/ lunes 2 de mayo de 2022

El Plan Estatal de Desarrollo 2022-2027

El pasado miércoles 27 de abril, el gobernador constitucional del estado de Sinaloa, doctor Rubén Rocha Moya, presentó a la sociedad sinaloense el Plan Estatal de Desarrollo 2022-2027, el documento rector de las políticas públicas del presente sexenio, que se nutre de las plataformas electorales registradas en su momento, de los compromisos de campaña, de los eventos temáticos convocados para tal efecto, así como de la basta experiencia pública de los funcionarios que lo acompañan y desde luego de su expertis personal dada su connotada experiencia en el servicio público.


Estos necesarios y obligados (legalmente) ejercicios de planeación, en buen momento incorporando el adjetivo “participativa”, son relativamente recientes en el paradigma de la administración pública mexicana, pues su origen se remonta a los años ochenta, cuando el gobierno del expresidente Miguel de la Madrid expide la primera Ley de Planeación federal el 05 de enero de 1983, al inicio del sexenio y en el marco de un ordenamiento de la cosa pública que se planteaba la urgente implementación de una “renovación moral”.


Es importante comentar que todos estos ejercicios y disposiciones en materia de planeción, tienen su base constitucional en el artículo 26 de nuestra carta magna, que al respecto establece lo siguiente: “El Estado organizará un sistema de planeación democrática del desarrollo nacional que imprima solidez, dinamismo, competitividad, permanencia y equidad al crecimiento de la economía para la independencia y la democratización política, social y cultural de la nación. . . La planeación será democrática y deliberativa. Mediante los mecanismos de participación que establezca la ley, recogerá las aspiraciones y demandas de la sociedad para incorporarlas al plan y los programas de desarrollo.”


A nivel estatal, la regulación legal de la planeación llega casi cinco años después de promulgada la antes citada ley federal, pues es hasta el sexenio del gobernador Franciso Labastida Ochoa, en octubre de 1987, que se expide por él y su secretario general de gobierno -el académico Diego Valadés- la Ley de Planeación para el Estado de Sinaloa, que en su artículo número 20 dispone lo relativo a la presentación del plan estatal: “El Plan Estatal de Desarrollo determina los objetivos generales, estrategias y prioridades del Desarrollo Integral del Estado; establece los lineamientos de la Política de carácter global, sectorial y municipal, y rige el contenido de los programas que se generen en el Sistema Estatal de Planeación Democrática. El Plan Estatal de Desarrollo se elaborará, aprobará y publicará en el Periódico Oficial del Estado dentro de un plazo de seis meses, contados a partir de la fecha de toma de posesión del Gobernador Constitucional de la Entidad.”


De particular relevancia resulta leer con detenimiento las palabras del gobernador Rocha en su discurso de presentación, donde reitera su compromiso de realizar una gobierno humanista, de profunda vocación social y de pleno compromiso democrático. Igualmente, nos expresa que en las 390 páginas del documento “están contenidas las esperanzas que los sinaloenses me transmitieron como candidato pero también mis convicciones de hombre comprometido con la justicia”.


Grosso modo, el documento del Plan está estructurado en tres grandes ejes estratégicos: I) Bienestar social sostenible, II) Desarrollo económico, y III) Gobierno democrático, promotor de la paz, seguridad, ética y eficiencia. Asimismo, incorpora como guía de conducta e inspiración, ocho principios y valores muy representativos de la Cuarta Transformación que lidera nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador: 1) Honradez y honestidad, 2) No al gobierno rico con pueblo pobre, 3) Al margen de la ley, nada; por encima de la ley, nadie, 4) Economía para el bienestar, 5) Por el bien de todos primero los pobres, 6) No dejar a nadie atrás, no dejar a nadie fuera, 7) No puede haber paz sin justicia, y 8) Democracia significa el poder del pueblo.


Sin duda un documento de lectura obligada para conocer a detalle la propuesta de transformación de nuestro gobernador Rubén Rocha Moya, hacerle comentarios, críticas y aportaciones, pues la democracia moderna no se entiende sin el diálogo circular entre ciudadanos y gobierno. Por lo pronto, tenemos una extraordinaria hoja de ruta para llevar a Sinaloa al nivel de desarrollo que merece, con visión, con estrategia, con objetivos claros y con un gobierno decidido al establecer un parteaguas en la historia de Sinaloa.




*Secretario de Salud del Estado de Sinaloa.

El pasado miércoles 27 de abril, el gobernador constitucional del estado de Sinaloa, doctor Rubén Rocha Moya, presentó a la sociedad sinaloense el Plan Estatal de Desarrollo 2022-2027, el documento rector de las políticas públicas del presente sexenio, que se nutre de las plataformas electorales registradas en su momento, de los compromisos de campaña, de los eventos temáticos convocados para tal efecto, así como de la basta experiencia pública de los funcionarios que lo acompañan y desde luego de su expertis personal dada su connotada experiencia en el servicio público.


Estos necesarios y obligados (legalmente) ejercicios de planeación, en buen momento incorporando el adjetivo “participativa”, son relativamente recientes en el paradigma de la administración pública mexicana, pues su origen se remonta a los años ochenta, cuando el gobierno del expresidente Miguel de la Madrid expide la primera Ley de Planeación federal el 05 de enero de 1983, al inicio del sexenio y en el marco de un ordenamiento de la cosa pública que se planteaba la urgente implementación de una “renovación moral”.


Es importante comentar que todos estos ejercicios y disposiciones en materia de planeción, tienen su base constitucional en el artículo 26 de nuestra carta magna, que al respecto establece lo siguiente: “El Estado organizará un sistema de planeación democrática del desarrollo nacional que imprima solidez, dinamismo, competitividad, permanencia y equidad al crecimiento de la economía para la independencia y la democratización política, social y cultural de la nación. . . La planeación será democrática y deliberativa. Mediante los mecanismos de participación que establezca la ley, recogerá las aspiraciones y demandas de la sociedad para incorporarlas al plan y los programas de desarrollo.”


A nivel estatal, la regulación legal de la planeación llega casi cinco años después de promulgada la antes citada ley federal, pues es hasta el sexenio del gobernador Franciso Labastida Ochoa, en octubre de 1987, que se expide por él y su secretario general de gobierno -el académico Diego Valadés- la Ley de Planeación para el Estado de Sinaloa, que en su artículo número 20 dispone lo relativo a la presentación del plan estatal: “El Plan Estatal de Desarrollo determina los objetivos generales, estrategias y prioridades del Desarrollo Integral del Estado; establece los lineamientos de la Política de carácter global, sectorial y municipal, y rige el contenido de los programas que se generen en el Sistema Estatal de Planeación Democrática. El Plan Estatal de Desarrollo se elaborará, aprobará y publicará en el Periódico Oficial del Estado dentro de un plazo de seis meses, contados a partir de la fecha de toma de posesión del Gobernador Constitucional de la Entidad.”


De particular relevancia resulta leer con detenimiento las palabras del gobernador Rocha en su discurso de presentación, donde reitera su compromiso de realizar una gobierno humanista, de profunda vocación social y de pleno compromiso democrático. Igualmente, nos expresa que en las 390 páginas del documento “están contenidas las esperanzas que los sinaloenses me transmitieron como candidato pero también mis convicciones de hombre comprometido con la justicia”.


Grosso modo, el documento del Plan está estructurado en tres grandes ejes estratégicos: I) Bienestar social sostenible, II) Desarrollo económico, y III) Gobierno democrático, promotor de la paz, seguridad, ética y eficiencia. Asimismo, incorpora como guía de conducta e inspiración, ocho principios y valores muy representativos de la Cuarta Transformación que lidera nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador: 1) Honradez y honestidad, 2) No al gobierno rico con pueblo pobre, 3) Al margen de la ley, nada; por encima de la ley, nadie, 4) Economía para el bienestar, 5) Por el bien de todos primero los pobres, 6) No dejar a nadie atrás, no dejar a nadie fuera, 7) No puede haber paz sin justicia, y 8) Democracia significa el poder del pueblo.


Sin duda un documento de lectura obligada para conocer a detalle la propuesta de transformación de nuestro gobernador Rubén Rocha Moya, hacerle comentarios, críticas y aportaciones, pues la democracia moderna no se entiende sin el diálogo circular entre ciudadanos y gobierno. Por lo pronto, tenemos una extraordinaria hoja de ruta para llevar a Sinaloa al nivel de desarrollo que merece, con visión, con estrategia, con objetivos claros y con un gobierno decidido al establecer un parteaguas en la historia de Sinaloa.




*Secretario de Salud del Estado de Sinaloa.