/ jueves 14 de marzo de 2024

Política en serio / Desempleo disfrazado y pobreza laboral

Los hombres deben decirles a sus empresas que no quieren perderse el cuidado de sus hijos (as)

Claudia Goldin

La sufragista Emmeline Pethick-Lawrence decía que el violeta simboliza la conciencia de la libertad y la dignidad, así ha quedado impregnado en la lucha por los derechos de las mujeres a lo largo del tiempo, siendo especialmente el mes de marzo el del color violeta: las marchas, las reflexiones, la voz y las letras desean contribuir a un mundo con igualdad de derechos para todas las personas.

Si centramos la mirada desde la numeralia económica nos daríamos cuenta del enorme reto que tenemos, sobre esa brecha quiero enfocar la reflexión de hoy con los datos 2023 de la ENOE (Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo), IMSS de enero 2024 (Instituto Mexicano de Seguridad Social) y Banco Mundial de 2020.

En México la cantidad de mujeres no disponibles para el mercado laboral es casi tres veces mayor al de los hombres, esto es por que esta categoría se compone de personas de entre 15 años o más que no buscan trabajo y que si se los ofrecieran no lo aceptarían, las razones principales son el tiempo que se dedica a los quehaceres domésticos y de cuidados, el dato es claro: las mujeres dedican 2.3 veces más horas que los hombres a las labores domésticas no remuneradas.

Esta realidad, sin la perspectiva de género, nos hace pensar que existe mayor número disponible de mujeres para el mercado laboral, representando casi el doble que la cantidad de hombres disponibles, sin embargo, gracias a esa vista, a esto se le conoce como “desempleo disfrazado”. Las mujeres sostienen las labores de cuidados de este país, y es por ello que durante la pandemia incrementó significativa y sostenidamente esta condición.

El otro problema se encuentra en que las mujeres cuando se incorporan al mercado laboral lo hacen en mayor porcentaje desde la informalidad, esto es en un 54.6% comparado con el 48.2% de los varones. Desde la informalidad se pagan menos salarios y de entre estos especialmente a las mujeres, esto es, ellas reciben 74 pesos por cada 100 pesos que recibe un hombre. Esta desigualdad también se refleja en el empleo formal: por cada 100 pesos que reciben ellos, ellas reciben 88 pesos.

Si esto no fuera suficiente, a la brecha laboral le sigue la pobreza laboral, Sinaloa se encuentra entre los estados con mayor brecha de pobreza laboral en la que se refleja de nuevo esta desigualdad: por cada 100 hombres existen 121 mujeres en esta condición.

El valor económico del trabajo no remunerado equivale al 24.3% del PIB (Producto Interno Bruto) del país en el que las mujeres aportan el 17.6%. Aún hay mucha incredulidad sobre la necesidad de seguir marchando, alzando la voz y de exigir el cambio social que permita a las mujeres su igual reconocimiento de libertad y dignidad.

Con estos datos, ¿aún te parece que ya somos iguales?...

Los hombres deben decirles a sus empresas que no quieren perderse el cuidado de sus hijos (as)

Claudia Goldin

La sufragista Emmeline Pethick-Lawrence decía que el violeta simboliza la conciencia de la libertad y la dignidad, así ha quedado impregnado en la lucha por los derechos de las mujeres a lo largo del tiempo, siendo especialmente el mes de marzo el del color violeta: las marchas, las reflexiones, la voz y las letras desean contribuir a un mundo con igualdad de derechos para todas las personas.

Si centramos la mirada desde la numeralia económica nos daríamos cuenta del enorme reto que tenemos, sobre esa brecha quiero enfocar la reflexión de hoy con los datos 2023 de la ENOE (Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo), IMSS de enero 2024 (Instituto Mexicano de Seguridad Social) y Banco Mundial de 2020.

En México la cantidad de mujeres no disponibles para el mercado laboral es casi tres veces mayor al de los hombres, esto es por que esta categoría se compone de personas de entre 15 años o más que no buscan trabajo y que si se los ofrecieran no lo aceptarían, las razones principales son el tiempo que se dedica a los quehaceres domésticos y de cuidados, el dato es claro: las mujeres dedican 2.3 veces más horas que los hombres a las labores domésticas no remuneradas.

Esta realidad, sin la perspectiva de género, nos hace pensar que existe mayor número disponible de mujeres para el mercado laboral, representando casi el doble que la cantidad de hombres disponibles, sin embargo, gracias a esa vista, a esto se le conoce como “desempleo disfrazado”. Las mujeres sostienen las labores de cuidados de este país, y es por ello que durante la pandemia incrementó significativa y sostenidamente esta condición.

El otro problema se encuentra en que las mujeres cuando se incorporan al mercado laboral lo hacen en mayor porcentaje desde la informalidad, esto es en un 54.6% comparado con el 48.2% de los varones. Desde la informalidad se pagan menos salarios y de entre estos especialmente a las mujeres, esto es, ellas reciben 74 pesos por cada 100 pesos que recibe un hombre. Esta desigualdad también se refleja en el empleo formal: por cada 100 pesos que reciben ellos, ellas reciben 88 pesos.

Si esto no fuera suficiente, a la brecha laboral le sigue la pobreza laboral, Sinaloa se encuentra entre los estados con mayor brecha de pobreza laboral en la que se refleja de nuevo esta desigualdad: por cada 100 hombres existen 121 mujeres en esta condición.

El valor económico del trabajo no remunerado equivale al 24.3% del PIB (Producto Interno Bruto) del país en el que las mujeres aportan el 17.6%. Aún hay mucha incredulidad sobre la necesidad de seguir marchando, alzando la voz y de exigir el cambio social que permita a las mujeres su igual reconocimiento de libertad y dignidad.

Con estos datos, ¿aún te parece que ya somos iguales?...