Culiacán, Sin.- Desde los 9 años de edad Claudia lleva en sus pies el ritmo de los sones tradicionales de México, piezas musicales que la llevaron a interpretar en uno de los escenarios más importantes del país: El Palacio de Bellas Artes.Su curiosidad y disciplina, no solo hicieron que fuera parte del Ballet Folclórico de Amalia Hernández, sino que además viajó al otro lado del mundo con todo y su pequeño hijo Alfonso.
Claudia Emma Gaxiola Rodríguez fue una de las primeras sinaloenses en pisar el teatro del Palacio de Bellas Artes en el 97.
La maestra, recuerda que en ese verano ella se encontraba dando un curso de danza en el estado de Oaxaca y antes de regresar a Culiacán, Sinaloa, llegó a Ciudad de México a visitar familiares y darse una vuelta por el Palacio de Bellas Artes a ver una función del espectacular y muy reconocido Ballet Folclórico de Amalia Hernández.
Al terminar la función, quise pasar a camerinos a saludar a alguien que yo conocía de ahí, pero no la vi. Le pregunté al coordinador por la persona que buscaba y no estaba. Al tener ese acercamiento, me pregunta que si de dónde soy y si baila.
Claudia.
La bailarina no iba buscando oportunidades pero una se le puso en frente. Cuando le preguntaron si estaba dispuesta a ser parte del grupo de danza de Bellas Artes, ella respondió que solo se encontraba en la Ciudad de México por temporada vacacional y que debía regresar a Sinaloa a seguir trabajando como maestra.
Son vacaciones, me dijo el coordinador del ballet y pues siendo así me presenté a ensayar esa temporada vacacional.
Claudia
Pasó una semana de lo que sería un periodo de ensayos solo por vacaciones, pero llegó de manera sorpresiva la señora Amalia Hernández, para realizar audiciones a 32 mujeres y ocho varones y seleccionar los próximos integrantes de la compañía oficial. Ahí fue donde la aventura inició. Claudia, quien solo iba a pasar el verano y luego regresar a Culiacán a continuar dando clases en primaria, quedó seleccionada.
Amalia Hernández, platica Claudia, era una maestra dura, que imponía y que en cuanto pisaba el salón de ensayo los bailarines guardaban silencio. La maestra era exigente, no por nada logró que su ballet se moviera por todo el mundo y se quedara su legado en Bellas Artes hasta la fecha.
Yo no tenía ni técnica de ballet, solo los conocimientos de las pisadas de las danzas regionales. Fue muy sorpresivo para mi haber quedado electa, pues había quienes tenían hasta un año ya aspirando a ser parte de la compañía de danza.
Claudia
De ahí en adelante, todo fluyó, en una gira a Estados Unidos, la sinaloense Claudia ya era parte de la primera compañía. Recuerda haber tenidos sus accidentes ensayando, lo normal para una bailarina, dice.
Me enganché y pensé que las cosas no se dan nada más porque sí, me regresé a pedir permiso en el trabajo y en ese año tuve apoyo de mi sindicato y de la Secretaría de Educación Pública, de manera que no perdí mi base como maestra.
Claudia
Cuando inició la aventura de formar parte del ballet, su hijo de siete años, Alfonso, estuvo en Culiacán, luego se fue a con su mamá a Ciudad de México a estudiar bajo el método Montessori, y fue cuidado por familia de Claudia. Alfonso desde pequeño estuvo familiarizado con el mundo de los teatros, los cambios de vestuarios y la música viva tradicional.
Cuando se fue a Europa, Claudia recuerda que su hijo Alfonso tuvo que viajar solo en avión, custodiado por la aerolínea, para estar con ella. Fue una temporada en donde por más de un mes estuvo viviendo becada por el ballet ahí en Europa y le dieron la oportunidad de que su hijo estuviera con ella también.
Detrás de esto, hay cosas que nadie ve, cometa Claudia. En ese tiempo, ella estuvo como mamá soltera y algunas veces fue señalada por seguir un sueño personal. “¿Cómo te vas a ir?”, “¿A qué vas para allá?”, ¿Y tú hijo?”; eran las preguntas prejuiciosas que sonaban alrededor de4 ella pero que no la detuvieron.
En España también se volvió a enamorar, uno de los músicos del mariachi que acompañaba al Ballet es ahora su actual esposo.
Al regresar a Sinaloa, relata Claudia Emma, pareciera que ese año que me fui a realizarme como bailarina, pasó desapercibido. Aquí no toman en cuenta las actividades artísticas ni ven el esfuerzo y la disciplina que hay detrás de estas. Sin embargo, eso no la afecto. Hasta la fecha, sigue preparándose en el ámbito de la educación. Actualmente es directora de una escuela primaria en la mañanas y en la tarde es maestra de danza en el Centro de Iniciación Artística 004 y cursa un doctorado en educación.
1997
Fue el año que en la sinaloense debutó en el Palacio de Bellas Artes, un recinto reservado para las mejores.
BALLET
La especialidad de la hoy maestra es el ballet folklórico y su legado habla de la obra de una mujer en la danza.
Fue muy sorpresivo para mi haber quedado electa, pues había quienes tenían hasta un año ya aspirando a ser parte de la compañía de danza.
Claudia Gaxiola, Bailarina profesional
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