/ jueves 7 de enero de 2021

¿Cómo combatir la simulación?

Tal cual, sin quitarle ni ponerle una sola coma, salvo pasar por alto de quienes nos enviaron correos sobre el tema de la simulación. “Sí, la simulación es siempre a conveniencia. Pero el público se divierte, abucheando o coreando la acción. ¡Es muy aguantador!”. Otro más: “Aplicar sanciones por esas vergonzosas simulaciones, porque son más que notorias en la mayoría de los casos, cuando el jugador se revuelca y golpea el pasto como si estuviera en los últimos minutos de su vida y después de todo el tiempo perdido se levanta airoso. El portero corre por el balón en sentido contrario como buscando el balón, cuando sabe que él recoge balones le proporcionará otro inmediato, el juego limpio no existe en la vergüenza deportiva o dignidad profesional”.

Otra opinión: “creo que los árbitros deben ser más estrictos en este tema, pero también deben de darse cambios al reglamento y aplicar sanciones de algún tipo por esas conductas totalmente antideportivas”. Una última, más o menos con el mismo tono: en realidad los árbitros no aplican con rigor el reglamento, si fuesen más enérgicos otra cosa sería, por ejemplo, en los saques de banda, cuando se pasan la pelota de mano en mano o cuando se comete una falta y un jugador se para frente a la pelota impidiendo la inmediata reanudación del juego. Debería haber mano dura”.

Independientemente de que no cerraremos la posibilidad de más opiniones, solo esas cuatro recibimos, en lo personal también tenemos algunas ideas a manera de alternativa. Sabemos que nuestras sugerencias estarán muy lejos de ser tomadas en cuenta, pero por lo menos tenemos la esperanza de que no sea una semilla sembrada en el desierto y que más voces de unan para mejorar el espectáculo. El público paga y paga muy bien por ver un juego de fútbol que reglamentariamente debe durar 90 minutos, pero es raro que alcance el rango de los 50 minutos con la pelota en juego.

Una opción, tal vez la más extrema, es que al igual que en el basquetbol, se designe a una persona que maneje el cronómetro que lo detenga cuando la pelota no esté en juego y lo reactive en cuando la pelota vuelva a rodar. En este sentido, hasta el silbante se puede beneficiar pues ya no tendría ese distractor de estar pendiente de su cronómetro. Hace muchos años cuando se asomó la propuesta del hoy llamado VAR, muchos ahora sí que bien llamados conservadores, lo consideraron casi casi un ultraje para el arbitraje, un asalto a la autoridad del arbitraje pero el tiempo demostró, con todo y las polémicas, que nunca faltan, que recurrir a la tecnología en aras de la justicia, ha sido lo correcto. Para nade le ha restado autoridad al árbitro, como tampoco se lo quitaría si no es él quien lleva el tiempo.

Aunque hay reglas muy claras en cuanto sanciones por “comerse” el tiempo, es verdad que los árbitros no son lo suficientemente estrictos. La regla dice que los saques de banda se deben de hacer desde el lugar por donde abandonó la pelota la cancha, pero observe bien un juego de fútbol y verá usted que eso jamás se cumple. Los jugadores se comen metros.

Creo que, entre otras cosas, si el reglamento señalara que “realizará el saque de banda el jugador que esté más cerca del lugar donde la pelota salió”, otra cosa sería o bien que “realizará el saque de banda el jugador que primero tome la pelota en sus manos”. Esto último, desde luego, también tendría sus riesgos, pero que tal si le agregamos que “en un saque de banda, de meta o reanudación del juego tras una falta, el equipo a la ofensiva, tendrá determinados segundos para poner la pelota en juego”. Aquí, hay una situación reglamentaria que tampoco se cumple, porque cuando se comete una falta el jugador infractor o sus compañeros no deben ubicarse frente a la pelota impidiendo la reanudación del juego, pero jamás se cumple por lo que el silbante tiene que señalar con su silbato que hasta su orden se reanude, luego va y marca la distancia reglamentaria perdiendo en cada jugada un titipuchal de segundo que luego suman minutos.

Es verdad que algunas reglas que se han modificado han mejorado un poco la simulación, por ejemplo, lo relacionado con los porteros, quienes no pueden tomar la pelota con sus manos si con golpeo de pie viene de un compañero o que según la regla tiene, creo” seis segundos para hacer si despeje, algo que tampoco se cumple. Antes los porteros tenían manga muy ancha para hacer tiempo, como botar la pelota de un extremo al otro de su área, hasta que llegaba un rival y le cometía faul para obligar a su equipo a despejar. Muchos aficionados de hoy, nunca llegaron a ver eso, pero así era.

En fin, el tema continúa abierto para recibir opiniones, más aún ahora que dimos la nuestra.

Nos vemos mañana

Tal cual, sin quitarle ni ponerle una sola coma, salvo pasar por alto de quienes nos enviaron correos sobre el tema de la simulación. “Sí, la simulación es siempre a conveniencia. Pero el público se divierte, abucheando o coreando la acción. ¡Es muy aguantador!”. Otro más: “Aplicar sanciones por esas vergonzosas simulaciones, porque son más que notorias en la mayoría de los casos, cuando el jugador se revuelca y golpea el pasto como si estuviera en los últimos minutos de su vida y después de todo el tiempo perdido se levanta airoso. El portero corre por el balón en sentido contrario como buscando el balón, cuando sabe que él recoge balones le proporcionará otro inmediato, el juego limpio no existe en la vergüenza deportiva o dignidad profesional”.

Otra opinión: “creo que los árbitros deben ser más estrictos en este tema, pero también deben de darse cambios al reglamento y aplicar sanciones de algún tipo por esas conductas totalmente antideportivas”. Una última, más o menos con el mismo tono: en realidad los árbitros no aplican con rigor el reglamento, si fuesen más enérgicos otra cosa sería, por ejemplo, en los saques de banda, cuando se pasan la pelota de mano en mano o cuando se comete una falta y un jugador se para frente a la pelota impidiendo la inmediata reanudación del juego. Debería haber mano dura”.

Independientemente de que no cerraremos la posibilidad de más opiniones, solo esas cuatro recibimos, en lo personal también tenemos algunas ideas a manera de alternativa. Sabemos que nuestras sugerencias estarán muy lejos de ser tomadas en cuenta, pero por lo menos tenemos la esperanza de que no sea una semilla sembrada en el desierto y que más voces de unan para mejorar el espectáculo. El público paga y paga muy bien por ver un juego de fútbol que reglamentariamente debe durar 90 minutos, pero es raro que alcance el rango de los 50 minutos con la pelota en juego.

Una opción, tal vez la más extrema, es que al igual que en el basquetbol, se designe a una persona que maneje el cronómetro que lo detenga cuando la pelota no esté en juego y lo reactive en cuando la pelota vuelva a rodar. En este sentido, hasta el silbante se puede beneficiar pues ya no tendría ese distractor de estar pendiente de su cronómetro. Hace muchos años cuando se asomó la propuesta del hoy llamado VAR, muchos ahora sí que bien llamados conservadores, lo consideraron casi casi un ultraje para el arbitraje, un asalto a la autoridad del arbitraje pero el tiempo demostró, con todo y las polémicas, que nunca faltan, que recurrir a la tecnología en aras de la justicia, ha sido lo correcto. Para nade le ha restado autoridad al árbitro, como tampoco se lo quitaría si no es él quien lleva el tiempo.

Aunque hay reglas muy claras en cuanto sanciones por “comerse” el tiempo, es verdad que los árbitros no son lo suficientemente estrictos. La regla dice que los saques de banda se deben de hacer desde el lugar por donde abandonó la pelota la cancha, pero observe bien un juego de fútbol y verá usted que eso jamás se cumple. Los jugadores se comen metros.

Creo que, entre otras cosas, si el reglamento señalara que “realizará el saque de banda el jugador que esté más cerca del lugar donde la pelota salió”, otra cosa sería o bien que “realizará el saque de banda el jugador que primero tome la pelota en sus manos”. Esto último, desde luego, también tendría sus riesgos, pero que tal si le agregamos que “en un saque de banda, de meta o reanudación del juego tras una falta, el equipo a la ofensiva, tendrá determinados segundos para poner la pelota en juego”. Aquí, hay una situación reglamentaria que tampoco se cumple, porque cuando se comete una falta el jugador infractor o sus compañeros no deben ubicarse frente a la pelota impidiendo la reanudación del juego, pero jamás se cumple por lo que el silbante tiene que señalar con su silbato que hasta su orden se reanude, luego va y marca la distancia reglamentaria perdiendo en cada jugada un titipuchal de segundo que luego suman minutos.

Es verdad que algunas reglas que se han modificado han mejorado un poco la simulación, por ejemplo, lo relacionado con los porteros, quienes no pueden tomar la pelota con sus manos si con golpeo de pie viene de un compañero o que según la regla tiene, creo” seis segundos para hacer si despeje, algo que tampoco se cumple. Antes los porteros tenían manga muy ancha para hacer tiempo, como botar la pelota de un extremo al otro de su área, hasta que llegaba un rival y le cometía faul para obligar a su equipo a despejar. Muchos aficionados de hoy, nunca llegaron a ver eso, pero así era.

En fin, el tema continúa abierto para recibir opiniones, más aún ahora que dimos la nuestra.

Nos vemos mañana