/ lunes 29 de marzo de 2021

Cultura política y construcción de ciudadanía

Estamos a menos de 70 días de nuestra cita con las urnas, y uno de los factores que impactará en el resultado y la conformación de los poderes públicos será el compromiso de los ciudadanos con la democracia, que se materializa en esta conyuntura con el acto de votar de manera libre, individual y voluntaria por la opción política de su preferencia.

A este gesto o actitud cívica se le reconoce como un pilar de la cultura política democrática, así como a la labor de “construcción de ciudadanía”, que ha asumido el Instituto Nacional Electoral (INE, antes IFE) desde su creación en 1990 y que, por cierto,los partidos políticos tienen la obligación de contribuir mediante el desarrollo de lo que la Ley General de Partidos Políticos llama “actividades específicas”.

El artículo 51 de dicha Ley es muy claro y establece que los partidos políticos recibirán financiamiento público no solo para el funcionamiento ordinario y sus gastos de campaña, también para “La educación y capacitación política, la investigación socioeconómica y política, así como las tareas editoriales de los partidos”; el monto total anual establecido será “equivalente al tres por ciento del que corresponda en el mismo año para actividades ordinarias”.

Refiero este importante tema, porque el pasadomartes 24 de marzo, el INE y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dieron a conocer los resultados de la Encuesta Nacional de Cultura Cívica (ENCUCI) 2020, un estudio muy completo sobre percepciones, hábitos y conductas democráticas.

En buena hora viene a retomar el interesante análisis bianual que hacía la antigua Encuesta Nacional sobre Cultura Política y Prácticas Ciudadanas (ENCUP) que la Secretaría de Gobernación y el INEGI publicaron los años 2001, 2003, 2005, 2008 y 2012, y cuyo objetivo era “Diagnosticar los rasgos de la cultura política y de las prácticas ciudadanas predominantes entre los mexicanos e identificar los factores que los explican y los condicionan, con la finalidad de incrementar el impacto de las acciones que impulse el poder Ejecutivo dirigidas a contribuir y promover transformaciones culturales que den sustento a la gobernabilidad democrática en México”.

En el caso de la Encuesta Nacional de Cultura Cívica 2020, de acuerdo con su explicación introductoria, esta encuesta tiene como propósito “generar información sobre percepciones, valores y prácticas relativas a la ciudadanía y al ejercicio de sus derechos en México, así como sobre los factores que inciden en la construcción de una ciudadanía plena. En particular, identifica el conjunto de creencias, valores, actitudes y prácticas que estructuran además de modelar la relación de las personas de 15 años y más con el poder público, con diferentes formas asociativas y con otros individuos, así como el sentido de pertenencia y el reconocimiento de derechos y obligaciones como ciudadano mexicano”.

Algunos de sus datos más interesantes son los siguientes:

  • Las organizaciones a las que la población de 15 años y más les tiene mucha confianza son a las universidades públicas con 25.9%, seguidas de los sacerdotes con 16% y los medios de comunicación con 11.2%.
  • El 91.5% de la población de 18 años y más cuenta con credencial de elector vigente.
  • Un 59.2% de la población de 15 años y más está de acuerdo con que gracias a los partidos políticos. la gente puede participar en la vida política.
  • El 54.2% de la población de 15 años y más considera que es posible disminuir la corrupción en México
  • Un 49.5% de la población de 15 años y más señaló que las personas pueden pedir que se cambien las leyes, si estas no les parecen. En cambio, 27.7% de la población consideró que las personas deben obedecer siempre las leyes, aunque sean injustas y 16.8% opinó que las personas pueden desobedecer la ley, si esta es injusta.
  • Los principales motivos de discriminación, rechazo o trato diferenciado en el país son la clase social, la forma de vestir o arreglarse y la orientación sexual, con 73.3%, 72.6% y 72.2%, respectivamente.
  • El 52.7% de la población que sabe o ha escuchado lo que es la democracia manifestó sentirse muy o algo satisfecha con la democracia en México, mientras que 46.8% declaró sentirse poco o nada satisfecha.
  • El 69.2% de la población considera que tiene los conocimientos y habilidades para participar en actividades políticas. En contraste, 77.5% de la población consideró que para gobernar un país es necesario un gobierno encabezado por un líder político fuerte.

Tomando en consideración lo anterior y el índice de democracia establecido por la Unidad de Inteligencia de The Economist (EIU), podemos decir que, en general, los mexicanos expresamos conductas enmarcadas dentro de la cultura política democrática, pero no en la magnitud que nos lleve a ser considerados una democracia consolidada o plena. Lograr este propósito es una tarea colectiva de todos: partidos, sociedad y gobierno.

Estamos a menos de 70 días de nuestra cita con las urnas, y uno de los factores que impactará en el resultado y la conformación de los poderes públicos será el compromiso de los ciudadanos con la democracia, que se materializa en esta conyuntura con el acto de votar de manera libre, individual y voluntaria por la opción política de su preferencia.

A este gesto o actitud cívica se le reconoce como un pilar de la cultura política democrática, así como a la labor de “construcción de ciudadanía”, que ha asumido el Instituto Nacional Electoral (INE, antes IFE) desde su creación en 1990 y que, por cierto,los partidos políticos tienen la obligación de contribuir mediante el desarrollo de lo que la Ley General de Partidos Políticos llama “actividades específicas”.

El artículo 51 de dicha Ley es muy claro y establece que los partidos políticos recibirán financiamiento público no solo para el funcionamiento ordinario y sus gastos de campaña, también para “La educación y capacitación política, la investigación socioeconómica y política, así como las tareas editoriales de los partidos”; el monto total anual establecido será “equivalente al tres por ciento del que corresponda en el mismo año para actividades ordinarias”.

Refiero este importante tema, porque el pasadomartes 24 de marzo, el INE y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dieron a conocer los resultados de la Encuesta Nacional de Cultura Cívica (ENCUCI) 2020, un estudio muy completo sobre percepciones, hábitos y conductas democráticas.

En buena hora viene a retomar el interesante análisis bianual que hacía la antigua Encuesta Nacional sobre Cultura Política y Prácticas Ciudadanas (ENCUP) que la Secretaría de Gobernación y el INEGI publicaron los años 2001, 2003, 2005, 2008 y 2012, y cuyo objetivo era “Diagnosticar los rasgos de la cultura política y de las prácticas ciudadanas predominantes entre los mexicanos e identificar los factores que los explican y los condicionan, con la finalidad de incrementar el impacto de las acciones que impulse el poder Ejecutivo dirigidas a contribuir y promover transformaciones culturales que den sustento a la gobernabilidad democrática en México”.

En el caso de la Encuesta Nacional de Cultura Cívica 2020, de acuerdo con su explicación introductoria, esta encuesta tiene como propósito “generar información sobre percepciones, valores y prácticas relativas a la ciudadanía y al ejercicio de sus derechos en México, así como sobre los factores que inciden en la construcción de una ciudadanía plena. En particular, identifica el conjunto de creencias, valores, actitudes y prácticas que estructuran además de modelar la relación de las personas de 15 años y más con el poder público, con diferentes formas asociativas y con otros individuos, así como el sentido de pertenencia y el reconocimiento de derechos y obligaciones como ciudadano mexicano”.

Algunos de sus datos más interesantes son los siguientes:

  • Las organizaciones a las que la población de 15 años y más les tiene mucha confianza son a las universidades públicas con 25.9%, seguidas de los sacerdotes con 16% y los medios de comunicación con 11.2%.
  • El 91.5% de la población de 18 años y más cuenta con credencial de elector vigente.
  • Un 59.2% de la población de 15 años y más está de acuerdo con que gracias a los partidos políticos. la gente puede participar en la vida política.
  • El 54.2% de la población de 15 años y más considera que es posible disminuir la corrupción en México
  • Un 49.5% de la población de 15 años y más señaló que las personas pueden pedir que se cambien las leyes, si estas no les parecen. En cambio, 27.7% de la población consideró que las personas deben obedecer siempre las leyes, aunque sean injustas y 16.8% opinó que las personas pueden desobedecer la ley, si esta es injusta.
  • Los principales motivos de discriminación, rechazo o trato diferenciado en el país son la clase social, la forma de vestir o arreglarse y la orientación sexual, con 73.3%, 72.6% y 72.2%, respectivamente.
  • El 52.7% de la población que sabe o ha escuchado lo que es la democracia manifestó sentirse muy o algo satisfecha con la democracia en México, mientras que 46.8% declaró sentirse poco o nada satisfecha.
  • El 69.2% de la población considera que tiene los conocimientos y habilidades para participar en actividades políticas. En contraste, 77.5% de la población consideró que para gobernar un país es necesario un gobierno encabezado por un líder político fuerte.

Tomando en consideración lo anterior y el índice de democracia establecido por la Unidad de Inteligencia de The Economist (EIU), podemos decir que, en general, los mexicanos expresamos conductas enmarcadas dentro de la cultura política democrática, pero no en la magnitud que nos lleve a ser considerados una democracia consolidada o plena. Lograr este propósito es una tarea colectiva de todos: partidos, sociedad y gobierno.