/ jueves 23 de septiembre de 2021

La vergüenza del STASAC

Sin una real capacidad de liderazgo en la práctica, Julio Duarte Apan es la revelación del dirigente de la vergüenza en el Sindicato de Trabajadores al Servicio del Ayuntamiento de Culiacán, quien se deja ir por los odios, la venganza y su proclividad a ejercer la violencia.

No se le quita la costumbre de enviar porros contra quienes no aceptan la sumisión que requiere para alimentar sus egos y manipular como que lo atacaron los contrarios.

Debiera ser el primero en pisar la cárcel por la represión vista contra la clase trabajadora para promocionar a los candidatos a cargos de elección popular del Partido Revolucionario Institucional en junio pasado.

El abuso de ayer en el marco de la Asamblea Extraordinaria exhibió la bajeza del muchacho que en realidad a los burócratas organizados municipales, a la fecha no les sirve de nada. Cero avance en mejores prestaciones y defensa de los derechos.

Es feroz con las bases pero miedoso con solo ver la figura del alcalde morenista Jesús Estrada Ferreiro. Representa la condición puntual de un cobarde.

El argumento de suspender y expulsar a Vladimir Cebreros Osuna y a Sonia Quintero, porque aparentemente respaldaron a los abanderados de Morena en el proceso reciente, carecen de fundamento cuando se basa en los estatutos del gremio que aplica a los adversarios despiadadamente en contra y a los incondicionales a favor para fortalecerlos.

No pueden estar por encima de las garantías individuales que Consigna la Constitución General de la República, que consagra la asociación política y las libertades.

Como personas, pueden simpatizar o ser militantes de cualesquier partido u organización religiosa. No hay por dónde desplazar una línea de castigo y de despido cuando muchos de los sindicalizados accionaron en el proselitismo durante los comicios.

Sospechosamente, el primero de febrero del 2020 en el acto de renovación de la secretaría general, surgió un conato de brutalidad, al estar presente Julio Duarte Apan, que culpó a los contrarios.

De nuevo la trifulca de este miércoles, la historia se repitió al encabezar mañosamente un suceso tan solo con 60 de los delegados, que no hacen mayoría legal para debatir y menos tomar decisiones extremas. Lo corroe su sentido vengativo.

Y quiere “tapar el sol con un dedo” en su entorno para descubrir al de enfrente. Muchos ciudadanos, líderes, socios y los medios de comunicación, dieron cuenta de que Julia Duarte Apán, en la campaña envió brigadas contra su voluntad para promover las candidaturas del PRI, incluso en horarios de labores institucionales.

Aunque en varias ocasiones lo señaló, el tres de mayo de este año, la candidata de Movimiento Ciudadano a la Alcaldía culiacanense Elizabeth Montoya, lo acusó con pelos y señales.

Incluso de que el directivo del STASAC, utilizó recursos financieros de la familia trabajadora y de otras fechorías, que son constitutivos de delitos y ameritan prisión.

Y que lo debieran tener en “el bote”.

Rocha Moya la hace de mucha emoción

El gobernador electo Rubén Rocha Moya y Héctor Melesio Cuén Ojeda a quien también se le llama Secretario electo, se reunieron en la mesa de un restaurante propiedad del segundo para definir si va o no al gabinete estatal en vías de conformación.

A nivel general se asegura que si va. Se deduce que apartaron el área de Salud al presidente del Partido Sinaloense y otra dependencia de primer orden para su instituto. Sin embargo, llama la atención que el mandatario que asumirá el próximo primero de noviembre, la haga tanto de emoción.

Como que no tiene seguridad del lugar en que acomoda las fichas en el tablero.

Pareciera que le tocó presentar un examen escolar y no tiene la certeza de lo que contesta en cada una de los reactivos.

¿O teme barruntos de inconformidad?

Las respuestas del crucigrama político administrativo se registran con una excesiva lentitud.


Sin una real capacidad de liderazgo en la práctica, Julio Duarte Apan es la revelación del dirigente de la vergüenza en el Sindicato de Trabajadores al Servicio del Ayuntamiento de Culiacán, quien se deja ir por los odios, la venganza y su proclividad a ejercer la violencia.

No se le quita la costumbre de enviar porros contra quienes no aceptan la sumisión que requiere para alimentar sus egos y manipular como que lo atacaron los contrarios.

Debiera ser el primero en pisar la cárcel por la represión vista contra la clase trabajadora para promocionar a los candidatos a cargos de elección popular del Partido Revolucionario Institucional en junio pasado.

El abuso de ayer en el marco de la Asamblea Extraordinaria exhibió la bajeza del muchacho que en realidad a los burócratas organizados municipales, a la fecha no les sirve de nada. Cero avance en mejores prestaciones y defensa de los derechos.

Es feroz con las bases pero miedoso con solo ver la figura del alcalde morenista Jesús Estrada Ferreiro. Representa la condición puntual de un cobarde.

El argumento de suspender y expulsar a Vladimir Cebreros Osuna y a Sonia Quintero, porque aparentemente respaldaron a los abanderados de Morena en el proceso reciente, carecen de fundamento cuando se basa en los estatutos del gremio que aplica a los adversarios despiadadamente en contra y a los incondicionales a favor para fortalecerlos.

No pueden estar por encima de las garantías individuales que Consigna la Constitución General de la República, que consagra la asociación política y las libertades.

Como personas, pueden simpatizar o ser militantes de cualesquier partido u organización religiosa. No hay por dónde desplazar una línea de castigo y de despido cuando muchos de los sindicalizados accionaron en el proselitismo durante los comicios.

Sospechosamente, el primero de febrero del 2020 en el acto de renovación de la secretaría general, surgió un conato de brutalidad, al estar presente Julio Duarte Apan, que culpó a los contrarios.

De nuevo la trifulca de este miércoles, la historia se repitió al encabezar mañosamente un suceso tan solo con 60 de los delegados, que no hacen mayoría legal para debatir y menos tomar decisiones extremas. Lo corroe su sentido vengativo.

Y quiere “tapar el sol con un dedo” en su entorno para descubrir al de enfrente. Muchos ciudadanos, líderes, socios y los medios de comunicación, dieron cuenta de que Julia Duarte Apán, en la campaña envió brigadas contra su voluntad para promover las candidaturas del PRI, incluso en horarios de labores institucionales.

Aunque en varias ocasiones lo señaló, el tres de mayo de este año, la candidata de Movimiento Ciudadano a la Alcaldía culiacanense Elizabeth Montoya, lo acusó con pelos y señales.

Incluso de que el directivo del STASAC, utilizó recursos financieros de la familia trabajadora y de otras fechorías, que son constitutivos de delitos y ameritan prisión.

Y que lo debieran tener en “el bote”.

Rocha Moya la hace de mucha emoción

El gobernador electo Rubén Rocha Moya y Héctor Melesio Cuén Ojeda a quien también se le llama Secretario electo, se reunieron en la mesa de un restaurante propiedad del segundo para definir si va o no al gabinete estatal en vías de conformación.

A nivel general se asegura que si va. Se deduce que apartaron el área de Salud al presidente del Partido Sinaloense y otra dependencia de primer orden para su instituto. Sin embargo, llama la atención que el mandatario que asumirá el próximo primero de noviembre, la haga tanto de emoción.

Como que no tiene seguridad del lugar en que acomoda las fichas en el tablero.

Pareciera que le tocó presentar un examen escolar y no tiene la certeza de lo que contesta en cada una de los reactivos.

¿O teme barruntos de inconformidad?

Las respuestas del crucigrama político administrativo se registran con una excesiva lentitud.