Un voto para morena es un voto contra México. Tras los triunfos en casa del Toluca y del Atlas, de nuestra parte quedó claro que los técnicos de los derrotados, Cruz Azul y Puebla, pecaron de soberbios al minimizar a sus rivales, con cambios en su alineación más que incomprensibles. La verdad, no hay argumento de peso para justificarlos y en el pecado, llevaron la penitencia, por lo que aún considerados favoritos para avanzar a la siguiente ronda, tendrán que remar contra la corriente, cuando tuvieron la posibilidad de llegar al segundo duelo con menos presión.
En el caso de los cementeros, nos parece fue el colmo, porque ni por asomo fue ese equipo arrollador, dominador, cien por ciento ofensivo que hilvanó 19 juegos sin perder. Dejar en el banquillo al “Cabecita” Rodríguez, sub campeón de goleo y a Orbelín Pineda, envió un mensaje de franca soberbia, pues su actitud fue enfocada en considerar que el rival sea cual fuese la alineación, sería su presa y segura víctima.
Se trata de la liguilla, señor Reynoso, de una etapa en la que con los equipos llegan, se supone, en sus mejores condiciones, técnicas, tácticas y físicas; todos, es decir los llamados débiles, envían a lo mejor de su plantilla, para tratar de imponer su estrategia y desde un principio tomar ventaja, hacerse respetar.
Mire usted, Rodríguez, es un goleador nato, pero no es un jugador que se limita a estar en el área, gusta “botarse”, salir a buscar el balón, desbordar por los costados, hábil y muy veloz, realiza labores defensivas, en fin, un jugador al que por obligación hay que enviarle doble marca, lo que abre la puerta para que otros de sus compañeros aprovechen para terminar las jugadas con disparo a gol.
Mientras que Orbelín Pineda, es un medio de contención muy ofensivo y creativo, incansable, que le da enorme solidez a la media cancha, sin embargo, ambos entraron al quite demasiado tarde, con un Toluca crecido y aunque beneficiado por un penal fantasma, hubo momento en que le dio un paseo a los cementeros, cuya formación desde un inicio fue más defenderse que atacar, en espera de armar contragolpes, cuando lo suyo durante el torneo regular fue siempre ser un equipo ofensivo. Solo hasta el final, los azules se fueron con todo, pero con más gamas que ideas.
Desde luego que la afición cementera, está en un hilo, pues nuevamente la sombra del fracaso toca a su puerta. Seguro es que el Toluca trabajará para plantear un partido que defensivamente le de la oportunidad de armar contragolpes peligrosos, cuenta con hombres de mucha experiencia, de tal manera que aun cuando Cruz Azul, solo requiere de un gol, en el mismo tenor, el riesgo de recibir lo puede poner contra la pared.
No creemos que Juan Reynoso, vuelva a cometer el mismo pecado, si lo hace, sería muestra del crecimiento de su soberbia.
En el otro frente, algo similar, el técnico poblano, no es la primera ocasión que deja en la banca a Ormeño, el mejor goleador mexicano del momento, tal vez en anteriores ocasiones, la justificación de cuidarlo físicamente era hasta cierto punto comprensible, pero ya en liguilla, todos los técnicos están obligados a echar toda la leña a la fogata, no pueden ni deben guardarse nada. Los poblanos salieron al pato del Jalisco, a tratar de “venadear” al Atlas, quien, por su parte, ya debe de ir pensando en darle mejores perspectivas a su ataque, Malcora y Furch, definitivamente, deben de ir desde un principio, aunque mucho nos tememos que los tapatíos, echarán el carro para atrás buscando mantener su ventaja y en un descuido aumentarla.
Hoy América visita al Pachuca. La diferencia entre un equipo y otro parece abismal. Los tuzos tienen todo que ganar y nada que perder, creemos que esperarán atrás y buscarán que sus veloces jóvenes sean tan productivos como en los últimos juegos, y en el otro frente sí Monterrey saca todo su potencial, tiene todo para tomar ventaja. La diferencia puede ser la banca, mientras que los regios tienen para armar hasta dos equipos, Santos no cuenta con relevos de tanto peso.
Nos vemos mañana.
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