/ lunes 11 de marzo de 2024

AMLO y Sinaloa bajo la lupa

Las visitas del presidente Andrés Manuel López Obrador, y sobre a todo a territorio narco, como Badiraguato u otros puntos serranos, siempre han sido polémicos por las suspicacias que levanta, sobre todo desde que en marzo de 2020, saludó de mano a la madre de Joaquín Guzmán Loera.

Nada más en los últimos días, la prensa nacional ha bombardeado con columnas editoriales donde involucran al gobierno sinaloense y al presidente con el Cártel de Sinaloa, y sí, el Triángulo Dorado, es la cuna de grandes capos, empezando por los Guzmán, siguiendo con los Beltrán Leyva, los Esparragoza, los Carrillo, los Caros y Quintero, entre otros apellidos que remiten a ese mundo del crimen organizado.

Por eso y más sospechas, es que cada gira de AMLO al estado, genera cosquillas en la opinión pública. Siempre estarán bajo la lupa.

Ahora bien, más allá de si las relaciones entre el Estado mexicano y el narco tiene un asidero en la evidencia o no, lo cierto es que desde hace mucho tiempo que el presidente nada más vive del discurso, de la narrativa de aquel fácil elogio a lo que él llama “el pueblo bueno y sabio”, cuando en la realidad tiene años viviendo amurallado por los generales del Ejército y todo el aparato de seguridad de la Secretaría de la Defensa Nacional.

Así lo demuestran unos despachos obtenidos en los archivos de la SEDENA, conocidos ahora como Guacamaya, en donde se detalla que la inteligencia militar y logística no deja nada al azar cuando se programa un viaje del presidente.

Es normal, es su trabajo desde luego, garantizar que la visita del mandatario transite de la mejor manera y sin riesgos, pero la narrativa del pueblo bueno protector, claro, ya quedó muy atrás, en la época en que AMLO se arropaba por las masas.

Hoy más que nunca hay reclamos, y eso se vivió el 23 y 24 de febrero en su recorrido por Mazatlán, donde los universitarios y familias desplazadas lanzaron su grito de protesta al paso del jefe supremo de las fuerzas armadas.

Sin freno violencia familiar

La violencia intrafamiliar no es una problemática exclusiva de las grandes urbes ni tampoco de colonias marginadas o alejadas de la periferia de las ciudades, en la actualidad las agresiones en el núcleo de una familia, en las que la principal víctima es la mujer, ocurren en cualquier parte.

En Mazatlán son cinco colonias las que presentan focos rojos, según los casos registrados y que han sido denunciados a través del Instituto Municipal de la Mujer

Son el Centro y las colonias Francisco Villa, Casa Redonda, Valles del Sol y Pradera Dorada donde este año se han encendido las alertas, principalmente de violencia psicológica, económica y física, en mujeres de 20 a 48 años de edad.

Se trata de una problemática que se sale de control debido a que en el 98 por ciento de los casos el agresor ha tenido ingesta de alcohol y drogas, por lo que no solo hay que brindarle atención a la víctima, sino también al victimario.

Tan solo en el mes de febrero el Immujer atendió 10 casos por semana de este tipo, lo que significa que cada 16 horas se registra en Mazatlán una agresión a la mujer. Esto representó un aumento del 20 por ciento respecto al mes de enero y del 50 por ciento en comparación al mismo periodo de tiempo de 2023.

La violencia familiar es el delito que más ha crecido en Sinaloa; en 2023, de acuerdo a la Secretaría de las Mujeres, de las 9 mil 496 carpetas de investigación que se abrieron por delitos contra la mujer, 6 mil 150 fueron por este delito.

Es urgente que se implementen programas mediante los cuales realmente se pueda disminuir la estadística, ya no alcanza con pláticas informativas y entrega de volantes, las autoridades deben ir más allá para poder hacerle frente a esta problemática.

Las visitas del presidente Andrés Manuel López Obrador, y sobre a todo a territorio narco, como Badiraguato u otros puntos serranos, siempre han sido polémicos por las suspicacias que levanta, sobre todo desde que en marzo de 2020, saludó de mano a la madre de Joaquín Guzmán Loera.

Nada más en los últimos días, la prensa nacional ha bombardeado con columnas editoriales donde involucran al gobierno sinaloense y al presidente con el Cártel de Sinaloa, y sí, el Triángulo Dorado, es la cuna de grandes capos, empezando por los Guzmán, siguiendo con los Beltrán Leyva, los Esparragoza, los Carrillo, los Caros y Quintero, entre otros apellidos que remiten a ese mundo del crimen organizado.

Por eso y más sospechas, es que cada gira de AMLO al estado, genera cosquillas en la opinión pública. Siempre estarán bajo la lupa.

Ahora bien, más allá de si las relaciones entre el Estado mexicano y el narco tiene un asidero en la evidencia o no, lo cierto es que desde hace mucho tiempo que el presidente nada más vive del discurso, de la narrativa de aquel fácil elogio a lo que él llama “el pueblo bueno y sabio”, cuando en la realidad tiene años viviendo amurallado por los generales del Ejército y todo el aparato de seguridad de la Secretaría de la Defensa Nacional.

Así lo demuestran unos despachos obtenidos en los archivos de la SEDENA, conocidos ahora como Guacamaya, en donde se detalla que la inteligencia militar y logística no deja nada al azar cuando se programa un viaje del presidente.

Es normal, es su trabajo desde luego, garantizar que la visita del mandatario transite de la mejor manera y sin riesgos, pero la narrativa del pueblo bueno protector, claro, ya quedó muy atrás, en la época en que AMLO se arropaba por las masas.

Hoy más que nunca hay reclamos, y eso se vivió el 23 y 24 de febrero en su recorrido por Mazatlán, donde los universitarios y familias desplazadas lanzaron su grito de protesta al paso del jefe supremo de las fuerzas armadas.

Sin freno violencia familiar

La violencia intrafamiliar no es una problemática exclusiva de las grandes urbes ni tampoco de colonias marginadas o alejadas de la periferia de las ciudades, en la actualidad las agresiones en el núcleo de una familia, en las que la principal víctima es la mujer, ocurren en cualquier parte.

En Mazatlán son cinco colonias las que presentan focos rojos, según los casos registrados y que han sido denunciados a través del Instituto Municipal de la Mujer

Son el Centro y las colonias Francisco Villa, Casa Redonda, Valles del Sol y Pradera Dorada donde este año se han encendido las alertas, principalmente de violencia psicológica, económica y física, en mujeres de 20 a 48 años de edad.

Se trata de una problemática que se sale de control debido a que en el 98 por ciento de los casos el agresor ha tenido ingesta de alcohol y drogas, por lo que no solo hay que brindarle atención a la víctima, sino también al victimario.

Tan solo en el mes de febrero el Immujer atendió 10 casos por semana de este tipo, lo que significa que cada 16 horas se registra en Mazatlán una agresión a la mujer. Esto representó un aumento del 20 por ciento respecto al mes de enero y del 50 por ciento en comparación al mismo periodo de tiempo de 2023.

La violencia familiar es el delito que más ha crecido en Sinaloa; en 2023, de acuerdo a la Secretaría de las Mujeres, de las 9 mil 496 carpetas de investigación que se abrieron por delitos contra la mujer, 6 mil 150 fueron por este delito.

Es urgente que se implementen programas mediante los cuales realmente se pueda disminuir la estadística, ya no alcanza con pláticas informativas y entrega de volantes, las autoridades deben ir más allá para poder hacerle frente a esta problemática.