/ jueves 20 de agosto de 2020

Bajo sospecha, venta de Casa de Gobierno

Una sospechosa operación que requiere clarificarse porque huele mal, destapó el presidente del Partido Sinaloense sobre la venta “a ganga” de la Casa de Gobierno, que se hizo a espaldas del Congreso del Estado y de los ciudadanos.

Héctor Melesio Cuén Ojeda descubrió que la transacción se realizó en medio del sigilo por parte del gobernador Quirino Ordaz Coppel no cumplió los lineamientos legales.

Se puso en “charola de plata” a él o los compradores a un costo de 20 millones de pesos cuando el avalúo se calcula en 30. Hubo una palanca que depreció para beneficiar prefabricadamente a alguien con la tercera parte de lo que se debió vender.

El líder del PAS, cuestionó que además ese movimiento, se ocultó de manera permanente. Primero, las autoridades informaron que se apegaron al esquema de licitación y no lograron procesar un acuerdo final.

Y sin revelarlo a alguien, luego salieron con que la comercializaron en el precio que ya se puntualizó. Sin embargo, de modo irónico nadie supo las circunstancias en que se llevó a cabo ese hecho.

Cómodamente, justificaron que todo se efectuó “por línea”.

El dirigente de ese instituto partidista de corte local, fue casi el único que se atrevió a denunciar lo que parece un proceso irregular. Porque no se dio cuenta a la Cámara de diputados y menos al pueblo.

Cómo quien dice, el manejo que se le dio a ese bien inmobiliario fue como si se tratara de una propiedad que se entrega de un particular a otro, cuando era del Sector Público estatal y no se sometió a las normas de legalidad que existen para ello.

Además del regalo de una de la tercera parte del total del valor económico de lo que fue la Casa de Gobierno, y que por décadas albergó a la familia en turno que presidió el poder sinaloense.

Héctor Melesio Cuén Ojeda, hizo ver la urgencia de investigar el caso o mínimamente aclararlo, dado que no se observa el requisito de la transparencia que tanto se pregona y que es elemental para acabar con la corrupción.

El proceso electoral del STASE.

Con mucho hermetismo, se abrió ayer la justa comicial para elegir al secretario general del Sindicato de Trabajadores al Servicio del Estado y entre los candidatos que son comparsas del actual grupúsculo dominante, no se escucharon los ecos escandalosos del triunfalismo.

El suceso inició con la renuncia de Ramón Beltrán, lo que redujo a seis la lista de siete abanderados, que en su mayoría responden a los intereses de Gabriel Ballardo Valdez quien se niega a soltar las riendas de las delicias.

Pero se insistió mucho entre los agremiados, que mucho tendrá que ver la injerencia del gobernador Quirino Ordaz Coppel para que haya justicia o sigan bajo el yugo del engaño y la podredumbre con que se hacen las cosas en el STASE.

Cada hora, se veía más lejos que repuntara la aspirante oficial Teresa de Jesús Ochoa, clon político del directivo actual. Las votaciones serán del 19 al 21 de los corrientes.

Entre los más de siete mil sufragantes, Irene Hidalgo Bueno y María Elena Armenta eran las favoritas.

Y todavía hasta ayer, primer día de la jornada, rondó el temor de que por un acuerdo del gabinete estatal y de la dirigencia actual del Sindicato de Trabajadores al Servicio del Estado, se fraguara un fraude electoral.

Para seguir iguales. Jodidos.

Una sospechosa operación que requiere clarificarse porque huele mal, destapó el presidente del Partido Sinaloense sobre la venta “a ganga” de la Casa de Gobierno, que se hizo a espaldas del Congreso del Estado y de los ciudadanos.

Héctor Melesio Cuén Ojeda descubrió que la transacción se realizó en medio del sigilo por parte del gobernador Quirino Ordaz Coppel no cumplió los lineamientos legales.

Se puso en “charola de plata” a él o los compradores a un costo de 20 millones de pesos cuando el avalúo se calcula en 30. Hubo una palanca que depreció para beneficiar prefabricadamente a alguien con la tercera parte de lo que se debió vender.

El líder del PAS, cuestionó que además ese movimiento, se ocultó de manera permanente. Primero, las autoridades informaron que se apegaron al esquema de licitación y no lograron procesar un acuerdo final.

Y sin revelarlo a alguien, luego salieron con que la comercializaron en el precio que ya se puntualizó. Sin embargo, de modo irónico nadie supo las circunstancias en que se llevó a cabo ese hecho.

Cómodamente, justificaron que todo se efectuó “por línea”.

El dirigente de ese instituto partidista de corte local, fue casi el único que se atrevió a denunciar lo que parece un proceso irregular. Porque no se dio cuenta a la Cámara de diputados y menos al pueblo.

Cómo quien dice, el manejo que se le dio a ese bien inmobiliario fue como si se tratara de una propiedad que se entrega de un particular a otro, cuando era del Sector Público estatal y no se sometió a las normas de legalidad que existen para ello.

Además del regalo de una de la tercera parte del total del valor económico de lo que fue la Casa de Gobierno, y que por décadas albergó a la familia en turno que presidió el poder sinaloense.

Héctor Melesio Cuén Ojeda, hizo ver la urgencia de investigar el caso o mínimamente aclararlo, dado que no se observa el requisito de la transparencia que tanto se pregona y que es elemental para acabar con la corrupción.

El proceso electoral del STASE.

Con mucho hermetismo, se abrió ayer la justa comicial para elegir al secretario general del Sindicato de Trabajadores al Servicio del Estado y entre los candidatos que son comparsas del actual grupúsculo dominante, no se escucharon los ecos escandalosos del triunfalismo.

El suceso inició con la renuncia de Ramón Beltrán, lo que redujo a seis la lista de siete abanderados, que en su mayoría responden a los intereses de Gabriel Ballardo Valdez quien se niega a soltar las riendas de las delicias.

Pero se insistió mucho entre los agremiados, que mucho tendrá que ver la injerencia del gobernador Quirino Ordaz Coppel para que haya justicia o sigan bajo el yugo del engaño y la podredumbre con que se hacen las cosas en el STASE.

Cada hora, se veía más lejos que repuntara la aspirante oficial Teresa de Jesús Ochoa, clon político del directivo actual. Las votaciones serán del 19 al 21 de los corrientes.

Entre los más de siete mil sufragantes, Irene Hidalgo Bueno y María Elena Armenta eran las favoritas.

Y todavía hasta ayer, primer día de la jornada, rondó el temor de que por un acuerdo del gabinete estatal y de la dirigencia actual del Sindicato de Trabajadores al Servicio del Estado, se fraguara un fraude electoral.

Para seguir iguales. Jodidos.