/ viernes 4 de diciembre de 2020

¿Una final del siglo pasado?

De acuerdo al panorama, por los resultados de los partidos de ida de la etapa semifinal, la posibilidad de que se repita la misma final de hace 23 años, es muy alta. Cruz Azul y León, llegarán con ventaja al juego definitivo, los cementeros, de plano la tienen tan clara y contundente que no deja lugar a dudas, cierto es que se puede hablar de milagros, pero la verdad, uno de tal magnitud, simplemente no vemos por donde.

En relación a la goliza que recibieron los Pumas a manos de los azules, no hay mucho que agregar, pues luego de ese 4 a 0, quedó muy en claro que el paquete de segundo lugar del rol regular le quedó grande a los jóvenes universitarios, que vieron hecho polvo su ilusión de llegar a la final. Su misión es hacer 4 goles y no recibir uno solo, por lo que, insistimos, es punto menos que imposible dada la diferencia mostrada entre uno y otro equipo.

Nadie, ni el más optimista o pesimista aficionado, ni jugadores y directivos de uno y otro equipo imaginaron siquiera tal catástrofe, menos como sucedió porque en menos de 20 minutos todos los sueños de los felinos se vinieron por los suelos. Demasiados errores defensivos, los, goles tempraneros los desmadejaron moralmente, más allá de lo estrictamente futbolístico.

Cruz Azul, podrá darse muchos lujos el próximo domingo, no hablamos de relajarse, sino de jugar de tal manera de desgastarse menos, de darle descanso a alguno de sus jugadores que han tenido más actividad, no tendrán pues porque forzar la máquina y hasta aumentar mucho más el marcador porque a Pumas no le quedará de otra, pero con la moral por los suelos, no dudamos que terminen recibiendo otra cueriza si los cementeros se lo proponen.

En el otro frente la situación, aunque diferente, nos parece que por lo mostrado durante todo el torneo y aun cuando Chivas mejoró mucho con Vucetich y pose a las adversidades, contra las que continuará esta lucha, León tiene más posibilidades de ir a la gran final y tomar venganza de aquella de hace 23 años cuando los cementeros fueron a Guanajuato para vencer a la fiera con aquella anotación de penal a cargo de Carlos Hermosillo, tras la artera agresión del portero Comizzo.

De ninguna manera estamos dando por muerto al Rebaño Sagrado, su gran dinámica le puede dar buenos dividendos, especialmente cortarle al León los circuitos en media cancha, situación no tan sencilla porque los jugadores de la fiera, sin ser tan dinámicos saben moverse muy bien sin tener la pelota.

Suponemos que ya no aparecerá Peralta, tampoco Brizuela, por aquello del COVID, asunto que sin duda afecta y mucho a las Chivas, así es que toda la carne al asador, no le queda de otra, pero está en sus manos y para nada es el caso de los Pumas.

Nos vemos el lunes

De acuerdo al panorama, por los resultados de los partidos de ida de la etapa semifinal, la posibilidad de que se repita la misma final de hace 23 años, es muy alta. Cruz Azul y León, llegarán con ventaja al juego definitivo, los cementeros, de plano la tienen tan clara y contundente que no deja lugar a dudas, cierto es que se puede hablar de milagros, pero la verdad, uno de tal magnitud, simplemente no vemos por donde.

En relación a la goliza que recibieron los Pumas a manos de los azules, no hay mucho que agregar, pues luego de ese 4 a 0, quedó muy en claro que el paquete de segundo lugar del rol regular le quedó grande a los jóvenes universitarios, que vieron hecho polvo su ilusión de llegar a la final. Su misión es hacer 4 goles y no recibir uno solo, por lo que, insistimos, es punto menos que imposible dada la diferencia mostrada entre uno y otro equipo.

Nadie, ni el más optimista o pesimista aficionado, ni jugadores y directivos de uno y otro equipo imaginaron siquiera tal catástrofe, menos como sucedió porque en menos de 20 minutos todos los sueños de los felinos se vinieron por los suelos. Demasiados errores defensivos, los, goles tempraneros los desmadejaron moralmente, más allá de lo estrictamente futbolístico.

Cruz Azul, podrá darse muchos lujos el próximo domingo, no hablamos de relajarse, sino de jugar de tal manera de desgastarse menos, de darle descanso a alguno de sus jugadores que han tenido más actividad, no tendrán pues porque forzar la máquina y hasta aumentar mucho más el marcador porque a Pumas no le quedará de otra, pero con la moral por los suelos, no dudamos que terminen recibiendo otra cueriza si los cementeros se lo proponen.

En el otro frente la situación, aunque diferente, nos parece que por lo mostrado durante todo el torneo y aun cuando Chivas mejoró mucho con Vucetich y pose a las adversidades, contra las que continuará esta lucha, León tiene más posibilidades de ir a la gran final y tomar venganza de aquella de hace 23 años cuando los cementeros fueron a Guanajuato para vencer a la fiera con aquella anotación de penal a cargo de Carlos Hermosillo, tras la artera agresión del portero Comizzo.

De ninguna manera estamos dando por muerto al Rebaño Sagrado, su gran dinámica le puede dar buenos dividendos, especialmente cortarle al León los circuitos en media cancha, situación no tan sencilla porque los jugadores de la fiera, sin ser tan dinámicos saben moverse muy bien sin tener la pelota.

Suponemos que ya no aparecerá Peralta, tampoco Brizuela, por aquello del COVID, asunto que sin duda afecta y mucho a las Chivas, así es que toda la carne al asador, no le queda de otra, pero está en sus manos y para nada es el caso de los Pumas.

Nos vemos el lunes