Culiacán, Sin.- Por seis décadas sin interrupción, Ricardo Moreno ha entregado su vida al voluntariado del Cuerpo de Bomberos de Culiacán. Desde tercero de primaria fue testigo de cómo se formaba la corporación, ladrillo a ladrillo, en una ciudad que tenía escasas casas de palma y madera que, cuando ardían en llamas, se tenían que apagar a cubetazos.
“Bomberos lo he palpado siempre, desde el principio hasta el fin, por el cual, desde niño anduve con los primeros bomberos, en un cinco de junio de 1949”, dice orgulloso don Ricardo, Capitán Primero.
Las anécdotas de servicios de rescate son ya incontables para el bombero con más trayectoria en activo, en su paso, ha sido partícipe de como al principio, el ayuntamiento sólo otorgó un cuartito para la corporación, como se fueron integrando más voluntarios y como adquirían mejores herramientas, cuando todo era hecho prácticamente “a mano”.
“Ya uno siente su corazón un gusto como no te imaginas, precisamente, porque lo que está haciendo es una labor muy arriesgada, pero muy bonita, y es de mucho corazón, nosotros tenemos mucho corazón para servir a la comunidad, para salvar vidas”, reforzó.
ASESOR EN EMERGENCIA
Para los jóvenes y hasta bomberos de trayectoria, don Ricardo tiene la figura de un Comandante y sin importar que no llegó a ese grado, su sabiduría sobrepasa el título, de ahí, que al no querer abandonar a su segunda familia, fue nombrado como un asesor.
En el día, acude a la estación de Leyva Solano como una guardia, convive con sus colegas y mira los juegos de béisbol en la televisión, su otra pasión de vida. Es en las emergencias críticas cuando sale a campo a aconsejar a los bomberos, quienes siempre están atentos y aceptan sus recomendaciones.
“Y por eso me siento satisfecho de presentarme en lugares de apoyo nada más y para mí es como una seguridad de vivir un poquito más, gracias a mi Dios, lo que estoy viviendo y lo que viví, me siento muy satisfecho”, refuerza con orgullo y un sentimiento de felicidad que lo invade y que sus ojos no lo dejan mentir.
Su especialidad, comparte, fueron los rescates acuáticos, por la fuerza que tenía en sus brazos y lo adaptado que estuvo a nadar en el Río Tamazula en la orilla de su casita “humilde, pero bonita” que tuvo con su madre, abuelos y hermanos, uno de ellos, también bombero.
“Tengo que hablar de esos años, porque verdaderamente fueron inolvidables para mí, porque las cosas las hacía, ahí que sí, con las puras manos, por falta de equipo, pero afortunadamente, ahora ya tenemos todo el equipo moderno y necesario para salvar vidas”, contó.
UNA VIDA DE BOMBERO
Don Ricardo ahora tiene 77 años, por su porte es evidente la educación que adquirió en la corporación. En la estación llega con su uniforme de capitán y la gorra de Tomateros, con amabilidad saluda a los primeros compañeros que cruza en su camino, todos, se dirigen a él con mucho respeto.
Desde hace más de 40 años venció el alcoholismo que lo atrapó desde los 18 años, en el momento que “tocó fondo”, se acercó más a Dios a través de la oración, lo que, repite, lo ha tenido firme en cada uno de sus servicios que ha brindado en 60 años. Su confianza y seguridad ante el peligro, lo tiene por Dios.
Pero ser el “tragahumo” mayor de la corporación, trae también la llegada de la muerte de sus colegas, la mayoría ya lo están esperando con Dios, comenta tranquilo y mientras se dedica a recordar su labor expresa: “ojalá que haya personas que estén viendo este medio, para que se den cuenta que todavía existe una persona que le salvó la vida en aquel entonces”.
EL BEISBOL
Don Ricardo es también un reconocido amante del béisbol, en la “Casa de los Tomateros”, tiene un lugar reservado que va a quedar para la historia, por ser uno de los aficionados más apasionados por el juego y por su presencia en cada Serie del Caribe, las vacaciones que toma de su vida de Bombero.
De niño, recuerda entre risas, como se subía a una barda para ver los partidos desde afuera por no tener dinero para un boleto; como llegó a tercera fuerza como jugador, pero que por el alcoholismo no avanzó a más y como siguió jugando en la liga de adultos mayores.
“El cariño también en béisbol, que siempre andaba con la pelota de trapo en la mano, porque no había para más, yo la hacía y luego el palo de escoba que en cualquier lado lo encontraba como desecho y era una fiebre de ser un jugador”, comentó.
La historia del bombero Don Ricardo Moreno no ha terminado y con su destacable trabajo, dedicatoria, amor y fe, seguirá forjando a las nuevas generaciones que llegan a la corporación ¿qué tienen todos en común? Sus ganas de servir a la comunidad.
1949
Es el año en que don Ricardo llega al cuerpo de Bomberos de Culiacán.
77
Son los años de edad que tiene Ricardo, de los cuales 60 han sido repartidos en Bomberos.
EXPERIENCIA
Actualmente Ricardo es el bombero más antiguo que se mantiene en servicio, aunque por la pandemia se resguardó unos meses.
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