/ viernes 30 de abril de 2021

Encuestas ¿sirven para algo?

Si usted es de los incrédulos de las encuestas… hace muy bien. No debe creer en ellas. Ni siquiera debe tomarse la molestia en tratarlas con seriedad. Quien utiliza las encuestas para predecir resultados es un charlatán: los que predicen el futuro son charlatanes. Sin embargo, hay que saber diferenciar entre predecir y proyectar un resultado. Predecir es adivinar; Proyectar es tomar información a tu alcance, compararla, valorarla y ofrecer probabilidades de resultados por cada escenario posible. En otras palabras, las encuestas proyectan resultados; no los predicen

Usted dirá… “¿a mí para qué demonios me sirve suponer quién ganará en las elecciones?” Seguramente para no mucho; sin embargo, los candidatos quieren hacernos creer que es de suma importancia que usted conozca de antemano el resultado de una elección. Los políticos necesitan que usted consuma las encuestas como predicciones. Cada uno, desde su perspectiva, tiene una motivación especial para tomar las encuestas y tratar de imprimirlas en el iris de los votantes.

El puntero en Sinaloa en la lucha por la gubernatura, Rubén Rocha, necesita que los votantes se convenzan que es un ganador. A la gente no le gustan los perdedores; no quiere ser asociados con ellos. Reafirmarse ante el electorado como el seguro triunfador es la necesidad imperiosa Rocha. Busca que los indecisos caigan en esa trampa. por otro lado, intenta que los simpatizantes de sus competidores se desmotiven, dejen de participar activamente en las campañas y no acudan a las urnas el día de la elección

Mario Zamora y, en una menor medida, Sergio Torres, necesitan que el votante, a través de las encuestas sean convencidos que son única opción real de competencia en contra Rocha y MORENA. Esto permite arrebatarse votos entre sí con el argumento que su voto es inútil si lo otorga a quien no tiene probabilidades de alcanzar al puntero.

Mantener buenos números en las encuestas mantiene a los seguidores de los candidatos motivados y en pie de lucha. El sector financiero también es clave. Al no tener buenos números es más difícil conseguir financiamiento

Los candidatos de partidos pequeños necesitan convencer al electorado de creer en sus encuestas. Los partidos pequeños necesitan conseguir sus registros y posiciones plurinominales. Mientras las encuestas los retraten con “crecimiento”, la esperanza permea entre los seguidores y siempre venden a la “sorpresa” como parte de la ecuación.

Las encuestas son útiles para tomar decisiones en las estragadas políticas y sirven para hacer proyecciones que permiten corregir rumbos de acción. La mejor manera de leer una encuesta es dar seguimiento a la serie de resultados que pública. Una encuesta en lo individual no ofrece gran cosa. Para tener contexto es preciso analizar la metodología y comparar periódicamente las publicaciones de la misma. Las encuestas son utilizadas como propaganda eso no es culpa de los encuestadores.

Otra manera de tener más certeza sobre el resultado de un fenómeno es promediando el resultado de varios ejercicios estadísticos, en otras palabras, tome la muestra de varias encuestas y busque encontrar la media aritmética que se desprenden de ellas. Tome el tiempo de leer la metodología de la elaboración de la encuesta. (las empresas profesionales publican esa información) Ahí podrá encontrar el número de personas que se consultaron, de qué manera hicieron el cuestionario y hasta el número de personas que se negaron a contestar.

No caiga en la trampa de los políticos. No deje que sus largas lenguas lo convenzan que las encuestas predicen los resultados. Nadie debería utilizar una encuesta para decidir su voto. Nadie debería utilizar una encuesta para demeritar las campañas de sus rivales. La democracia es mucho más grande que ganadores y perdedores. Las encuestas sirven, ayudan y son necesarias, pero mal utilizadas se convierten en extensiones de la retórica de los políticos. Recuerde: las encuestas no votan… Usted sí.

Si usted es de los incrédulos de las encuestas… hace muy bien. No debe creer en ellas. Ni siquiera debe tomarse la molestia en tratarlas con seriedad. Quien utiliza las encuestas para predecir resultados es un charlatán: los que predicen el futuro son charlatanes. Sin embargo, hay que saber diferenciar entre predecir y proyectar un resultado. Predecir es adivinar; Proyectar es tomar información a tu alcance, compararla, valorarla y ofrecer probabilidades de resultados por cada escenario posible. En otras palabras, las encuestas proyectan resultados; no los predicen

Usted dirá… “¿a mí para qué demonios me sirve suponer quién ganará en las elecciones?” Seguramente para no mucho; sin embargo, los candidatos quieren hacernos creer que es de suma importancia que usted conozca de antemano el resultado de una elección. Los políticos necesitan que usted consuma las encuestas como predicciones. Cada uno, desde su perspectiva, tiene una motivación especial para tomar las encuestas y tratar de imprimirlas en el iris de los votantes.

El puntero en Sinaloa en la lucha por la gubernatura, Rubén Rocha, necesita que los votantes se convenzan que es un ganador. A la gente no le gustan los perdedores; no quiere ser asociados con ellos. Reafirmarse ante el electorado como el seguro triunfador es la necesidad imperiosa Rocha. Busca que los indecisos caigan en esa trampa. por otro lado, intenta que los simpatizantes de sus competidores se desmotiven, dejen de participar activamente en las campañas y no acudan a las urnas el día de la elección

Mario Zamora y, en una menor medida, Sergio Torres, necesitan que el votante, a través de las encuestas sean convencidos que son única opción real de competencia en contra Rocha y MORENA. Esto permite arrebatarse votos entre sí con el argumento que su voto es inútil si lo otorga a quien no tiene probabilidades de alcanzar al puntero.

Mantener buenos números en las encuestas mantiene a los seguidores de los candidatos motivados y en pie de lucha. El sector financiero también es clave. Al no tener buenos números es más difícil conseguir financiamiento

Los candidatos de partidos pequeños necesitan convencer al electorado de creer en sus encuestas. Los partidos pequeños necesitan conseguir sus registros y posiciones plurinominales. Mientras las encuestas los retraten con “crecimiento”, la esperanza permea entre los seguidores y siempre venden a la “sorpresa” como parte de la ecuación.

Las encuestas son útiles para tomar decisiones en las estragadas políticas y sirven para hacer proyecciones que permiten corregir rumbos de acción. La mejor manera de leer una encuesta es dar seguimiento a la serie de resultados que pública. Una encuesta en lo individual no ofrece gran cosa. Para tener contexto es preciso analizar la metodología y comparar periódicamente las publicaciones de la misma. Las encuestas son utilizadas como propaganda eso no es culpa de los encuestadores.

Otra manera de tener más certeza sobre el resultado de un fenómeno es promediando el resultado de varios ejercicios estadísticos, en otras palabras, tome la muestra de varias encuestas y busque encontrar la media aritmética que se desprenden de ellas. Tome el tiempo de leer la metodología de la elaboración de la encuesta. (las empresas profesionales publican esa información) Ahí podrá encontrar el número de personas que se consultaron, de qué manera hicieron el cuestionario y hasta el número de personas que se negaron a contestar.

No caiga en la trampa de los políticos. No deje que sus largas lenguas lo convenzan que las encuestas predicen los resultados. Nadie debería utilizar una encuesta para decidir su voto. Nadie debería utilizar una encuesta para demeritar las campañas de sus rivales. La democracia es mucho más grande que ganadores y perdedores. Las encuestas sirven, ayudan y son necesarias, pero mal utilizadas se convierten en extensiones de la retórica de los políticos. Recuerde: las encuestas no votan… Usted sí.