Cuando la era de la consolidación de la igualdad de las damas está encima, realienta el mensaje que desde el Congreso del Estado, envían tres de las principales figuras femeninas rumbo al plan de “Un Día Sin Nosotras”, pero estrangula la tozudez del alcalde de Culiacán, Jesús Estrada Ferreiro que desacredita el suceso del próximo día nueve.
O que luego lo hace objeto de la confusión y del desprecio.
Fue muy saludable la coincidencia de las legisladoras Himelda Félix, Graciela Domínguez y Angélica Díaz, -Del PRI, Morena y PAS-, que muy a tiempo se despojaron de colorantes políticos, se sumaron a la protesta y alentaron la participación.
Sin prejuicios, se incorporaron a la ola que acopia más volúmenes de agua para inundar y paralizar el país. Aún con los contras activos.
Pese a los nuevos tiempos cuando cuatro muchachas buscan la dirigencia del Sindicato de Trabajadores al Servicio del Estado, sospechosamente un morenista al que patrocina el senador Rubén Rocha Moya financiera y políticamente –Juan Gabriel Chinchillas- hace todo lo posible para que no llegue ninguna de ellas.
Hay indicativos de que ni la abanderada oficial, Teresa de Jesús Ochoa arribará, porque se afirma que el STASE se “morenizará” y que trae la venia del Ejecutivo del Estado. Y no está muy lejos esa apreciación porque para el candidato de la Planilla Amarilla, el problema no son los tres contendientes varones, sino las féminas que lo mortifican. Le agobian su sentido misógino. Al grado de sufrir caliginefobia.
Hizo alianza hasta con el Diablo. Buscó respaldo de políticos del norte, empresarios del sur del estado y con personajes de Morena en el poder en la capital sinaloense. Por ello, cuenta con espectaculares costosos de promoción y con una línea de despilfarro de dinero.
Se asegura que como sucedió con el Sindicato de Trabajadores al Servicio del Ayuntamiento de Culiacán, que renovó directiva, pronto se pintará de moreno.
Así la lucha que se sostiene contra las damas, en plena fase de su empoderamiento, amenaza con bajarlas de su aspiración en el STASE.
La suciedad de Bernardino Antelo.
Y en Ahome, Bernardino Antelo Esper lucha contra sus propios fantasmas. El funcionario de Gobierno del Estado muy a su estilo, comenzó a jugar sucio y con maniobras burdas lanza campañas de desprestigio contra todo aquel que considera, le pudiera hacer sombra en su intención de convertirse en abanderado para la Alcaldía en 2021.
No asimila que por el Partido Revolucionario está perdido. Una fila de leales lo descarta para ser el elegido.
Sabe que podría ser por Movimiento de Regeneración Nacional, pero los votos no le alcanzan ni con el apoyo de los grupos ahomenses más sobresalientes.
Le sepultan sus posibilidades los rastros de corrupción y el engaño con que trata a la gente. Su soberbia y su codicia.
Y también, no desplegar una verdadera estrategia política ni labores ciertas en favor de los vecinos. Solo “para su santo reza”.
Sobre todo, si para su desgracia le toca enfrentarse en las elecciones constitucionales del año entrante, con uno de los tantos “caballos” que se mueven en la cuadra priista. El subsecretario de Planeación y Vinculación Social de la Administración Pública Estatal, Marco Antonio Osuna Moreno.
Registra este último un alto nivel en las preferencias ciudadanas. Lo caracterizan la modestia, el trabajo constante y la sencillez con la que se dirige a sus semejantes.
Además de que le gestiona las demandas a quienes asi se lo plantean en comunidades rurales y en colonias populares.
