/ viernes 29 de marzo de 2019

Enérgica protesta

Permítame por esta ocasión; bueno, tal vez no sea la única que escribiré en primera persona. El tema lo amerita porque lo que aquí trataremos es relacionado con el sector amateur, sea o no dirigido a las ligas afiliadas, sino todo aquel aficionado que practica este deporte sin la obligación de pertenecer a una liga oficial o al máximo organismo rector de este deporte.

Hace ya muchos años, cuando una de las administraciones municipales empezó a cambiar la fisionomía de la unidad deportiva oficialmente llamada “Miguel Dimópulos Ruiz”, pero conocida popularmente como Centro Cívico Constitución, aplaudimos en su momento la inclusión de flamantes canchas de tenis, de una pista atlética, del alumbrado al campo de fútbol, de la instalación de gradas y de la siembra de flamante césped natural y en la parte alta un gimnasio de boxeo y canchas de baloncesto y voleibol. Tiempos del alcalde Fortunato Álvarez Castro y del gobernador Alfonso G. Calderón.

Por ahí, el doctor Humberto Rodelo López (qepd), fue nombrado titular de deportes, en aquel tiempo la dependencia llevaba otro nombre y se le ocurrió proponerme como primer presidente del Comité Municipal de Tenis tras mi asistencia a un curso intensivo de este deporte a Tucson, Arizona. Pero mi entusiasmo era otro, como el de muchos: la promesa de la construcción del estadio de fútbol, ahí en la aun principal cancha arriba mencionada. Y sí, acepté tomar la batuta del tenis con la esperanza de verme involucrado dentro del patronato pro construcción del estadio, en ese entonces encabezado por don Enrique Ruiz Álvarez, con el paso del tiempo se desvaneció, como siempre puras promesas, ese grupo es el mismo que ahora lleva por nombre Patronato de Protección y Apoyo a la Infancia, luego de que don Jorge del Rincón, no viera claro el otro panorama. Esta agrupación continúa en pie de guerra, pero ese es su antecedente.

En él hay muchas historias, en especial una de ellas que en su oportunidad les narraré, porque fue otro tema inconcluso en el que nos quedamos varios con el bat al hombro. Es decir, nos pasaron cuatro strikes, pese a nuestra más que sana y buena intención.

Todo lo anterior a modo de introducción al tema central: la actualidad de esa deteriorada unidad deportiva. Mire usted, no sé si fui el único de los medios que alzó la voz, pero fuera de él no fueron pocos deportistas y especialistas que advirtieron lo negativo de dotar de césped sintético las canchas del CCC y luego, como si fuese fiebre, de muchas otras del municipio. La principal razón, más allá de la económica es en el sentido del impacto sobre el ser humano, de niños hasta veteranos.

El césped artificial lo hay llamados de diversas generaciones, como todo, desde el más corriente hasta el más fino, por ejemplo, de este último, el que tuvo el estadio de las Chivas y muchos otros del mundo. El pasto sintético es ideal para zonas donde el agua es un problema mayor, donde no hay otra alternativa, por ejemplo, en Tijuana y Ensenada, cuyas canchas sintéticas a estas alturas, las más antiguas, están ya en pésimas condiciones. Se juega ahí, así como en las del CCC prácticamente sobre una plancha de cemento o asfalto de tal manera que el daño en las articulaciones tarde que temprano llevan las de perder.

Ahora bien, agréguele usted a su actual estado, llenas de zanjas y hoyos, que más bien parecen canales y cráteres, más el pésimo alumbrado. Lo vimos el jueves con nuestros propios ojos al asistir a los juegos de la Liga Interperiodística de Fútbol Ocho. Se trata de una infamia de un gran riesgo para gente de todas las edades.

Las autoridades municipales tienen la obligación inmediata de cerrar esas instalaciones y ponerlas otra vez en condiciones óptimas y algo bien importante: planear y dosificar su uso porque sea natural o artificial, darles “carrilla” todos los días y a todas horas no habrá pasto ni natural ni sintético que aguanten. Esa instalación, otrora orgullo, como lo previmos fue pasajero. Actualmente son un latente peligro para todo ser humano.

Ahí se lo dejamos, para ver quien me secunda, entre ellos, nuestra Liga Interperiodística, la que ojalá encuentre una mejor opción.

Nos vemos la próxima semana.

Permítame por esta ocasión; bueno, tal vez no sea la única que escribiré en primera persona. El tema lo amerita porque lo que aquí trataremos es relacionado con el sector amateur, sea o no dirigido a las ligas afiliadas, sino todo aquel aficionado que practica este deporte sin la obligación de pertenecer a una liga oficial o al máximo organismo rector de este deporte.

Hace ya muchos años, cuando una de las administraciones municipales empezó a cambiar la fisionomía de la unidad deportiva oficialmente llamada “Miguel Dimópulos Ruiz”, pero conocida popularmente como Centro Cívico Constitución, aplaudimos en su momento la inclusión de flamantes canchas de tenis, de una pista atlética, del alumbrado al campo de fútbol, de la instalación de gradas y de la siembra de flamante césped natural y en la parte alta un gimnasio de boxeo y canchas de baloncesto y voleibol. Tiempos del alcalde Fortunato Álvarez Castro y del gobernador Alfonso G. Calderón.

Por ahí, el doctor Humberto Rodelo López (qepd), fue nombrado titular de deportes, en aquel tiempo la dependencia llevaba otro nombre y se le ocurrió proponerme como primer presidente del Comité Municipal de Tenis tras mi asistencia a un curso intensivo de este deporte a Tucson, Arizona. Pero mi entusiasmo era otro, como el de muchos: la promesa de la construcción del estadio de fútbol, ahí en la aun principal cancha arriba mencionada. Y sí, acepté tomar la batuta del tenis con la esperanza de verme involucrado dentro del patronato pro construcción del estadio, en ese entonces encabezado por don Enrique Ruiz Álvarez, con el paso del tiempo se desvaneció, como siempre puras promesas, ese grupo es el mismo que ahora lleva por nombre Patronato de Protección y Apoyo a la Infancia, luego de que don Jorge del Rincón, no viera claro el otro panorama. Esta agrupación continúa en pie de guerra, pero ese es su antecedente.

En él hay muchas historias, en especial una de ellas que en su oportunidad les narraré, porque fue otro tema inconcluso en el que nos quedamos varios con el bat al hombro. Es decir, nos pasaron cuatro strikes, pese a nuestra más que sana y buena intención.

Todo lo anterior a modo de introducción al tema central: la actualidad de esa deteriorada unidad deportiva. Mire usted, no sé si fui el único de los medios que alzó la voz, pero fuera de él no fueron pocos deportistas y especialistas que advirtieron lo negativo de dotar de césped sintético las canchas del CCC y luego, como si fuese fiebre, de muchas otras del municipio. La principal razón, más allá de la económica es en el sentido del impacto sobre el ser humano, de niños hasta veteranos.

El césped artificial lo hay llamados de diversas generaciones, como todo, desde el más corriente hasta el más fino, por ejemplo, de este último, el que tuvo el estadio de las Chivas y muchos otros del mundo. El pasto sintético es ideal para zonas donde el agua es un problema mayor, donde no hay otra alternativa, por ejemplo, en Tijuana y Ensenada, cuyas canchas sintéticas a estas alturas, las más antiguas, están ya en pésimas condiciones. Se juega ahí, así como en las del CCC prácticamente sobre una plancha de cemento o asfalto de tal manera que el daño en las articulaciones tarde que temprano llevan las de perder.

Ahora bien, agréguele usted a su actual estado, llenas de zanjas y hoyos, que más bien parecen canales y cráteres, más el pésimo alumbrado. Lo vimos el jueves con nuestros propios ojos al asistir a los juegos de la Liga Interperiodística de Fútbol Ocho. Se trata de una infamia de un gran riesgo para gente de todas las edades.

Las autoridades municipales tienen la obligación inmediata de cerrar esas instalaciones y ponerlas otra vez en condiciones óptimas y algo bien importante: planear y dosificar su uso porque sea natural o artificial, darles “carrilla” todos los días y a todas horas no habrá pasto ni natural ni sintético que aguanten. Esa instalación, otrora orgullo, como lo previmos fue pasajero. Actualmente son un latente peligro para todo ser humano.

Ahí se lo dejamos, para ver quien me secunda, entre ellos, nuestra Liga Interperiodística, la que ojalá encuentre una mejor opción.

Nos vemos la próxima semana.