Guasave, Sin. -El activismo y hablar con otras mujeres víctimas de abuso, ha sido parte de la sanación y terapia para Marce Casma, una joven de 24 años, defensora de derechos humanos y licenciada en sicología.
Casma narra el abuso sexual que sufrió a partir de los 2 años de edad por parte del esposo de su abuela materna.
Aunque tengo mucho tiempo viviendo esto, tengo muy poco tiempo siendo capaz de hablarlo, por lo general intentaba de mantener todo oculto y no pensar en ello y no sentir
Marce Casman
A partir de que conoció el activismo y los diferentes movimientos para defender derechos humanos, Casma tomó valor para platicar de su experiencia y ayudar a más mujeres víctimas de abuso formando la colectiva “Sororas Guasave”.
Desde esta plataforma social, ayuda a visibilizar las historias rotas para que, poco a poco, ellas se reconstruyan.
Experiencia atroz
Fue presa fácil para su agresor, puesto que la menor era “la favorita de Tata”, así la familia no sospecharía de lo que pasaba en casa.
Mis papás eran muy estrictos en que no dejáramos pasar extraños a la casa, pero nunca pensaron que alguien que se supone que me tenía que cuidar me terminara haciendo daño
Marce Casman
No recuerda a qué edad comenzó el abuso, piensa que fue a partir de los dos años, ya que cuando se enseñó a ir al baño se tocaba los genitales y buscaba quitarse la ropa ante cualquier situación.
"La verdad no sé qué tanto daño me hizo porque hay muchas cosas que tengo bloqueadas en la cabeza, solo sé que cuando me sentaba en sus piernas y estábamos solos solía meter sus manos en mi entre pierna y tocarme, yo no sabía por qué hacía eso, pero sabía que me dolía. manos dentro de mi ropa interior y me hacía cosas", recordó marce entre lágrimas.
A raíz de los años de abuso, Casma como forma de defensa comenzó a subir de peso para no gustarle a ni un hombre y fue hasta su adolescencia en el que logró poner un alto, sin embargo, gracias a otras mujeres sobrevivientes al abuso infantil hoy puede hablarlo públicamente para resistir.
Acompañamiento a víctimas
Luego de su experiencia y su propia vivencia, a los 13 años comenzó a brindar acompañamiento a víctimas, al principio era desde el lado emocional y al estudiar la Licenciatura en Psicología logró extenderse más y brindar mejor apoyo.
Desde el colectivo de mujeres “Sororas Guasave” se crean actividades en pro de apoyo, contención y asesorías a víctimas.
En jornadas por el Día Internacional de la Mujer ha realizado talleres de violencia de género llamado “Rompiendo el Silencio” para abrir espacio a las mujeres que han vivido, sufrido y sobrevivido al abuso sexual, al acoso callejero.
Violencia de género
De acuerdo con diversas estadísticas, hasta el 60 por ciento de las violaciones contra mujeres ocurren en el seno familiar. Es decir, quienes perpetran esta atrocidad son tíos, abuelos, padres, hermanos, y en muchas ocasiones las víctimas no hablan por temor o por miedo a ser estigmatizadas o sencillamente porque no les creen.
Además, un porcentaje de las violaciones se comenten por personas conocidas de las víctimas y otro más por compañeros de escuela o trabajo. Lo más grave de estos casos es que suelen ser menores de edad quienes son victimadas por sus propios familiares.
En Sinaloa, desde el 2019, se reportan inquietantes alzas de violencia familiar en los hogares sinaloenses, y la violencia de género, como señalan especialistas, derivan en agresiones físicas que terminan en feminicidios.
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Y es que el delito de violencia familiar en muchas ocasiones suele ser desestimado por los ministerios públicos, que no toman las denuncias presentadas con perspectiva de género y que no les dan seguimiento, al considerar “que no son agresiones fuertes”.
Incluso, de acuerdo con activistas, cuando un caso llega a los juzgados, los ministerios públicos prefieren llegar a un acuerdo entre la víctima y el imputado con la finalidad de suspender el proceso, aunque muchas veces los acusados no cumplen con las penalidades que requieren los jueces.
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