/ lunes 8 de abril de 2024

Sofismas de ocasión | Las elecciones y el deporte

En tiempos de elecciones, el deporte se vuelve un lugar común para las propuestas de campaña: “Impulsaremos el deporte” se recita en la mayoría de las campañas a lo largo y ancho del país. No abundan mucho más allá de eso. No explican en que consiste ese impulso; menos aún, presentan planes detallados para mejorar las condiciones del deporte mexicano.

Actualmente, el deporte en México está, por decir lo menos, estancado. Las peleas entre la Comisión Nacional del Deporte (CONADE), encabezada por Ana Gabriela Guevara y el Comité Olímpico Mexicano bajo el mando de la ex clavadista Mari Jose Alcalá mantienen en vilo la participación de deportistas de alto rendimiento en justas internacionales . Antes de ir más allá quisiera explicar de manera somera la diferencia entre esos dos organismos y sus responsabilidades

Por un lado, tenemos a la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE), un organismo público descentralizado que depende de la Secretaría de Educación Pública. Su labor es promover y fomentar el deporte a nivel nacional, desde el ámbito escolar hasta el alto rendimiento. Es, en esencia, el responsable de diseñar y ejecutar la política deportiva del gobierno federal.

Por otro lado, está el Comité Olímpico Mexicano, una asociación civil autónoma que representa a nuestro país ante el Comité Olímpico Internacional. Su función primordial es seleccionar, entrenar y enviar a los atletas mexicanos a competir en los Juegos Olímpicos. Es, por así decirlo, la máxima autoridad del deporte olímpico en México. Sus ámbitos de acción y estructura son bastante diferentes.

La CONADE depende directamente del gobierno federal, lo que le otorga un mayor presupuesto y capacidad de acción, pero también lo vuelve más vulnerable a los vaivenes políticos. Por su parte, el Comité Olímpico Mexicano goza de mayor autonomía, al ser una organización no gubernamental. A la titular de CONADE la nombra el presidente de la república, mientras que la dirigencia del COM es electa mediante el voto de los presidentes de las diferentes federaciones deportivas registradas en México (Atletismo, Natación, Gimnasia, Natación, etc)

Las diferencias entre CONADE y COM comenzaron cuando Ana Guevara quiso imponer al titular del COM; las federaciones no estuvieron de acuerdo. Guevara optó por retirar el financiamiento a algunas federaciones argumentando (con algo de razón) que en las federaciones había corrupción y falta de transparencia; por su parte, el COM acusa a Guevara de querer inmiscuirse en decisiones que competen únicamente a las federaciones (son Asociaciones Civiles). En medio de la pelea quedan deportistas de alto rendimiento que tienen que financiar sus propios viajes, entrenamientos y demás gastos (sobre todo la federación de natación que tiene una pelea particular con Ana Guevara).

El alto rendimiento no es el único aspecto del deporte mexicano que tiene problemas. El deporte como herramienta de formación de la SEP está muy descuidado. Existe muy poca promoción y presupuestos paupérrimos. Un ejemplo de esto son los llamados juegos escolares. Estos juegos son organizados anualmente para que las escuelas primarias y secundarias manden a sus alumnos a competir en diferentes disciplinas. Son muy pocas las escuelas públicas y privadas que quieren participar. Los profesores de educación física evitan inscribir a sus alumnos en las competencias porque no hay incentivos para eso. La propia SEP tiene años sin organizar juegos escolares nacionales como se realizaban desde hace décadas. Antes, los campeones estatales eran recompensados con una justa nacional, pero ahora no existe por motivos de presupuesto.

La falta de visión de nuestro político propició que la iniciativa privada se alejara del apoyo al deporte. En Estados Unidos, el gobierno participa muy poco con el presupuesto para la formación de deportistas. La mayor carga es llevada por iniciativa privada y universidades. El presupuesto público para apoyo deportivo es mayor en México que en Estados Unidos, pero los resultados son muy diferentes. La cultura deportiva es abismalmente distante entre ambos países.

El futbol es un ejemplo que un deporte no necesita del apoyo de un gobierno para poder florecer. Hay muchos deportes en México que tienen potencial de formar excelentes atletas; por desgracia, falta la visión que construya un nuevo esquema de política deportiva. Por lo pronto, no queda más que conformarnos con la cantaleta de nuestros políticos: “Impulsaremos al deporte”

¿Usted qué opina, amable lector? ¿Qué tanto le interesan las propuestas deportivas en las campañas?

En tiempos de elecciones, el deporte se vuelve un lugar común para las propuestas de campaña: “Impulsaremos el deporte” se recita en la mayoría de las campañas a lo largo y ancho del país. No abundan mucho más allá de eso. No explican en que consiste ese impulso; menos aún, presentan planes detallados para mejorar las condiciones del deporte mexicano.

Actualmente, el deporte en México está, por decir lo menos, estancado. Las peleas entre la Comisión Nacional del Deporte (CONADE), encabezada por Ana Gabriela Guevara y el Comité Olímpico Mexicano bajo el mando de la ex clavadista Mari Jose Alcalá mantienen en vilo la participación de deportistas de alto rendimiento en justas internacionales . Antes de ir más allá quisiera explicar de manera somera la diferencia entre esos dos organismos y sus responsabilidades

Por un lado, tenemos a la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE), un organismo público descentralizado que depende de la Secretaría de Educación Pública. Su labor es promover y fomentar el deporte a nivel nacional, desde el ámbito escolar hasta el alto rendimiento. Es, en esencia, el responsable de diseñar y ejecutar la política deportiva del gobierno federal.

Por otro lado, está el Comité Olímpico Mexicano, una asociación civil autónoma que representa a nuestro país ante el Comité Olímpico Internacional. Su función primordial es seleccionar, entrenar y enviar a los atletas mexicanos a competir en los Juegos Olímpicos. Es, por así decirlo, la máxima autoridad del deporte olímpico en México. Sus ámbitos de acción y estructura son bastante diferentes.

La CONADE depende directamente del gobierno federal, lo que le otorga un mayor presupuesto y capacidad de acción, pero también lo vuelve más vulnerable a los vaivenes políticos. Por su parte, el Comité Olímpico Mexicano goza de mayor autonomía, al ser una organización no gubernamental. A la titular de CONADE la nombra el presidente de la república, mientras que la dirigencia del COM es electa mediante el voto de los presidentes de las diferentes federaciones deportivas registradas en México (Atletismo, Natación, Gimnasia, Natación, etc)

Las diferencias entre CONADE y COM comenzaron cuando Ana Guevara quiso imponer al titular del COM; las federaciones no estuvieron de acuerdo. Guevara optó por retirar el financiamiento a algunas federaciones argumentando (con algo de razón) que en las federaciones había corrupción y falta de transparencia; por su parte, el COM acusa a Guevara de querer inmiscuirse en decisiones que competen únicamente a las federaciones (son Asociaciones Civiles). En medio de la pelea quedan deportistas de alto rendimiento que tienen que financiar sus propios viajes, entrenamientos y demás gastos (sobre todo la federación de natación que tiene una pelea particular con Ana Guevara).

El alto rendimiento no es el único aspecto del deporte mexicano que tiene problemas. El deporte como herramienta de formación de la SEP está muy descuidado. Existe muy poca promoción y presupuestos paupérrimos. Un ejemplo de esto son los llamados juegos escolares. Estos juegos son organizados anualmente para que las escuelas primarias y secundarias manden a sus alumnos a competir en diferentes disciplinas. Son muy pocas las escuelas públicas y privadas que quieren participar. Los profesores de educación física evitan inscribir a sus alumnos en las competencias porque no hay incentivos para eso. La propia SEP tiene años sin organizar juegos escolares nacionales como se realizaban desde hace décadas. Antes, los campeones estatales eran recompensados con una justa nacional, pero ahora no existe por motivos de presupuesto.

La falta de visión de nuestro político propició que la iniciativa privada se alejara del apoyo al deporte. En Estados Unidos, el gobierno participa muy poco con el presupuesto para la formación de deportistas. La mayor carga es llevada por iniciativa privada y universidades. El presupuesto público para apoyo deportivo es mayor en México que en Estados Unidos, pero los resultados son muy diferentes. La cultura deportiva es abismalmente distante entre ambos países.

El futbol es un ejemplo que un deporte no necesita del apoyo de un gobierno para poder florecer. Hay muchos deportes en México que tienen potencial de formar excelentes atletas; por desgracia, falta la visión que construya un nuevo esquema de política deportiva. Por lo pronto, no queda más que conformarnos con la cantaleta de nuestros políticos: “Impulsaremos al deporte”

¿Usted qué opina, amable lector? ¿Qué tanto le interesan las propuestas deportivas en las campañas?