En la tierra del gobernador Quirino Ordaz Coppel, Sergio Torres Félix aplastó y le sacó pus a la llaga de la élite del viejo tricolor que maquina neutralizar sus aspiraciones para entregar el poder a Morena. En un contundente principio de “sobre aviso no hay engaño” les restregó: “Con el PRI o sin el PRI, yo seré candidato y gobernador el 2021”.
Ese 16 del mes, en una gira de trabajo que realizó como secretario de Pesca y Acuacultura del Gobierno del Estado con pescadores en Mazatlán, les regresó con la fuerza de un boomerang un golpe en directo al grupo que por décadas se adueñó del Partido Revolucionario Institucional y lo ve como un peligro, pero para sus mezquinos intereses.
El efecto de su tiro lo expandió el ex alcalde de Culiacán porque dio en el centro del blanco de una de las corrientes en la que se refugia lo más añejo y recalcitrante de la clase política y que se declaró en pugna abierta contra todo lo que huela a los anhelos de los verdaderos militantes y las capas bajas, que nunca tuvieron ni voz ni voto en las decisiones.
Porque éstas, conservan y alientan al ex edil culiacanense como una figura con la que simpatizan para procesar victoriosamente la candidatura al Poder Ejecutivo. Y eso, los incomoda al grado de causarles alergias permanentes.
A causa de que es prácticamente el único de los priistas que atiende las demandas de los segmentos más jodidos, y por ende, el que sale arriba en todos los sondeos ciudadanos de preferencias electorales del momento.
Es decir, Sergio Torres Félix les estorba y es un riesgo para consumar su perverso proyecto de nominar a un abanderado “hechizo de la nada”. Y de ese modo, facilitar la cesión de la silla en Sinaloa al morenismo nacional.
Desde lo más alto de lo que se considera se mueve la autoridad institucional, hace meses, le pretender dispersar a la gente y deshacer el plan que una mayoría priista impulsa en contra de la maniobra sucia de una minoría de ricos que cuentan con el aval de una de las influyentes oficinas de Palacio de Gobierno.
La riña, está cantada.
Consciente de todas las trampas que le tienden, el actual titular de la SPyA sinaloense, seguramente que ofertará caro su cuero, para comprobar de cual será del que “salen más correas”.
Ya afirmó que su nombre –sin decir porque instituto partidista o bloque se habilitará, pero que se percibe que en algo muy fuerte se respalda- aparecerá en las boletas electorales del año entrante en que se rubricará la sucesión de Quirino Ordaz Coppel.
Con el remache de que triunfará contra cualesquiera contendientes que le pongan en frente. De los que son respetables, todos los nombres que se manejan.
Por el instante que se atraviesa y que se agrava con la contingencia sanitaria, habrá que esperar el desenlace entre las huestes de colonias populares y rancherías que apoyan al ex munícipe de la capital y las clases adineradas que habitan privadas o residenciales confortables y de lujo.
Ante un inevitable encontronazo que expulsará piezas, pero que en las elecciones cobrará afrentas.
En el que Sergio Torres Félix encabezará una de las más cruentas batallas políticas para defenderse de la embestida que le lanzaron para acabarlo.
Un diputado invisible para el 03 Distrito Federal.
Es Fernando García Hernández otro de los diputados federales del morenismo que se hizo invisible en el Tercer Distrito Federal Electoral. Como todos los pobladores conocen como “se las mastica”, mejor no lo procuran en época de contingencia.
Aparte de que él ignora a la sociedad, a ésta también le es indiferente, pero en triple dimensión.
