/ lunes 8 de abril de 2024

Microscopio social | Xóchitl ganó el debate y ganará la presidencia

Xóchitl Gálvez demostró una vez más en el primer debate presidencial, que conoce a plenitud los problemas de México y que tiene una agenda de gobierno que puede sacar al país del desastre nacional ocasionado por Morena. Es una profesional de la ingeniería, una política honesta y de resultados, sin manchas de corrupción y con una biografía que nos enorgullece a todos. Genuinamente es producto de la cultura del esfuerzo, no del privilegio, y una servidora pública que ha vivido para la política y no de la política, a diferencia de todo el grupo oficialista que (des)gobierna México.

A diferencia de los otros dos candidatos presidenciales, Xóchitl sabe lo que es generar empleo, pagar semanalmente una nómina, contribuir desde su empresa al producto interno bruto y pagar los impuestos empresariales que finacian los programas sociales que tanto presumen los morenistas, quienes en su mayoría no proveen por cierto ni un peso de este tipo al erario nacional.

El día de ayer fuimos testigos del primer cara a cara entre los aspirantes a la “Silla del Aguila”, y habrá otros dos, el 28 de abril y el 19 de mayo. Los debates son una gran oportunidad para observar la capacidad expositiva de los candidatos, sus reflejos, las propuestas, la imagen y su habilidad para confrontar argumentos.

Dependiendo de las circunstancias, el momento político y las cualidades de los personajes, el debate pueden influir significativamente en el resultado electoral. Existen antecedentes históricos como el debate Kennedy vs Nixon en 1960, primer debate presidencial en los Estados Unidos y además televisado, situación que favoreció enormente a Kennedy, a pesar de que la gente que lo siguió por radio (minoría) vio ganar a Nixon. Pero la actuación de Kennedy frente a las cámaras, hoy resulta un video de culto o de manual para los consultores en materia política.

En México, también fue muy interesante el debate presidencial de 1994 entre Ernesto Zedillo (PRI), Cuauhtémoc Cárdenas (PRD) y Diego Fernández de Cevallos (PAN), también pionero en nuestro país y que ganó abrumadoramente Diego, un personaje en ese momento poco conocido pero que deslumbró con su elocuencia, combatividad, histrionismo y argumentación. Inmediatamente subió mucho en las encuestas, se especula que brincó al primer lugar pero finalmente no ganó la elección.

En el caso del debate de ayer, todos pudimos ver la elocuencia de Xóchitl, el conocimiento que tiene del país y la facilidad para confrontar las mentiras de los adversarios, acompañando con datos duros y cifras oficiales cada uno de sus argumentos. De manera muy concisa, me quedaría con los siguientes momentos:

En educación, Xóchitl propuso garantizar las escuelas de tiempo completo y regresarle las estancias infantiles a las mujeres trabajadoras. La candidata oficial se quedó callada, pues siendo una demanda muy sentida de los mexicanos, Moreno destruyó estos dos programas.

Xóchitl se comprometió a aplicar la ley sin dintinción contra la corrupción, empezando por los negocios de los amigos al primer círculo presidencial. Otra vez el silencio y la complicidad de la candidata oficial.

En transparencia, Xóchitl se comprometio que las compras del gobierno sean una caja de cristal, y que todas las obras preponderantemente sean por licitación, no sólo el 65% como propone Morena, dejando para la asignación directa sólo el mínimo indispensable exigido por la ley.

Xóchitl propone que la contabilidad del gobierno esté disponible para consulta en línea, para que el ciudadano sepa en todo momento en que se gasta el dinero de los mexicanos.

Hubo un momento muy sintómatico en la intervención de la candidata oficialista cuando la traicionó la gargante al quere presumir el crecimiento económico del 3.2% en el 2023, cuando el promedio del sexenio ha sido del 0.8%, el peor en mucho tiempo, y muy por debajo del 6% que prometió para su último año que pinta para quedar en 2.5%.

Este debate fue una muy buena oportunidad para ver la enorme diferencia entre la propuesta de Xóchitl Gálvez para rescatar a México del desastre en Salud, seguridad pública y magro crecimiento económico, frente a una candidata oficialista que en el colmo de su tragedia prentende darle continuidad a todo desastre que han ocasionado.

La supuesta “cuarta transformación” fue toda una decepción. El próximo dos de junio hagamos patria frenando la destrucción y votando por el México exitoso que propone Xóchitl Gálvez. ¡Claro que se puede!



08/Abr/2024.

Xóchitl Gálvez demostró una vez más en el primer debate presidencial, que conoce a plenitud los problemas de México y que tiene una agenda de gobierno que puede sacar al país del desastre nacional ocasionado por Morena. Es una profesional de la ingeniería, una política honesta y de resultados, sin manchas de corrupción y con una biografía que nos enorgullece a todos. Genuinamente es producto de la cultura del esfuerzo, no del privilegio, y una servidora pública que ha vivido para la política y no de la política, a diferencia de todo el grupo oficialista que (des)gobierna México.

A diferencia de los otros dos candidatos presidenciales, Xóchitl sabe lo que es generar empleo, pagar semanalmente una nómina, contribuir desde su empresa al producto interno bruto y pagar los impuestos empresariales que finacian los programas sociales que tanto presumen los morenistas, quienes en su mayoría no proveen por cierto ni un peso de este tipo al erario nacional.

El día de ayer fuimos testigos del primer cara a cara entre los aspirantes a la “Silla del Aguila”, y habrá otros dos, el 28 de abril y el 19 de mayo. Los debates son una gran oportunidad para observar la capacidad expositiva de los candidatos, sus reflejos, las propuestas, la imagen y su habilidad para confrontar argumentos.

Dependiendo de las circunstancias, el momento político y las cualidades de los personajes, el debate pueden influir significativamente en el resultado electoral. Existen antecedentes históricos como el debate Kennedy vs Nixon en 1960, primer debate presidencial en los Estados Unidos y además televisado, situación que favoreció enormente a Kennedy, a pesar de que la gente que lo siguió por radio (minoría) vio ganar a Nixon. Pero la actuación de Kennedy frente a las cámaras, hoy resulta un video de culto o de manual para los consultores en materia política.

En México, también fue muy interesante el debate presidencial de 1994 entre Ernesto Zedillo (PRI), Cuauhtémoc Cárdenas (PRD) y Diego Fernández de Cevallos (PAN), también pionero en nuestro país y que ganó abrumadoramente Diego, un personaje en ese momento poco conocido pero que deslumbró con su elocuencia, combatividad, histrionismo y argumentación. Inmediatamente subió mucho en las encuestas, se especula que brincó al primer lugar pero finalmente no ganó la elección.

En el caso del debate de ayer, todos pudimos ver la elocuencia de Xóchitl, el conocimiento que tiene del país y la facilidad para confrontar las mentiras de los adversarios, acompañando con datos duros y cifras oficiales cada uno de sus argumentos. De manera muy concisa, me quedaría con los siguientes momentos:

En educación, Xóchitl propuso garantizar las escuelas de tiempo completo y regresarle las estancias infantiles a las mujeres trabajadoras. La candidata oficial se quedó callada, pues siendo una demanda muy sentida de los mexicanos, Moreno destruyó estos dos programas.

Xóchitl se comprometió a aplicar la ley sin dintinción contra la corrupción, empezando por los negocios de los amigos al primer círculo presidencial. Otra vez el silencio y la complicidad de la candidata oficial.

En transparencia, Xóchitl se comprometio que las compras del gobierno sean una caja de cristal, y que todas las obras preponderantemente sean por licitación, no sólo el 65% como propone Morena, dejando para la asignación directa sólo el mínimo indispensable exigido por la ley.

Xóchitl propone que la contabilidad del gobierno esté disponible para consulta en línea, para que el ciudadano sepa en todo momento en que se gasta el dinero de los mexicanos.

Hubo un momento muy sintómatico en la intervención de la candidata oficialista cuando la traicionó la gargante al quere presumir el crecimiento económico del 3.2% en el 2023, cuando el promedio del sexenio ha sido del 0.8%, el peor en mucho tiempo, y muy por debajo del 6% que prometió para su último año que pinta para quedar en 2.5%.

Este debate fue una muy buena oportunidad para ver la enorme diferencia entre la propuesta de Xóchitl Gálvez para rescatar a México del desastre en Salud, seguridad pública y magro crecimiento económico, frente a una candidata oficialista que en el colmo de su tragedia prentende darle continuidad a todo desastre que han ocasionado.

La supuesta “cuarta transformación” fue toda una decepción. El próximo dos de junio hagamos patria frenando la destrucción y votando por el México exitoso que propone Xóchitl Gálvez. ¡Claro que se puede!



08/Abr/2024.