/ jueves 4 de noviembre de 2021

Los vicios que acecha al nuevo gobierno

Al entrar a su tercer día de camino, el gobernador Rubén Rocha Moya que lleva las riendas de la carreta, empezó a acomodar las piezas de la segunda y tercera cama de calabazas al dar posesión en las subsecretarías y direcciones que son vitales para el ejercicio público, a hombres y mujeres que presentó como nuevos rostros y otros que presumen de experiencia, pero que deberán superar o de hundirse en el reto de no robar, no mentir y no traicionar.

Porque cuidar de que no se alejen de los principios de la Cuarta Transformación, es una tarea compleja que recae en los secretarios, cabezas centrales de las áreas que les encomendaron y que a su vez, vigilarán también los sinaloenses.

¿Cómo le hará –por ejemplo-, José Luis Zavala Cabanillas, que dirige la Secretarías de Obras Públicas para cerrar el paso a las tentaciones en un sistema que por décadas sobrevivió viciado entre las autoridades y las constructores privados, a través del famoso y siniestro “moche” para lograr la entrega de obra pública?

En primer lugar, se enfrenta a un sistema funesto en el que difícilmente podrá romper resistencias al implantarse una relación de “ganas tú y gano yo a como dé lugar”.

¿Traerá en manos una estrategia definida o comenzará a pensar en elaborar un plan al respecto?

Lo más seguro, es que encuentre igualmente obstinaciones para que no cambie el estado de cosas, los empresarios con más poderío financiero, querrán comerse a los más débiles. Asi los acostumbraron.

El juego es de muchos millones de pesos y además sus unidades empresariales son un negocio. El sentido humando, lo dejan para un después que nunca llega.

¿Qué táctica desenvolverá para impedir que amigos y familiares del poder en turno, no lo rebasen?

De momento se ignora. Sin embargo, debe contar con una mano zurda o con una salida política para que no se repitan las prácticas nocivas, que todavía en el sexenio anterior reciente, los mismos dueños de constructoras, denunciaron.

El riesgo es que la obra pública, constituye el rostro amable y de desarrollo de todas las administraciones estatales y municipales, aunque igualmente, el botín que ocasiona pugnas y desencuentros entre los de afuera y los de adentro.

Empero, la alta responsabilidad y la estricta vigilancia de los recursos económicos, la tienen todos los secretarios, subsecretarios, directores, jefes y hasta el más modesto empleado. Deberán ser muy meticulosos para que no los manche la posibilidad de incurrir en lo que sería desde un conflicto de intereses, una mentira, una deslealtad o un mal manejo de los dineros.

Porque todos están a prueba.

Gerardo, bajo la lupa en Ahome

Tras instalarse los gobiernos de los 18 municipios el primero de enero, el de Gerardo Vargas Landeros, de Ahome, está llamado a esforzarse para ser el mejor de los alcaldes. La plaza que es grande, fue en una época una de las más atractivas tanto para vivir como para invertir a nivel país, le aporta una ventaja ante el resto de los munícipes.

Pero también un reto de reivindicar esa categoría que las autoridades federales le adjudicaron.

Es indiscutible que ya se les adelantó en el camino a sus homólogos sinaloenses que se dispersan en las municipalidades. Desde antes de asumir, emprendió gestiones ante los diferentes responsables de áreas del Gobierno Federal, ante los que abrió puertas y ventanas para tratar temas de urgencia por atender.

Y les sacó compromisos y acuerdos

De principio, el ex secretario general de Gobierno del Estado, designó a un gabinete equilibrado y con experiencia. Conjugó la juventud que genera energía con la madurez de quienes saben de la administración pública. Al que su historial los avala incuestionablemente.

Antes de tomar las riendas del centro de poder ahomense, Gerardo Vargas Landeros amansó las aguas que pudieron desbordarse en algún momento a causa de las elecciones recientes y fumó la “pipa de la paz” con todos los líderes sociales y políticos.

Todos, coincidieron en trabajar por las familias de este municipio. Alli en esos encuentros le dio vuelta a la página electoral.

Por su años de nado en los revoltosos mares de la política, es evidente que su nivel de operador le dá para seguir hacia arriba en un proyecto que respaldan también muchos pobladores de Sinaloa. Mira hacia el 2024 y el 2027.

Al entrar a su tercer día de camino, el gobernador Rubén Rocha Moya que lleva las riendas de la carreta, empezó a acomodar las piezas de la segunda y tercera cama de calabazas al dar posesión en las subsecretarías y direcciones que son vitales para el ejercicio público, a hombres y mujeres que presentó como nuevos rostros y otros que presumen de experiencia, pero que deberán superar o de hundirse en el reto de no robar, no mentir y no traicionar.

Porque cuidar de que no se alejen de los principios de la Cuarta Transformación, es una tarea compleja que recae en los secretarios, cabezas centrales de las áreas que les encomendaron y que a su vez, vigilarán también los sinaloenses.

¿Cómo le hará –por ejemplo-, José Luis Zavala Cabanillas, que dirige la Secretarías de Obras Públicas para cerrar el paso a las tentaciones en un sistema que por décadas sobrevivió viciado entre las autoridades y las constructores privados, a través del famoso y siniestro “moche” para lograr la entrega de obra pública?

En primer lugar, se enfrenta a un sistema funesto en el que difícilmente podrá romper resistencias al implantarse una relación de “ganas tú y gano yo a como dé lugar”.

¿Traerá en manos una estrategia definida o comenzará a pensar en elaborar un plan al respecto?

Lo más seguro, es que encuentre igualmente obstinaciones para que no cambie el estado de cosas, los empresarios con más poderío financiero, querrán comerse a los más débiles. Asi los acostumbraron.

El juego es de muchos millones de pesos y además sus unidades empresariales son un negocio. El sentido humando, lo dejan para un después que nunca llega.

¿Qué táctica desenvolverá para impedir que amigos y familiares del poder en turno, no lo rebasen?

De momento se ignora. Sin embargo, debe contar con una mano zurda o con una salida política para que no se repitan las prácticas nocivas, que todavía en el sexenio anterior reciente, los mismos dueños de constructoras, denunciaron.

El riesgo es que la obra pública, constituye el rostro amable y de desarrollo de todas las administraciones estatales y municipales, aunque igualmente, el botín que ocasiona pugnas y desencuentros entre los de afuera y los de adentro.

Empero, la alta responsabilidad y la estricta vigilancia de los recursos económicos, la tienen todos los secretarios, subsecretarios, directores, jefes y hasta el más modesto empleado. Deberán ser muy meticulosos para que no los manche la posibilidad de incurrir en lo que sería desde un conflicto de intereses, una mentira, una deslealtad o un mal manejo de los dineros.

Porque todos están a prueba.

Gerardo, bajo la lupa en Ahome

Tras instalarse los gobiernos de los 18 municipios el primero de enero, el de Gerardo Vargas Landeros, de Ahome, está llamado a esforzarse para ser el mejor de los alcaldes. La plaza que es grande, fue en una época una de las más atractivas tanto para vivir como para invertir a nivel país, le aporta una ventaja ante el resto de los munícipes.

Pero también un reto de reivindicar esa categoría que las autoridades federales le adjudicaron.

Es indiscutible que ya se les adelantó en el camino a sus homólogos sinaloenses que se dispersan en las municipalidades. Desde antes de asumir, emprendió gestiones ante los diferentes responsables de áreas del Gobierno Federal, ante los que abrió puertas y ventanas para tratar temas de urgencia por atender.

Y les sacó compromisos y acuerdos

De principio, el ex secretario general de Gobierno del Estado, designó a un gabinete equilibrado y con experiencia. Conjugó la juventud que genera energía con la madurez de quienes saben de la administración pública. Al que su historial los avala incuestionablemente.

Antes de tomar las riendas del centro de poder ahomense, Gerardo Vargas Landeros amansó las aguas que pudieron desbordarse en algún momento a causa de las elecciones recientes y fumó la “pipa de la paz” con todos los líderes sociales y políticos.

Todos, coincidieron en trabajar por las familias de este municipio. Alli en esos encuentros le dio vuelta a la página electoral.

Por su años de nado en los revoltosos mares de la política, es evidente que su nivel de operador le dá para seguir hacia arriba en un proyecto que respaldan también muchos pobladores de Sinaloa. Mira hacia el 2024 y el 2027.