/ martes 16 de noviembre de 2021

Adolfo se oferte como diputado baratijas

Sin que se lo pidieran porque no lo necesitan, el diputado local del Partido Acción Nacional, Adolfo Beltrán Corrales se ofertó como mercader de baratijas al gobernador morenista Rubén Rocha Moya, so pretexto, de impulsar iniciativas por el bien de los sinaloenses.

Más ruin no podía ser su manera, por demás conocida. Le dijo al patrón “aquí estoy para que haga de mi lo que usted quiera”.

Sin embargo, esa es la prueba de que el panismo no existe y que regresó a una curul después de estar en la banca, un personaje que dirige una fracción de dos, de aquellos viejos modos, a los que el aire les arranca olores fétidos.

De los que señalan o golpean con la mano derecha pero con la izquierda cobran.

El legislador, entendió con mucho pesar que como no lo llaman cuando los de Movimiento de Regeneración Nacional ocupan aumentar su fuerza, se desesperó y entregó las prendas.

Es lógico, que ni lo convocarán. El morenismo no requiere a nadie más cuando a causa de las candidaturas comunes que lanzaron con el Partido Sinaloense, a su bancada, se suman ocho más.

Y los del Revolucionario Institucional están más alineados que los propios puros de Morena, que allanaron el camino desde antes de las elecciones para la entrega de la plaza que encabezó Quirino Ordaz Coppel.

Ya confirmó que el nuevo mandatario nombró nada más y nada menos que al padre del Coordinador del Grupo Parlamentario priista, Ricardo Madrid, o sea, a Natividad Madrid Uriarte, como director del Archivo General de Notarías. Eso por si algo se consideraba suelto.

Es más que visible, que los integrantes del segmento legislativo del PRI no votarán nada en contra y ocasionalmente, gritarán para hacerle al “enzarapado” como opositores. Al hipócrita como siempre lo hicieron.

Si los morenos cuentan con 20, más los 8 del PAS y otro tanto del Revolucionario Institucional, conforman una mayoría aplastante con 36. Más uno del Partido del Trabajo, 37.

Entonces quedarían o quedan tres. Los dos del albiazul, cuyo sector dirige para desgracia de los escasos militantes, Adolfo Beltrán Corrales y la de Movimiento Ciudadano, Celia Jáuregui Ibarra. Ella sería y es la única oposición real.

Desde otros ángulos, el Gobierno de Sinaloa, tiene control pleno.

Por ello el diputado del blanquiazul se ofrece a grito angustiado. Como en el tianguis donde los más “periqueros” atraen más a los compradores.

No recuperó la dignidad que perdió desde que entró al PAN, como muchos otros. A pesar de que salió por la puerta trasera y hoy regresó por la grande.

Nunca en la historia se vio un método tan corriente de venderse, cuando los electores esperan que los defiendan y desempeñen un papel con pundonor y no uno, con el que solamente van a dar lástima.

Con Quirino se llevaron las bases de Salud.

La clase trabajadora está tan harta que no quiere saber de mañana o pasado. Lo que urge es que les cumplan. Empero, el rezago en el número de personal que no tuvo acceso justo a una plaza se lo deben a Quirino Ordaz Coppel y a sus antecesores, que aseguraron con base a familiares y amigos, sin cubrir el derecho de antigüedad correspondiente.

Aprobaron muchas irregularidades y pasaron por encima del tiempo, que aún en pandemia, es más peligroso, la trayectoria de hombres y mujeres de blanco, que se la jugaron día y noche. Sorteando todo lo que fue posible. Hasta el desprecio de los ciudadanos cuando se les acercaban por casualidad.

Por tanto ni Rubén Rocha Moya ni Héctor Melesio Cuén Ojeda podrán otorgar las prestaciones centrales que reclaman, porque los que les antecedieron se llevaron todo.

No les dejaron espacio. El margen de maniobra se perdió porque acomodaron hasta a guardias privados y ajenos a las actividades de la salud. Para quedar bien utilizaron el abuso y la burla contra los verdaderos derechosos.

Más no es culpa de los que llegaron el poder para resolver o no. El caso es que se llevaron todas las bases en las instituciones que se manejan como botín cada fin de sexenio.

Habrá que ver si no se largaron con las bases de los sillones en que despacharon, cargados en mano.

Sin que se lo pidieran porque no lo necesitan, el diputado local del Partido Acción Nacional, Adolfo Beltrán Corrales se ofertó como mercader de baratijas al gobernador morenista Rubén Rocha Moya, so pretexto, de impulsar iniciativas por el bien de los sinaloenses.

Más ruin no podía ser su manera, por demás conocida. Le dijo al patrón “aquí estoy para que haga de mi lo que usted quiera”.

Sin embargo, esa es la prueba de que el panismo no existe y que regresó a una curul después de estar en la banca, un personaje que dirige una fracción de dos, de aquellos viejos modos, a los que el aire les arranca olores fétidos.

De los que señalan o golpean con la mano derecha pero con la izquierda cobran.

El legislador, entendió con mucho pesar que como no lo llaman cuando los de Movimiento de Regeneración Nacional ocupan aumentar su fuerza, se desesperó y entregó las prendas.

Es lógico, que ni lo convocarán. El morenismo no requiere a nadie más cuando a causa de las candidaturas comunes que lanzaron con el Partido Sinaloense, a su bancada, se suman ocho más.

Y los del Revolucionario Institucional están más alineados que los propios puros de Morena, que allanaron el camino desde antes de las elecciones para la entrega de la plaza que encabezó Quirino Ordaz Coppel.

Ya confirmó que el nuevo mandatario nombró nada más y nada menos que al padre del Coordinador del Grupo Parlamentario priista, Ricardo Madrid, o sea, a Natividad Madrid Uriarte, como director del Archivo General de Notarías. Eso por si algo se consideraba suelto.

Es más que visible, que los integrantes del segmento legislativo del PRI no votarán nada en contra y ocasionalmente, gritarán para hacerle al “enzarapado” como opositores. Al hipócrita como siempre lo hicieron.

Si los morenos cuentan con 20, más los 8 del PAS y otro tanto del Revolucionario Institucional, conforman una mayoría aplastante con 36. Más uno del Partido del Trabajo, 37.

Entonces quedarían o quedan tres. Los dos del albiazul, cuyo sector dirige para desgracia de los escasos militantes, Adolfo Beltrán Corrales y la de Movimiento Ciudadano, Celia Jáuregui Ibarra. Ella sería y es la única oposición real.

Desde otros ángulos, el Gobierno de Sinaloa, tiene control pleno.

Por ello el diputado del blanquiazul se ofrece a grito angustiado. Como en el tianguis donde los más “periqueros” atraen más a los compradores.

No recuperó la dignidad que perdió desde que entró al PAN, como muchos otros. A pesar de que salió por la puerta trasera y hoy regresó por la grande.

Nunca en la historia se vio un método tan corriente de venderse, cuando los electores esperan que los defiendan y desempeñen un papel con pundonor y no uno, con el que solamente van a dar lástima.

Con Quirino se llevaron las bases de Salud.

La clase trabajadora está tan harta que no quiere saber de mañana o pasado. Lo que urge es que les cumplan. Empero, el rezago en el número de personal que no tuvo acceso justo a una plaza se lo deben a Quirino Ordaz Coppel y a sus antecesores, que aseguraron con base a familiares y amigos, sin cubrir el derecho de antigüedad correspondiente.

Aprobaron muchas irregularidades y pasaron por encima del tiempo, que aún en pandemia, es más peligroso, la trayectoria de hombres y mujeres de blanco, que se la jugaron día y noche. Sorteando todo lo que fue posible. Hasta el desprecio de los ciudadanos cuando se les acercaban por casualidad.

Por tanto ni Rubén Rocha Moya ni Héctor Melesio Cuén Ojeda podrán otorgar las prestaciones centrales que reclaman, porque los que les antecedieron se llevaron todo.

No les dejaron espacio. El margen de maniobra se perdió porque acomodaron hasta a guardias privados y ajenos a las actividades de la salud. Para quedar bien utilizaron el abuso y la burla contra los verdaderos derechosos.

Más no es culpa de los que llegaron el poder para resolver o no. El caso es que se llevaron todas las bases en las instituciones que se manejan como botín cada fin de sexenio.

Habrá que ver si no se largaron con las bases de los sillones en que despacharon, cargados en mano.