecuta un trabajo de fondo.

Aunque formó parte del Comité Seccional, en compañía de otras figuras sobresalientes, fue uno de los que opuso resistencia a Edén Inzunza Bernal, que asumió un rol de comodidad al abandonar a los mentores a su suerte y a los que las autoridades estatales y federales les pisotearon sus derechos y le cancelaron algunas conquistas, sin que el todavía jefe de ornato levantar un dedo para defenderlos.

A ellos se les suma un tercero que igualmente estuvo en las proximidades de lograr la Secretaría. Es Joaquín Murillo. Cuenta con una amplia trayectoria en cuestiones sindicales.

Tiene el apoyo de algunos segmentos del magisterio activo federalizado y lleva a cabo una labor silenciosa pero firme.

Goza de relaciones en las altas esferas políticas y laborales que se mueven en la Ciudad de México y algunos de sus seguidores argumentan, que ya es hora de que lo elijan como autoridad.

Existe otro navolatense que es el diputado federal por Morena. Fernando García Hernández ya reveló sus intenciones. Sin embargo, su convivencia política tiene mucho más apego con la bancada priista y especialmente con Alfredo Villegas, circunstancia que no miran con “buenos ojos” los maestros.

Además, Rosa Elvira Ceballos, podría estar en la jugada por indicaciones de Fernando González, directivo en el país de Redes Sociales Progresistas. Pero no se le ve tan dinámica como debiera estar.

En tanto que el aún secretario general, Edén Inzunza Bernal como sabe que no tiene muchas probabilidades, comenzó a alentar a uno de sus maleteros para no perder la esperanza de que le cubra las espaldas cuando lo persigan las líneas de las investigaciones que se vendrán sobre las irregularidades financieras, que ya engrosan un expediente negro rumbo hacia los tribunales del ramo penal.

Por lo pronto, la disputa está avanzada.