/ jueves 20 de junio de 2019

El matrimonio Ciencia y paciencia

Ayer escribí sobre el PAS y Héctor Melesio Cuén, en un encuadre de la necesidad de un debate político entre todas las fuerzas para con la mayor racionalidad posible intentar construir acuerdos frente a la sucesión del gobernador el 2021, precisamente cuando se debatía en el Congreso del Estado el tema del matrimonio igualitario, y ante el resultado y las fanfarrias sobre el mismo, de nuevo aflora la necesidad de construir un método para discutir y resolver las cosas, para que el atraso, la ignorancia, el fanatismo y los intereses mezquinos no nos atrapen en ningún tema.

Lo peor para cualquier asunto que se pretenda discutir colegiadamente es quedar atrapado bajo esos signos que perturban cualquier conciencia, que impiden esa racionalidad y que provocan se impongan siempre los intereses de poder.

¿Por qué insisto en el método? Por una cuestión muy elemental: hay que saber precisar la diferencia ¿Qué ocurre si no se hace así? Pues toda discusión se convierte en un aquelarre ¿Cuál fue el tema en la cámara de diputados sobre el matrimonio igualitario? Simplemente armonizar las leyes de Sinaloa a una resolución de la Suprema Corte y que ya son cosa juzgada por encima de lo que resuelvan los diputados.

¿Qué sentido tiene levantar “polvaredas” con argumentos que ya están superados? No es posible estar discutiendo siempre lo que ya es una obviedad y se realiza todos los días de hecho en nuestra sociedad.

Es como el tema del aborto, que como la homosexualidad, existe desde los orígenes de la vida, donde se aborta y por los argumentos llenos de prejuicios complejos, dogmas e ignorancia, no se quieren reconocer. El aborto es necesario se reconozca también para que las mujeres de toda la sociedad tengan también derecho a elegir, no nada más las que tienen dinero para pagar.

O el caso del condón, que hasta se ha dicho por la iglesia católica que no es ninguna medida profiláctica y mucho menos como mecanismo de control de natalidad, porque de acuerdo a estudios del vaticano según ellos la porosidad de los mismos no impide el paso de los espermatozoides. Por el amor de dios, hágame el favor.

Ya en estos tiempos es muy difícil andar por la vida con tanto fanatismo a cuestas. La gente tiene derecho a desarrollar su libertad y dejar el fardo de ideas que los acompleja y les impide ver la realidad.

El matrimonio igualitario seguramente no gusta a muchos, pero es un derecho que deben tener todas las personas que quieran llevar una vida plena, sin tapujos, abiertos al mundo y cada vez más alejados del menosprecio, el insulto y el agravio, siendo homosexuales o no.

¿Por qué impedir esta medida? ¿En qué cambiaba la sociedad actual si se implementaba? En nada. Tan solo se habrían admitido los hechos y poder establecer normas que regulan esas relaciones, tanto en su creación como su vinculación con la sociedad, además de la libertad legal que se les otorga a los actores.

Sin duda, este es un tema en el cual la sociedad es más resistente, donde el conservadurismo y el miedo se aferran hasta la crueldad que lastima severamente a los seres humanos.

Pero muy pronto vendrán nuevos vientos, que obligarán a asumir al gobierno de Sinaloa a armonizar sus leyes en favor de los derechos humanos. ¡Ya veremos!

Ayer escribí sobre el PAS y Héctor Melesio Cuén, en un encuadre de la necesidad de un debate político entre todas las fuerzas para con la mayor racionalidad posible intentar construir acuerdos frente a la sucesión del gobernador el 2021, precisamente cuando se debatía en el Congreso del Estado el tema del matrimonio igualitario, y ante el resultado y las fanfarrias sobre el mismo, de nuevo aflora la necesidad de construir un método para discutir y resolver las cosas, para que el atraso, la ignorancia, el fanatismo y los intereses mezquinos no nos atrapen en ningún tema.

Lo peor para cualquier asunto que se pretenda discutir colegiadamente es quedar atrapado bajo esos signos que perturban cualquier conciencia, que impiden esa racionalidad y que provocan se impongan siempre los intereses de poder.

¿Por qué insisto en el método? Por una cuestión muy elemental: hay que saber precisar la diferencia ¿Qué ocurre si no se hace así? Pues toda discusión se convierte en un aquelarre ¿Cuál fue el tema en la cámara de diputados sobre el matrimonio igualitario? Simplemente armonizar las leyes de Sinaloa a una resolución de la Suprema Corte y que ya son cosa juzgada por encima de lo que resuelvan los diputados.

¿Qué sentido tiene levantar “polvaredas” con argumentos que ya están superados? No es posible estar discutiendo siempre lo que ya es una obviedad y se realiza todos los días de hecho en nuestra sociedad.

Es como el tema del aborto, que como la homosexualidad, existe desde los orígenes de la vida, donde se aborta y por los argumentos llenos de prejuicios complejos, dogmas e ignorancia, no se quieren reconocer. El aborto es necesario se reconozca también para que las mujeres de toda la sociedad tengan también derecho a elegir, no nada más las que tienen dinero para pagar.

O el caso del condón, que hasta se ha dicho por la iglesia católica que no es ninguna medida profiláctica y mucho menos como mecanismo de control de natalidad, porque de acuerdo a estudios del vaticano según ellos la porosidad de los mismos no impide el paso de los espermatozoides. Por el amor de dios, hágame el favor.

Ya en estos tiempos es muy difícil andar por la vida con tanto fanatismo a cuestas. La gente tiene derecho a desarrollar su libertad y dejar el fardo de ideas que los acompleja y les impide ver la realidad.

El matrimonio igualitario seguramente no gusta a muchos, pero es un derecho que deben tener todas las personas que quieran llevar una vida plena, sin tapujos, abiertos al mundo y cada vez más alejados del menosprecio, el insulto y el agravio, siendo homosexuales o no.

¿Por qué impedir esta medida? ¿En qué cambiaba la sociedad actual si se implementaba? En nada. Tan solo se habrían admitido los hechos y poder establecer normas que regulan esas relaciones, tanto en su creación como su vinculación con la sociedad, además de la libertad legal que se les otorga a los actores.

Sin duda, este es un tema en el cual la sociedad es más resistente, donde el conservadurismo y el miedo se aferran hasta la crueldad que lastima severamente a los seres humanos.

Pero muy pronto vendrán nuevos vientos, que obligarán a asumir al gobierno de Sinaloa a armonizar sus leyes en favor de los derechos humanos. ¡Ya veremos!