/ jueves 13 de junio de 2019

Un acierto

El presidente municipal de Culiacán, Jesús Estrada Ferreiro, ha anunciado el cobro del predial urbano a los deudores del exclusivo fraccionamiento “La Primavera” en la capital del estado, retomando lo que hiciera Sergio Torres con todos los deudores del municipio que suman la fabulosa fortuna de cinco mil millones de pesos, suficiente para resolver casi todos los problemas del municipio, medida que ya fue un acierto cuando Sergio Torres recaudó casi 500 millones de exclusivos fraccionamientos, como en la colonia “Chapultepec” y la privada “Los Álamos”, por ejemplo.

Sin duda, el respaldo al presidente municipal en este tema debe ser unánime sobre regularizar las deudas de este impuesto, pero el municipio puede ir mucho más lejos si revisan a fondo la deuda histórica de miles de predios, y al mismo tiempo el sistema de cálculo del impuesto predial a partir de revisar la base para asignar los valores catastrales, así como la selectividad de los mismos.

Para empezar, la deuda de los contribuyentes es mucho mayor que lo que calcula el presidente municipal si partimos de lo que ya se debía, se agrega lo que ya están obligados a pagar las instituciones públicas y los predios baldíos que no pagana predial, algunos desde hace 30 años, teniendo la ciudad en la actualidad 40 mil terrenos baldíos.

Y otro mecanismo, el más tramposo quizá, es el sistema de asignación de valores catastrales que protege descaradamente a los contribuyentes de las colonias más pudientes y “le cargan la mano” a quien menos debieran pagar, al grado que algunos vecinos señalan que si el ayuntamiento les paga el valor catastral que les asignan, les entregan su propiedad.

Tanto ha sido esta disparidad y ausencia de criterio que el envejecimiento del centro de la ciudad lo han considerado como sinónimo de mayor valor, retabulando año con año los valores catastrales, como si los servicios públicos fueran nuevos y estos no se hayan pagado desde hace décadas por los vecinos.

¿Cómo pensar que el cuartel (así les llaman ellos) que comprende de la calle Carranza a Bravo y de Malecón al Zapata, alcance valores de hasta 15 mil pesos por metro cuadrado?

Mientras usted puede revisar colonias de vecinos con altos ingresos, el valor catastral de 4 mil pesos por metro cuadrado y el valor comercial ronda los 10 mil pesos.

La verdad es que el ayuntamiento, los diputados y la unidad de catastro municipal debieran revisar a fondo esta situación, porque a través de los años estos fenómenos han distorsionado el mercado de bienes raíces, además de que este está lastimado por la economía del narcotráfico que padecemo , que hace que nuestra ciudad sea una de las más caras del país.

El problema es de saldos y pagos ciertamente, pero no solo eso, también se trata de atacar las desviaciones que se han incubado en estas áreas del gobierno municipal.

El presidente municipal de Culiacán, Jesús Estrada Ferreiro, ha anunciado el cobro del predial urbano a los deudores del exclusivo fraccionamiento “La Primavera” en la capital del estado, retomando lo que hiciera Sergio Torres con todos los deudores del municipio que suman la fabulosa fortuna de cinco mil millones de pesos, suficiente para resolver casi todos los problemas del municipio, medida que ya fue un acierto cuando Sergio Torres recaudó casi 500 millones de exclusivos fraccionamientos, como en la colonia “Chapultepec” y la privada “Los Álamos”, por ejemplo.

Sin duda, el respaldo al presidente municipal en este tema debe ser unánime sobre regularizar las deudas de este impuesto, pero el municipio puede ir mucho más lejos si revisan a fondo la deuda histórica de miles de predios, y al mismo tiempo el sistema de cálculo del impuesto predial a partir de revisar la base para asignar los valores catastrales, así como la selectividad de los mismos.

Para empezar, la deuda de los contribuyentes es mucho mayor que lo que calcula el presidente municipal si partimos de lo que ya se debía, se agrega lo que ya están obligados a pagar las instituciones públicas y los predios baldíos que no pagana predial, algunos desde hace 30 años, teniendo la ciudad en la actualidad 40 mil terrenos baldíos.

Y otro mecanismo, el más tramposo quizá, es el sistema de asignación de valores catastrales que protege descaradamente a los contribuyentes de las colonias más pudientes y “le cargan la mano” a quien menos debieran pagar, al grado que algunos vecinos señalan que si el ayuntamiento les paga el valor catastral que les asignan, les entregan su propiedad.

Tanto ha sido esta disparidad y ausencia de criterio que el envejecimiento del centro de la ciudad lo han considerado como sinónimo de mayor valor, retabulando año con año los valores catastrales, como si los servicios públicos fueran nuevos y estos no se hayan pagado desde hace décadas por los vecinos.

¿Cómo pensar que el cuartel (así les llaman ellos) que comprende de la calle Carranza a Bravo y de Malecón al Zapata, alcance valores de hasta 15 mil pesos por metro cuadrado?

Mientras usted puede revisar colonias de vecinos con altos ingresos, el valor catastral de 4 mil pesos por metro cuadrado y el valor comercial ronda los 10 mil pesos.

La verdad es que el ayuntamiento, los diputados y la unidad de catastro municipal debieran revisar a fondo esta situación, porque a través de los años estos fenómenos han distorsionado el mercado de bienes raíces, además de que este está lastimado por la economía del narcotráfico que padecemo , que hace que nuestra ciudad sea una de las más caras del país.

El problema es de saldos y pagos ciertamente, pero no solo eso, también se trata de atacar las desviaciones que se han incubado en estas áreas del gobierno municipal.