/ martes 9 de abril de 2024

Robespierre, el enfermo sano para el combate

El todavía encargado del despacho de la Rectoría de la UAS, Robespierre Lizárraga Otero quizá intente ganar un récord de enfermarse más veces para que el juez que lleva sus procesos por presunto abuso de autoridad, siga difiriendo las audiencias.

Y es que la última vez que mandó un comprobante médico para ausentarse de la audiencia ante el juez de control fue el 1 de abril, pero ahora anduvo en Mazatlán quitado de la pena en las manifestaciones por el tema de la "defensa de la autonomía".

Según registros de algunos medios, el funcionario universitario ha enviado cinco comprobantes médicos a lo largo de estos meses, es claro que no quiere que el juez revise las medidas cautelares porque se espera que sea separado del cargo, al igual que Jesús Madueña Molina, cuyos abogados alegan que tienen amparos para ser restituido pero quién sabe qué ha ocurrido que nomás no regresa a la Rectoría.

Lo que sí es un hecho es que Madueña Molina es el rector de facto, y por supuesto, por encima de sus decisiones está Cuén Ojeda.

Las protestas de la UAS se han perdido en la sordina de un mundo cada vez más vertiginoso y en una sociedad cada vez más informada, pues se sabe de manera pública que las protestas no son orgánicas, sino impulsada por la cúpula uaseña.

A estas alturas, para que los liderazgos de la UAS ganen credibilidad y legitimidad, deberían acudir ante los jueces y pelear en el terreno legal lo que gritan en los foros: que todo es una persecución política. Si es así, los casos se les caerán a la Fiscalía. Ahí está Estrada Ferreiro, que ya le queda nada más un proceso penal... Por lo pronto.

Otra vez la promesa

Este martes en la conferencia mañanera de AMLO se dio a conocer que, ahora sí por fin, el nuevo Hospital General de Culiacán entrará en operación a más tardar julio.

Al presidente le urge hacer ver que resuelve el problema de la salud, que es real, pues cada vez menos mexicanos tienen acceso al sistema de salud, tan precario como nos lo ha dejado la 4T. Parece que Dinamarca todavía queda muy lejos en el cosmos.

Lo triste

¿Vieron que el diputado Feliciano Castro salió de su escondite para decir que los uaseños pretendían con sus manifestaciones boicotear el eclipse? Ya parece como una candidata que dijo que había que preguntarle a los muertos por la atención en la pandemia de COVID-19.

El todavía encargado del despacho de la Rectoría de la UAS, Robespierre Lizárraga Otero quizá intente ganar un récord de enfermarse más veces para que el juez que lleva sus procesos por presunto abuso de autoridad, siga difiriendo las audiencias.

Y es que la última vez que mandó un comprobante médico para ausentarse de la audiencia ante el juez de control fue el 1 de abril, pero ahora anduvo en Mazatlán quitado de la pena en las manifestaciones por el tema de la "defensa de la autonomía".

Según registros de algunos medios, el funcionario universitario ha enviado cinco comprobantes médicos a lo largo de estos meses, es claro que no quiere que el juez revise las medidas cautelares porque se espera que sea separado del cargo, al igual que Jesús Madueña Molina, cuyos abogados alegan que tienen amparos para ser restituido pero quién sabe qué ha ocurrido que nomás no regresa a la Rectoría.

Lo que sí es un hecho es que Madueña Molina es el rector de facto, y por supuesto, por encima de sus decisiones está Cuén Ojeda.

Las protestas de la UAS se han perdido en la sordina de un mundo cada vez más vertiginoso y en una sociedad cada vez más informada, pues se sabe de manera pública que las protestas no son orgánicas, sino impulsada por la cúpula uaseña.

A estas alturas, para que los liderazgos de la UAS ganen credibilidad y legitimidad, deberían acudir ante los jueces y pelear en el terreno legal lo que gritan en los foros: que todo es una persecución política. Si es así, los casos se les caerán a la Fiscalía. Ahí está Estrada Ferreiro, que ya le queda nada más un proceso penal... Por lo pronto.

Otra vez la promesa

Este martes en la conferencia mañanera de AMLO se dio a conocer que, ahora sí por fin, el nuevo Hospital General de Culiacán entrará en operación a más tardar julio.

Al presidente le urge hacer ver que resuelve el problema de la salud, que es real, pues cada vez menos mexicanos tienen acceso al sistema de salud, tan precario como nos lo ha dejado la 4T. Parece que Dinamarca todavía queda muy lejos en el cosmos.

Lo triste

¿Vieron que el diputado Feliciano Castro salió de su escondite para decir que los uaseños pretendían con sus manifestaciones boicotear el eclipse? Ya parece como una candidata que dijo que había que preguntarle a los muertos por la atención en la pandemia de COVID-19.