Culiacán Sin.- ¡No quería vivir sin mis padres unidos! narra con voz casi perceptible, Marcos, un joven de 16 años, que a los 14 años trató de quitarse la vida porque sus padres le anunciaron que se iban a divorciar. Desde entonces relata que su vida ya no es la misma.
Con las manos apretadas, explica que pese a que le han dado terapia, él siente que no ha podido superar ese trauma.
“Yo amaba a mis padres, pero me destrozaron, se separaron”, dice.
Cuando sus padres le informaron que se iban a divorciar, él sintió que todo se le derrumbaba, que su hogar no iba a ser el mismo “lo que más me dolía era ya no escuchar los gritos de papá: “hey flojo a levantarse”.
Recordó que fue después de comer cuando su padre llegó del trabajo, los reunió a él y a su hermana para darles la fatal noticia, desconcertado se fue a su cuarto, toda la tarde estuvo pensando que hacer y la única alternativa que encontró fue quitarse la vida.
Caviló toda la noche cómo hacerlo, ya casi de día recordó los barbitúricos que tenía su mamá en el baño y no lo pensó dos veces, sin embargo, el intento fue fallido, su hermana lo encontró inconsciente.
“No lo vuelvas a hacer”, me pidieron mis padres y siguió el trámite de divorcio.
Desde ese día hay un antes y un después en su vida, y es literal. Ahora se está tratando por drogadicción.
Hace unos días el Congreso del estado, a través de la diputada Karla Montero, llevó a cabo el Primer Foro sobre Prevención del Suicidio.
“Convocamos a este Foro, porque es preocupante el alto índice de suicidios en Sinaloa, ya que muchos fallecimientos en el estado ocasionados por arma de fuego, envenenamiento, o catalogados como accidentes, fueron en realidad suicidios”, indicó.
Ante esta problemática, añadió, lo que buscamos es que se instauren en el estado políticas de prevención del suicidio.
SUICIDIO EN SINALOA
Omar Sánchez González, director del Hospital Siquiátrico de Sinaloa, lamentó que el suicidio en Sinaloa sea la segunda causa de muerte entre los jóvenes.
Aseguró que en general entre el 10 y 12 por ciento de la población tiene posibilidades de padecer depresión, enfermedad que muchas veces lleva al suicidio.
Invitó a quitar el estigma de “locos” a las personas que acuden a recibir atención de los especialistas en enfermedades mentales.
La presidenta de la Comisión de Salud y Asistencia Social, Guadalupe Iribe Gascón, destacó que el suicidio ya es una de las tres principales causas de muerte entre adolescentes, jóvenes y adultos en Sinaloa.
Enfatizó que en Sinaloa en el 2018 hubo muchos registros de fallecimientos ocasionados con arma de fuego o catalogados como accidentes, pero que realmente fueron suicidios, pero por éste concepto se registraron 1.7 por cada cien mil habitantes.
La diputada Iribe Gascón destacó que los municipios con más altas tasas de suicidio en Sinaloa son Culiacán, Mazatlán y Ahome, y con menos tasas de suicidio son San Ignacio y Badiraguato. Precisó que de cada persona que se quita la vida, hay 20 que fallan en el intento.
Por ello, dijo que es de vital importancia la prevención psiquiátrica, aunque lamentó que el Hospital Psiquiátrico de Sinaloa, donde se otorga este apoyo profesional no se da abasto, no tiene espacios, urge, dijo que se amplíe para que atiendan este problema tan serio.
PREVENCIÓN DEL SUICIDIO
Santiago Pérez Guzmán, del Frente Nacional de Prevención del Suicidio en Sinaloa resaltó que la parte fundamental para prevenir el suicidio es minimizar todo aquello que lleva a este desenlace mediante el acompañamiento, por lo que es necesario trabajar en conjunto para disminuir el problema.
Este frente lo componen principalmente padres o familiares que perdieron a un ser querido suicidándose.
“Aunque esto no lo sabes hasta que te ocurre, entonces conoces otros casos cuando se rompe el tabú que rodea esta forma de morir”, detalla una de las asociadas del Frente.
“Nunca estás preparado para la muerte de tu hijo, menos lo estás para vivir su muerte por suicidio, así que tampoco lo estás para cómo te van a tratar a partir de ese momento. Te hacen sentir sospechosa, culpable, algo habrás hecho mal para haber llegado a esta situación. La sociedad te interroga, te cuestiona, te señala...” lamenta.
Muere la persona que más quieres, a la que mejor conoces, pero cuando hace algo así, esa conducta te lo devuelve como a un perfecto desconocido. Te preguntas cómo ha podido dar ese paso, cómo ha podido hacerte eso y romper el vínculo que nos unía. Te sientes abandonada porque la persona ha tomado una decisión unilateral, sin contar contigo, dice.
“Me recriminaba no haber visto un gesto suyo que me alertara”, indica.
Durante el Foro, los ponentes destacaron que la culpabilidad es una dura carga que tienen que llevar durante un tiempo, hay que trabajarla para que sea reparadora y ayude a llegar al perdón. Hay otra culpa, sin embargo, la culpa inflexible y obsesiva, tóxica, peligrosa, puede llevar a conductas autodestructivas en las personas que han vivido la muerte por suicidio.
La frontera entre una y otra puede ser tremendamente frágil y por ello necesitan ayuda, que no se encuentra fácilmente. El ser humano es muy complejo y nunca hay un culpable directo, hay muchos factores que entran en juego para que una persona dé ese último paso.
“Nunca, nadie, es la única influencia en la decisión de esa persona”, aclararon.
Leonardo Martín Dorony Saturno, secretario y cofundador de la Asociación de Suicidología de Latinoamérica y el Caribe, sostuvo que la parte fundamental para atender el suicidio es abrir puertas.
Alertó que quienes se suicidan o tratan de hacerlo, en el fondo no quieren morir, sino dejar de sufrir la desesperanza vital que sienten. Las personas que mueren por suicidio no tienen libertad, porque no pueden elegir. Si pudiesen escogerían vivir la vida, pero sin sufrir. Esa es la gran diferencia.
Los supervivientes a la muerte por suicidio son también hijos, hermanos, amigos, parejas, todos con historias muy diferentes. Para los supervivientes el camino del duelo por suicidio es posiblemente el más largo y el más complejo de vivir.
Ángel Zazueta, quien participó en la organización del Foro, al ser entrevistado detalló que el suicidio siempre es algo que ocurre a los otros, fuera de tu casa, de tu familia. No lo contemplas nunca, porque consideras que tu vida y cuanto te rodea es normal. Pero es que el suicidio puede ocurrir dentro de la normalidad de una familia.
Relata que una de sus tías se quitó la vida y nadie supo los motivos. Recuerda que hace dos años ella se casó en los últimos días de mayo por el civil, se le veía feliz, sin embargo, por la noche con una arma trató de suicidarse, no lo logró en ese momento, duró en agonía y finalmente en junio irónicamente el día del marino murió.
Explica que a ella le gustaba mucho participar en esas fiestas en Eldorado y durante los festejos fue su funeral.
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Los especialistas advirtieron durante las conferencias y talleres que no siempre puedes saber cuándo un ser querido o un amigo está pensando en suicidarse, pero recomendaron detectar algunos signos que son frecuentes como: Hablar acerca del suicidio; por ejemplo, hacer afirmaciones como «voy a matarme», «quisiera estar muerto» o «desearía no haber nacido». Obtener los medios para atentar contra tu propia vida, como comprar un arma o almacenar píldoras. Retraimiento de la vida social y deseo de estar solo.
SIGNOS DE ALERTA
Una persona que piensa suicidarse tiene cambios de humor, le preocupa la muerte, por el hecho de morir o por la violencia. Siente desesperanza o impotencia ante una situación. Aumenta el consumo de alcohol o de drogas. Sufre cambios en la rutina normal y hace cosas riesgosas o autodestructivas, como consumir drogas o conducir con imprudencia.
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