/ sábado 27 de noviembre de 2021

Una delicada promesa del gobernador

Como en tono de defensa, Rubén Rocha Moya apuró a expresar que Sinaloa no será un Zacatecas, donde cadáveres colgados de puentes y las denuncias de desapariciones de personas, son el ornamento dantesco que consignan los medios de información a causa de la inseguridad y la violencia. Rápidamente, asume un compromiso muy delicado que podría calar muy hondo a los familiares de los siete “levantados” en la colonia Barrancos, si acaso, no los encuentran.

El gobernador, obviamente que se atiene a los reportes que los jefes de las corporaciones policiales le entregan sobre los diferentes hechos y por ello, asegura que se trabaja en su búsqueda, que rendirá frutos.

Sin embargo, los mandos que se basan en los partes policiacos, deben cuadrar con más exactitud los datos que mezclan.

Seguramente, más de un agente con experiencia en sus labores les reveló fuera de lo que le reportaron oficialmente, por el modus operandi, de quienes fueron y hasta porqué sucedieron los hechos.

Hay una cadena humana que suele enterarse desde antes, incluso, que se registren los sucesos.

Por el énfasis que le dio a sus palabras el mandatario, debe saber porque lo sostuvo así.

Sin embargo, frente a los trabajadores de la Salud que siguen en plena movilización y protesta, también se aprestó a afirmar que las bases se les dotarían en la brevedad posible.

Y resulta que no hay recursos financieros ni espacios para cubrir las faltantes en lo que resta del año.

Probablemente para solventar las casi 300 irregulares que se entregaron a diestra y siniestra, a quienes sin derechos de antigüedad, fueron los beneficiarios directos. Aquí sería una simple reasignación.

Es posible que alguien soltara una respuesta en este sentido para momentáneamente, salir al paso.

Creo que no es el estilo de Rubén Rocha Moya.

Pero pudieran fallar los directivos de las instituciones policiales, que para “tapar el ojo al macho”, acostumbran a prometer sin cumplir.

Ya Cristóbal Castañeda, Secretario Estatal de Seguridad Pública, movió hacia abajo la manecilla de la estadística, que se señaló, secuestraron en la colonia Infonavit Barrancos.

De ocho la redujo a siete, porque uno de ellos tiene orden de aprehensión. Lo que insinuó es que ¿entonces no cuenta?

A menos que cuenten con la evidencia de que lo capturaron y se lo llevaron elementos de la Policía.

Es un mensaje muy enredoso de éste último.

Nuestro estado no necesita ser Zacatecas. Tiene sus propias características que son igual o más graves: asesinatos, privaciones ilegales de la libertad, enfrentamientos, familias desplazadas, y a diario, crímenes que portan la marca del narcotráfico.

Trae un recado muy funesto, dos de los homicidios de Navolato para las fuerzas del orden. Uno vestido de policía y otro con ropa militar. Los dos torturados y asesinados. No hace falta estar en tierra zacatecana.

A Mingo Velázquez se le quitó lo fiera.

A Domingo Velázquez se le acabó lo fiera cuando de frente al alcalde de Ahome, Gerardo Vargas Landeros se tragó el rencor que tanto incubó después del proceso electoral que se votó el seis de junio y a quien le advirtió que no lo dejaría gobernar porque como adversario del Partido del Trabajo, se autoproclamó como triunfador indiscutible.

Este 25 de los corrientes, de regreso al escenario público, se guardó todos sus dolorosos sentimientos y se dobló.

En la inauguración de las Oficinas de Turismo Municipal, “Mingo” a quien desde el Gobierno del Estado, nombraron como Coordinador del área en la Zona Norte, se le vio hasta tembloroso.

Lo doblegó su nominación, que bien pudo objetar el edil, pero habilidoso en la operación política, le dio piola como a los peces que por su boca mueren.

Un ex abanderado del PT, tímido, mudo y sordo, reapareció en el acto inaugural de este jueves.

Una actitud que lo exhibió como embustero de todo lo que dijo tras las votaciones en las que participó.

¿Cómo creyó que le ganaría a Morena las elecciones?

¿Cómo consideró que postraría a quien fue su maestro en estas lides, a Gerardo Vargas Landeros?

Más bien se llenó de aire y soberbia.

Como en tono de defensa, Rubén Rocha Moya apuró a expresar que Sinaloa no será un Zacatecas, donde cadáveres colgados de puentes y las denuncias de desapariciones de personas, son el ornamento dantesco que consignan los medios de información a causa de la inseguridad y la violencia. Rápidamente, asume un compromiso muy delicado que podría calar muy hondo a los familiares de los siete “levantados” en la colonia Barrancos, si acaso, no los encuentran.

El gobernador, obviamente que se atiene a los reportes que los jefes de las corporaciones policiales le entregan sobre los diferentes hechos y por ello, asegura que se trabaja en su búsqueda, que rendirá frutos.

Sin embargo, los mandos que se basan en los partes policiacos, deben cuadrar con más exactitud los datos que mezclan.

Seguramente, más de un agente con experiencia en sus labores les reveló fuera de lo que le reportaron oficialmente, por el modus operandi, de quienes fueron y hasta porqué sucedieron los hechos.

Hay una cadena humana que suele enterarse desde antes, incluso, que se registren los sucesos.

Por el énfasis que le dio a sus palabras el mandatario, debe saber porque lo sostuvo así.

Sin embargo, frente a los trabajadores de la Salud que siguen en plena movilización y protesta, también se aprestó a afirmar que las bases se les dotarían en la brevedad posible.

Y resulta que no hay recursos financieros ni espacios para cubrir las faltantes en lo que resta del año.

Probablemente para solventar las casi 300 irregulares que se entregaron a diestra y siniestra, a quienes sin derechos de antigüedad, fueron los beneficiarios directos. Aquí sería una simple reasignación.

Es posible que alguien soltara una respuesta en este sentido para momentáneamente, salir al paso.

Creo que no es el estilo de Rubén Rocha Moya.

Pero pudieran fallar los directivos de las instituciones policiales, que para “tapar el ojo al macho”, acostumbran a prometer sin cumplir.

Ya Cristóbal Castañeda, Secretario Estatal de Seguridad Pública, movió hacia abajo la manecilla de la estadística, que se señaló, secuestraron en la colonia Infonavit Barrancos.

De ocho la redujo a siete, porque uno de ellos tiene orden de aprehensión. Lo que insinuó es que ¿entonces no cuenta?

A menos que cuenten con la evidencia de que lo capturaron y se lo llevaron elementos de la Policía.

Es un mensaje muy enredoso de éste último.

Nuestro estado no necesita ser Zacatecas. Tiene sus propias características que son igual o más graves: asesinatos, privaciones ilegales de la libertad, enfrentamientos, familias desplazadas, y a diario, crímenes que portan la marca del narcotráfico.

Trae un recado muy funesto, dos de los homicidios de Navolato para las fuerzas del orden. Uno vestido de policía y otro con ropa militar. Los dos torturados y asesinados. No hace falta estar en tierra zacatecana.

A Mingo Velázquez se le quitó lo fiera.

A Domingo Velázquez se le acabó lo fiera cuando de frente al alcalde de Ahome, Gerardo Vargas Landeros se tragó el rencor que tanto incubó después del proceso electoral que se votó el seis de junio y a quien le advirtió que no lo dejaría gobernar porque como adversario del Partido del Trabajo, se autoproclamó como triunfador indiscutible.

Este 25 de los corrientes, de regreso al escenario público, se guardó todos sus dolorosos sentimientos y se dobló.

En la inauguración de las Oficinas de Turismo Municipal, “Mingo” a quien desde el Gobierno del Estado, nombraron como Coordinador del área en la Zona Norte, se le vio hasta tembloroso.

Lo doblegó su nominación, que bien pudo objetar el edil, pero habilidoso en la operación política, le dio piola como a los peces que por su boca mueren.

Un ex abanderado del PT, tímido, mudo y sordo, reapareció en el acto inaugural de este jueves.

Una actitud que lo exhibió como embustero de todo lo que dijo tras las votaciones en las que participó.

¿Cómo creyó que le ganaría a Morena las elecciones?

¿Cómo consideró que postraría a quien fue su maestro en estas lides, a Gerardo Vargas Landeros?

Más bien se llenó de aire y soberbia.