/ jueves 22 de abril de 2021

Lo que las palabras nos muestran

“El ser humano tiene dos mentalidades: mainyu spenta, mentalidad progresiva que ayuda a avanzar y mejorar, y mainyu angra, mentalidad retrógrada que daña el mundo”. Zoroastro

Desde el punto de vista emocional y de conducta, ciertamente los seres humanos somos complejos, otras veces impredecibles y en muchas otras ocasiones, contradictorios. Sin embargo, tenemos también cierta capacidad para distinguir entre lo bueno y lo malo y, como dice Fernando Savater al hablar sobre la ética, tenemos la posibilidad de distinguir entre lo que nos conviene y lo que no, de saber por qué se consideran buenos o malos unos determinados comportamientos. La ética, para Savater, es una reflexión sobre la moral, y trata de explicarla buscando criterios para decidir si una conducta es buena o mala. Moral es el conjunto de compartimentos y normas que tú, yo y algunos de quienes nos rodean solemos aceptar como válidos; ética es la reflexión sobre por qué los consideramos válidos en comparación con la moral de las demás personas.

Y el vehículo que anuncia o desvela a la conducta, es la palabra. A veces las palabras que decimos nos pintan de cuerpo completo. Decía Octavio Paz que: “El hombre es un ser que se ha creado a sí mismo creando un lenguaje. Por la palabra, el hombre es una metáfora de sí mismo”.

En un país en donde la pobreza laboral de acuerdo al reporte de la organización civil Signos Vitales del 15 de abril pasado, aumentó de 35.7% a 40.7% de personas con ingreso laboral inferior al costo de la canasta alimentaria, más de 400 mil muertes evitables de Covid19, una crisis de seguridad sin precedentes, y en donde el jueves, por órdenes directas del presidente de la República, senadores de su partido Morena, en un procedimiento legislativo fraudulento que hizo participar tramposamente a algunos senadores de la oposición, aprobaron un proyecto de ley para extender por 2 años el mandato del presidente de la Corte Suprema, proyecto que aún debe ser aprobado por la Cámara de Diputados, y que clamorosamente es inconstitucional, toda vez que viola el artículo 97, quinto párrafo de la Constitución; donde el presidente del partido Morena clamó públicamente por “exterminar al INE” y en donde este martes, México se convirtió penosamente en uno de los 18 países autoritarios que exigen los datos biométricos de usuarios de celulares, como Arabia Saudita, China, Tayikistán, Venezuela, Pakistán, Uganda Afganistán, Omán y otros, el presidente López Obrador, como respuesta a esas situaciones o de manera sintomática de sus preocupaciones, tuvo a bien elegir sus palabras con estas frases: "Si así lo decide la naturaleza, el Creador, El Pueblo, me retiro” (en 2024, relativa al final de su mandato sexenal), o esta, referente a la prohibición constitucional de realizar propaganda de gobierno en tiempos electorales: “Mi derecho de manifestación está por encima de cualquier reglamento”, dando a entender a las claras, que eso del respeto y observancia de lo que dispone la Constitución no le incumbe a él ni tampoco a su investidura.

De acuerdo al análisis de SPIN-TCP, sobre las conferencias de prensa matutinas, López Obrador ha hecho 50 mil 324 afirmaciones no verdaderas desde el inicio de su mandato hasta el 15 de abril de este año, teniendo como promedio por conferencia 86 afirmaciones de ese tipo. ¿Con qué propósito se miente? El país está siendo dañado, con conciencia de lo que se hace.

De todas esas palabras y esos hechos, se percibe resentimiento, rencor, ánimos destructivos y violentos, nada constructivo. El presidente y su grupo actúan, se sienten y hablan Legibus solutus, libres de ataduras legales. Cómo no se podía saber. El profesor de teoría filosófica y teoría política de la Universidad de Roma, Giacomo Marramao (citado por Álex Grijelmo en "La seducción de las palabras"), escribió que si hubiéramos acometido un análisis más atento del lenguaje de los nazis habríamos podido detectar la llegada del fascismo en Europa y del nacional socialismo en Alemania. Se habrían podido advertir ambos con la progresiva corrupción y barbarización del lenguaje precisamente en la polémica política. Esto es importante porque según cómo uno habla se deduce cuál es su inclinación cultural y política.

Las prioridades de un cambio, mayoritariamente solicitadas por los electores en 2018, no pasan por lo visto hasta ahora, por el fortalecimiento del Estado de derecho, por la efectiva y eficaz división de poderes, por el análisis y diseño inteligente de una reforma de las instituciones que le confiera estabilidad al sistema democrático y le brinde resultados a la población, ni por el fortalecimiento y reforma que potencie el sistema federal constitucional.

Esto escribía Maquiavelo: “Todo aquel que desee saber que ocurrirá debe examinar qué ha ocurrido: todas las cosas de este mundo, en cualquier época, tienen su réplica en la Antigüedad”.


“El ser humano tiene dos mentalidades: mainyu spenta, mentalidad progresiva que ayuda a avanzar y mejorar, y mainyu angra, mentalidad retrógrada que daña el mundo”. Zoroastro

Desde el punto de vista emocional y de conducta, ciertamente los seres humanos somos complejos, otras veces impredecibles y en muchas otras ocasiones, contradictorios. Sin embargo, tenemos también cierta capacidad para distinguir entre lo bueno y lo malo y, como dice Fernando Savater al hablar sobre la ética, tenemos la posibilidad de distinguir entre lo que nos conviene y lo que no, de saber por qué se consideran buenos o malos unos determinados comportamientos. La ética, para Savater, es una reflexión sobre la moral, y trata de explicarla buscando criterios para decidir si una conducta es buena o mala. Moral es el conjunto de compartimentos y normas que tú, yo y algunos de quienes nos rodean solemos aceptar como válidos; ética es la reflexión sobre por qué los consideramos válidos en comparación con la moral de las demás personas.

Y el vehículo que anuncia o desvela a la conducta, es la palabra. A veces las palabras que decimos nos pintan de cuerpo completo. Decía Octavio Paz que: “El hombre es un ser que se ha creado a sí mismo creando un lenguaje. Por la palabra, el hombre es una metáfora de sí mismo”.

En un país en donde la pobreza laboral de acuerdo al reporte de la organización civil Signos Vitales del 15 de abril pasado, aumentó de 35.7% a 40.7% de personas con ingreso laboral inferior al costo de la canasta alimentaria, más de 400 mil muertes evitables de Covid19, una crisis de seguridad sin precedentes, y en donde el jueves, por órdenes directas del presidente de la República, senadores de su partido Morena, en un procedimiento legislativo fraudulento que hizo participar tramposamente a algunos senadores de la oposición, aprobaron un proyecto de ley para extender por 2 años el mandato del presidente de la Corte Suprema, proyecto que aún debe ser aprobado por la Cámara de Diputados, y que clamorosamente es inconstitucional, toda vez que viola el artículo 97, quinto párrafo de la Constitución; donde el presidente del partido Morena clamó públicamente por “exterminar al INE” y en donde este martes, México se convirtió penosamente en uno de los 18 países autoritarios que exigen los datos biométricos de usuarios de celulares, como Arabia Saudita, China, Tayikistán, Venezuela, Pakistán, Uganda Afganistán, Omán y otros, el presidente López Obrador, como respuesta a esas situaciones o de manera sintomática de sus preocupaciones, tuvo a bien elegir sus palabras con estas frases: "Si así lo decide la naturaleza, el Creador, El Pueblo, me retiro” (en 2024, relativa al final de su mandato sexenal), o esta, referente a la prohibición constitucional de realizar propaganda de gobierno en tiempos electorales: “Mi derecho de manifestación está por encima de cualquier reglamento”, dando a entender a las claras, que eso del respeto y observancia de lo que dispone la Constitución no le incumbe a él ni tampoco a su investidura.

De acuerdo al análisis de SPIN-TCP, sobre las conferencias de prensa matutinas, López Obrador ha hecho 50 mil 324 afirmaciones no verdaderas desde el inicio de su mandato hasta el 15 de abril de este año, teniendo como promedio por conferencia 86 afirmaciones de ese tipo. ¿Con qué propósito se miente? El país está siendo dañado, con conciencia de lo que se hace.

De todas esas palabras y esos hechos, se percibe resentimiento, rencor, ánimos destructivos y violentos, nada constructivo. El presidente y su grupo actúan, se sienten y hablan Legibus solutus, libres de ataduras legales. Cómo no se podía saber. El profesor de teoría filosófica y teoría política de la Universidad de Roma, Giacomo Marramao (citado por Álex Grijelmo en "La seducción de las palabras"), escribió que si hubiéramos acometido un análisis más atento del lenguaje de los nazis habríamos podido detectar la llegada del fascismo en Europa y del nacional socialismo en Alemania. Se habrían podido advertir ambos con la progresiva corrupción y barbarización del lenguaje precisamente en la polémica política. Esto es importante porque según cómo uno habla se deduce cuál es su inclinación cultural y política.

Las prioridades de un cambio, mayoritariamente solicitadas por los electores en 2018, no pasan por lo visto hasta ahora, por el fortalecimiento del Estado de derecho, por la efectiva y eficaz división de poderes, por el análisis y diseño inteligente de una reforma de las instituciones que le confiera estabilidad al sistema democrático y le brinde resultados a la población, ni por el fortalecimiento y reforma que potencie el sistema federal constitucional.

Esto escribía Maquiavelo: “Todo aquel que desee saber que ocurrirá debe examinar qué ha ocurrido: todas las cosas de este mundo, en cualquier época, tienen su réplica en la Antigüedad”.