Culiacán, Sin. En medio de una pandemia, en donde el temor ha sido el principal enemigo, existen lugares que distraen por completo la realidad que se vive en el mundo, al invadirse un viejo sentimiento que a lo largo de los años se ha convertido en nostalgia, en la oportunidad de poder entrar de nueva cuenta a un videoclub, ese lugar que fue el preferido por muchas generaciones.
En Culiacán, el videoclub “Videopolis” no se ha dejado vencer por ninguna de las crisis y cambios que se ha tenido en los formatos para tener acceso a películas y series en los últimos años, al tener Mario Gálvez, dueño del establecimiento, bien presente el no dejar morir toda una tradición.
Con una crisis que nadie vio venir, el coronavirus ha representado uno de los retos más impactantes para el videoclub, el cual ahora es el único que sigue vigente en todo el estado, ganándole a las grandes cadenas de su momento y diciéndole adiós al segundo que había en Mazatlán, mismo que por la pandemia ya no pudo operar.
“Videopolis” tiene 18 años de su creación y toda una historia de superación por parte de su dueño, Mario Gálvez, quien desde muy pequeño se le inculcó por sus padres la cultura de las películas y que ante su fascinación, siempre tuvo la espinita por abrir su propio negocio. Meta que se hizo realidad en 2002, en coordinación de su madre y hermanos.
Es bien sabido que este giro de negocios poco a poco ha estado desapareciendo por las nuevas alternativas que se ofrecen para ver películas o series, sin embargo, Mario, ahora en compañía de su esposa, Luz Cristina, siempre han tenido presente el regresar a las generaciones ese sentimiento que sólo un videoclub puede ofrecer.
Con las largas filas de películas que van desde los años 40 y 50, hasta los estrenos más recientes, los pasillos de Videopolis, te regala la oportunidad de revivir todas aquellas ocasiones en las que de pequeño y joven acudías con tus padres o amigos a seleccionar un título entre todas las opciones, mientras escuchabas los diálogos de una obra que aparecían en sus pantallas.
“Sobre todo, yo creo que el punto trascendental de nosotros ha sido el trato personalizado, llegar con el cliente de manera personal, salir a atenderlo, hay mucha gente que no le gusta, que ya sabemos y que inclusive llegan y nos ponen la película y nos preguntan cuál me recomienda de estos dos”, señaló.
En el momento en que las autoridades anunciaban a principios de año que se iban a cerrar ciertos giros de negocios, la decisión que tomaron Mario y su esposa fue bajar las cortinas hasta que se llegara la fase tres o que Protección Civil les solicitara dejar de trabajar en el local.
ALTERNATIVAS
Mientras tanto y viendo como poco a poco disminuía el número de clientes para la renta de películas o series y la compra de souvernirs como los juguetes “funko pop”, los cuales, son su alternativa para tener más ganancias, cada día se preparaban física y emocionalmente para el inminente cierre del negocio.
Fue hasta el 21 de abril, cuando se declaró la fase tres, que “Videopolis” bajó las cortinas y se trasladó a la casa de Mario y Cristina, lugar que se convirtió en “la tiendita”, llena de publicidad, con la oferta de las botanas del negocio, en donde aprovecharon que la tienda más cercana estaba a más de dos cuadras.
Mario pensaba que el cierre iba a ser solo por un mes, sin embargo, el tiempo se alargó a más de un mes y medio, momento en el que aprovecharon la poca venta de “Funko pop” que hay en la ciudad para publicitarse en redes sociales y plataformas de venta.
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Para su sorpresa, la venta de los juguetes coleccionables y sobre todo las de súper héroes, fueron su salvación en los días de bajas ventas en el videoclub, al aumentar la demanda por el Día del Niño y las fiestas de graduación de los menores. A la par, cada vez que acudía al local, preguntaba a sus clientes si querían alguna película para entregarlas en su casa o a domicilio.
Obviamente las ventas cayeron muchísimo, pero bueno, de cero pesos un día a que al día siguiente se vendiera, no sé, 500 – 600 pesos era una ventaja.
Mario
Mario está convencido en que el videoclub sigue siendo un lugar que gusta de las personas, por la relación sentimental que esto representa y que en ocasiones llegan adultos jóvenes con sus hijos para mostrarles lo que hacían con sus papás, “hay muchas personas que todavía les gusta venir, el tener el contacto, ver la película y preguntar”.
Con el optimismo y la responsabilidad que ahora representa ser el único en poder brindar este servicio en Sinaloa, el reto es dar la confianza a sus clientes de que cumplen con todas las medidas de sanidad. Motivo por el que se ha capacitado en la materia y se ha hecho acreedor de los distintivos que otorgan las autoridades.
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REAPERTURA
Finalmente, el cuatro de julio, se abrieron las puertas de “Videopolis”, con todos los cuidados y la limpieza que requiere la venta. Cada una de las películas que llegan a ser rentadas son sanitizadas por segunda ocasión al momento de entregarse y recibirse, del mismo modo, que el dinero que se recibe.
“Ahora la cuestión de las ventas están poco bajas, pero, como decimos mi esposa y yo, esto es cuestión de aguantar, sabemos que la gente va a volver, sabemos que ahorita hay mucho miedo para salir y es respetado, es entendible totalmente, pero nosotros sabemos que es un proceso que tenemos que superar”, destacó.
En las últimas dos semanas, Mario ha visto a clientes frecuentes que tenían meses sin rentar películas, quienes aprovechan que salen para hacer un mandado y van a “Videopolis”. Además de que, gracias a las redes sociales, en ocasiones entrega sus productos en el carro del cliente.
“Yo siempre tuve la visión de que yo voy a volver a abrir, voy a volver a abrir el videoclub, definitivamente, al menos que se venga un cataclismo y que el coronavirus se carcoma el plástico, me desaparezca todas las películas, bueno, apenas así va a estar difícil, pero nosotros siempre tuvimos el punto de abrir el videoclub”, reafirmó.
Al tener el trabajo de sus sueños, Mario está decidido a hacer todo lo posible para continuar en el mercado, tal y como lo ha hecho hasta el momento y de ser posible, es la actividad que pretende realizar por el resto de su vida.
“No estoy con la idea de que en un mes se va a cerrar el videoclub, al contrario ingeniándonos para ver de que manera, vamos a seguir adelante, vamos a seguir comprando películas, seguir consiguiendo”, finalizó.
