/ lunes 29 de julio de 2019

Morena va por la cabeza de dos ex alcaldes

Si los pactos bajo las sombras que se portaron como hábitos para cubrir el fango en el mal uso de los recursos financieros durante más de medio siglo no operan, la mayoría morenista en el Congreso del Estado, arrojaría los primeros indicios de que antes del 31 de octubre próximo, iría por la cabeza de uno o dos de los alcaldes priistas a los que dictaminaron el rechazo de los informes de las cuentas públicas del 2017.

Esto si no se apegan a las componendas, que entre los sinaloenses se apuesta que predominarán con los grupos del Partido Revolucionario Institucional.

La señal más inequívoca es la que lanzaron el jueves 25 de los corrientes donde la confrontación, sacó chispas entre los que se subieron a la tribuna de uno y otro bando para hablar en contra o a favor de esos proyectos que les envió a su vez la Auditoria Superior del Estado.

Fue en ese marco, donde se percibió que los legisladores de Morena, traen una línea para atender lo que en campaña tanto esgrimieron: el combate a la corrupción y a la impunidad.

Y en la instrucción específica, es de suponerse por lo que se rumoró, llevarán hasta la rejilla de prácticas de los juzgados que se localizan contiguos a las celdas de la Penitenciaría de Aguaruto –como se le conoce, aunque en cada sexenio la bauticen con nombres más rimbombantes que nade tienen que ver con la realidad que adentro sucede- a más de un edil.

La orden viene desde arriba para someter al imperio de la ley a quien se le prueben graves irregularidades en la administración de los dineros públicos. Ese es el motivo de peso para no dejar pasar por alto las observaciones que se hicieron a cada caso.

Y, sobre todo, para que se entienda que las cosas van en serio.

¿Por qué se le puso una rayita al caso del edil de Culiacán, Jesús Valdez Palazuelos?

Porque se afirma que por ahí van a reventar el primer ejemplo de que se actuará penalmente para obtener dividendos políticos y sociales. Además, porque en los documentos que comenzaron a revisar, brotaron las primeras gotas de pus.

Los legisladores tienen en sus manos, una especie de un expediente negro del presidente estatal del PRI, relativos a operaciones de compras que se inflaron en nivel estratosféricos los costos. O de triangulaciones de transferencias bancarias que se materializaron a favor de dos empresas, cuyos aparentes dueños o representantes, revelan que a ellos no les tocó ningún peso.

En estas transacciones, no pudo ocultarse la adquisición un software de 500 mil pesos, que sin un complemento que lo haga especial o más eficaz, rebasó los límites de la prudencia y se convirtió en la mejor evidencia de que las cosas, Jesús Valdez Palazuelos, no las hizo bien o no quiso actuar como debería ser. Este programador de informática

Todo apunta que será el primero de los ex munícipes al que sacudirán las cuentas pendientes.

El invitado de piedra en el Congreso.

En el recinto legislativo, el polémico Jesús Manuel Valenzuela que gobernó en tres ocasiones el municipio de Angostura, actúa como un invitado de piedra. Como que se acabó el “Loco Chenel”. Ya no habla, no oye y hace como que no mira.

Probablemente son los años que lo comenzaron a pesar o también, el brincar de un partido a otro que lo llenaron de descrédito.

Solo y sin un organismo partidista que lo proteja, el angosturense está a expensas de sumarse hacia dónde va la cargada.

Si los pactos bajo las sombras que se portaron como hábitos para cubrir el fango en el mal uso de los recursos financieros durante más de medio siglo no operan, la mayoría morenista en el Congreso del Estado, arrojaría los primeros indicios de que antes del 31 de octubre próximo, iría por la cabeza de uno o dos de los alcaldes priistas a los que dictaminaron el rechazo de los informes de las cuentas públicas del 2017.

Esto si no se apegan a las componendas, que entre los sinaloenses se apuesta que predominarán con los grupos del Partido Revolucionario Institucional.

La señal más inequívoca es la que lanzaron el jueves 25 de los corrientes donde la confrontación, sacó chispas entre los que se subieron a la tribuna de uno y otro bando para hablar en contra o a favor de esos proyectos que les envió a su vez la Auditoria Superior del Estado.

Fue en ese marco, donde se percibió que los legisladores de Morena, traen una línea para atender lo que en campaña tanto esgrimieron: el combate a la corrupción y a la impunidad.

Y en la instrucción específica, es de suponerse por lo que se rumoró, llevarán hasta la rejilla de prácticas de los juzgados que se localizan contiguos a las celdas de la Penitenciaría de Aguaruto –como se le conoce, aunque en cada sexenio la bauticen con nombres más rimbombantes que nade tienen que ver con la realidad que adentro sucede- a más de un edil.

La orden viene desde arriba para someter al imperio de la ley a quien se le prueben graves irregularidades en la administración de los dineros públicos. Ese es el motivo de peso para no dejar pasar por alto las observaciones que se hicieron a cada caso.

Y, sobre todo, para que se entienda que las cosas van en serio.

¿Por qué se le puso una rayita al caso del edil de Culiacán, Jesús Valdez Palazuelos?

Porque se afirma que por ahí van a reventar el primer ejemplo de que se actuará penalmente para obtener dividendos políticos y sociales. Además, porque en los documentos que comenzaron a revisar, brotaron las primeras gotas de pus.

Los legisladores tienen en sus manos, una especie de un expediente negro del presidente estatal del PRI, relativos a operaciones de compras que se inflaron en nivel estratosféricos los costos. O de triangulaciones de transferencias bancarias que se materializaron a favor de dos empresas, cuyos aparentes dueños o representantes, revelan que a ellos no les tocó ningún peso.

En estas transacciones, no pudo ocultarse la adquisición un software de 500 mil pesos, que sin un complemento que lo haga especial o más eficaz, rebasó los límites de la prudencia y se convirtió en la mejor evidencia de que las cosas, Jesús Valdez Palazuelos, no las hizo bien o no quiso actuar como debería ser. Este programador de informática

Todo apunta que será el primero de los ex munícipes al que sacudirán las cuentas pendientes.

El invitado de piedra en el Congreso.

En el recinto legislativo, el polémico Jesús Manuel Valenzuela que gobernó en tres ocasiones el municipio de Angostura, actúa como un invitado de piedra. Como que se acabó el “Loco Chenel”. Ya no habla, no oye y hace como que no mira.

Probablemente son los años que lo comenzaron a pesar o también, el brincar de un partido a otro que lo llenaron de descrédito.

Solo y sin un organismo partidista que lo proteja, el angosturense está a expensas de sumarse hacia dónde va la cargada.