Culiacán, Sin.- De pequeño veía a los policías patrullando en las calles, en eventos oficiales o espacios públicos, el uniforme y temple le parecían imponentes y le inspiraban respeto.
Con el tiempo ese sentimiento se convirtió en admiración y deseos de pertenecer, de ser uno de ellos y portar el uniforme, es la historia de Mario Zazueta Urquídez, un joven de 28 años originario de Navolato, quien recientemente acaba de cumplir su sueño de ingresar a las filas de la Policía Municipal Preventiva.
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El camino no fue fácil, el primer obstáculo fue la negativa de sus padres, quienes por temor e inseguridad no le permitieron enlistarse en La Academia, la escuela formadora de policías que recientemente fue sustituida por la Universidad del Policía, la Unipol.
“No querían primero porque decían que estaba muy peligroso, que iba a pasar lo peor, y como en la familia nunca había habido un policía tenían ese pendiente”, explicó.
El llamado de la profesión
Obedeciendo a sus padres Mario buscó otras opciones, tenía claro que su vocación era el servicio a la ciudadanía, el respeto a los derechos humanos y la salvaguarda de la integridad y seguridad ciudadana, por ello tomó la decisión de ingresar a la carrera de Derecho, en la Universidad Autónoma de Sinaloa.
Ya en su último año de carrera, se creó la Universidad del Policía, la que aseguran forma a sus estudiantes con apego irrestricto a derechos humanos, perspectiva de género, pensamiento crítico y demás habilidades que responde a las demandas sociales de la actualidad.
Con ello se abrió una nueva oportunidad para Mario y volvió a insistir con sus padres, quienes en esta ocasión no pudieron negarse y consintieron que se enlistara. Durante casi siete meses estuvo recluido en la universidad donde recibió adiestramiento, técnicas, teoría y profesionalización para obtener el grado de Policía Municipal.
“Siempre miraba pasar a los policías y decía ‘yo quiero ser uno’ me gusta mucho, tengo amigos y compañeros que son policías, me han platicado las labores del policía y si me gusta”, relató.
Alto riesgo
La guerra contra el narco, el combate a las drogas y la corrupción son factores que obstaculizan el trabajo del policía y lo convierten en una labor de alto riesgo.
La causa es noble, garantizar la seguridad ciudadana y estar al servicio de la población, sin embargo son muchos los policías que han muertos en el cumplimiento de su deber o han desaparecido por causas desconocidas.
Pero esto no hace titubear a Mario, quien tiene clara su vocación y deseos de servir a la sociedad, “todo en la vida es un riesgo”, responde cuando se le pregunta si tiene miedo de ejercer la profesión que eligió.
“Yo siempre he pensado que uno no debe de temer a dónde vaya, uno se va a morir donde le toca, todos los trabajos son peligrosos, hasta el albañil se puede caer de un andamio y morir”, sostiene.
Prueba de fuego
Durante los hechos violentos que se registraron el pasado 5 de enero en la capital del estado por la captura del capo Ovidio Guzmán, los cadetes permanecieron recluidos sin poder comunicarse con sus familiares, Mario relata que todo el día escucharon de cerca las detonaciones de arma de fuego y el temor de que los grupos armados irrumpieran en las instalaciones de la universidad era inminente.
“A nosotros nada más nos decían tírense al piso y no se paren, nos tuvieron resguardados y había seguridad aquí adentro, pero sí se escuchaba todo”, relató.
Esa fue una prueba de fuego para los cadetes que en ese momento se encontraban en adiestramiento, era el ejemplo de una situación para que se estaban preparando.
“Ahí sabe uno si eso es lo que quiere, en situaciones como esa”, expresó.
Durante el adiestramiento vió a muchos compañeros desertar, el proceso fue difícil pero al final lo consiguió, hace una semana recibió el nombramiento de Policía Municipal Preventivo, título que llenó de orgullo a sus padres quienes vieron a su hijo hacer su sueño realidad.
“Todos sabíamos lo que queríamos, entre todos nos echábamos la mano, unos decían ‘ya me voy’ y no los dejábamos, en lo que se podía nos echamos la mano”, expresó.
“Al principio fue duro porque sales de tu zona de confort, no estás acostumbrado a ese ambiente, estás incomunicado, no miras tele, no miras radio, no escuchas música, no sabes qué pasó afuera, no tenemos comunicación con nadie”.
Déficit y bajos sueldos
El viernes 10 de marzo se graduó la segunda generación de cadetes de la Unipol, conformada por un cuerpo de 106 elementos que formarán parte ahora de las corporaciones policiacas del estado.
De acuerdo con los datos, en total 50 de los agentes nuevos se incorporarán en breve a la Policía Estatal Preventiva, 29 al sistema penitenciario; 14 a la Policía Municipal de Navolato, 9 a Guasave, 2 a El Fuerte, 1 a Elota y 1 a Escuinapa.
Son las corporaciones municipales las que arrastran un mayor déficit de policías y también las más complicadas de mantener debido a los bajos sueldos, sobre todo quienes operan en zonas serranas.
Por ejemplo, en Sinaloa de Leyva policías exigieron un aumento a su sueldo, ya que ganan en promedio 5 mil pesos, por lo que este 15 de marzo se declararon trabajar bajo protesta, con el respaldo del director de Seguridad Pública, Héctor Ruelas Castro, quien indicó que esperan respuesta a la petición de homologación de salarios.
“Conforme a otros municipios, por ejemplo, los compañeros aquí (Sinaloa municipio) están pidiendo la homologación a como ganan los policías de Ahome. Un agente gana aquí 4 mil 600 a 4 mil 800, más o menos, a la quincena. Estamos hablando de unos 2 mil 500 pesos menos a la quincena de lo que ganan los oficiales ahí en Ahome”, expresó el comandante Ruelas Castro.
En Los Mochis, también agentes investigadores de la Fiscalía se declararon en protesta laboral luego de que confirmaron que se les aumentó 900 pesos tras 9 años sin recibir un incremento a su salario.
Pero del otro lado del tema salarial también está falta de elementos. En Sinaloa hay un déficit del 30% de agentes policiales, entre custodios penitenciarios (346), Policía Investigadora (1,428) y Policía Municipal (3,886), se contabiliza un universo evaluable de 6,454 elementos en la entidad federativa.
La media de fuerza recomendada por la ONU es de 300 agentes por cada 100 mil habitantes, y en Sinaloa sólo se cuenta con un promedio de 213 policías para cada 100 mil personas.
En los hechos, la Unipol para eso fue creada en el estado, para combatir el déficit y para profesionalizar a los policías que cada día salen a la calle a trabajar, en una labor considerada de riesgo.
Segunda generación
- 50 a la Policía Estatal.
- 29 al Sistema Penitenciario.
- 14 a la Policía Municipal de Navolato.
- 9 a la Policía Municipal de Guasave.
- 2 a la Policía Municipal de El Fuerte.
- 1 a la Policía Municipal de Escuinapa.
- 1 a la Policía Municipal de Elota.
Melina, la única mujer policía nueva en Guasave
De niña, Melina observaba cómo su papá se alistaba con el uniforme de agente policiaco cada día y luego se despedía para trepar a una patrulla. Para ella, las insignias eran una forma de admiración y respeto.
Por eso, cuando estudiaba la secundaria, le comunicó a su familia que deseaba ser policía. La noticia no impactó a su padre, pero le contó de manera seria sobre los riesgos de ser policía.
“Me llamó la atención como los policías arriesgan su vida para salvar personas, la profesión es bonita, se aprende mucho”, comentó Melina, quien será la única mujer policía que se integrará a la Municipal de Guasave.
Al crecer mirando a su padre, Melina contó que no dudó en hacer una carrera policial, y aunque ahora de momento estará en su municipio natal, tiene pensado continuar con sus estudios profesionales.
“Mi proceso para entrar a la Unipol tardó tres años, ya que cuando tenía 17 años no podía, pero ahora con 20 por fin hice el curso, el entrenamiento y aquí estoy, dispuesta a servir a la sociedad”, apuntó la joven recién graduada.