Culiacán, Sin.- “Ya no había para los niños, ya no había nada, me recuperé, me fui a vender cubrebocas a los semáforos”, mencionó la vendedora ambulante Saulita Rosas, luego de que en marzo las autoridades municipales dejaron de permitir la venta del comercio informal en el primer cuadro de la ciudad.
Saulita tiene más de tres años agremiada a la asociación de artesanos de Culiacán, quienes la recibieron como una más, ubicándose en la avenida Domingo Rubí con esquina a la calle Antonio Rosales. Su venta principal son los abanicos de hoja de maíz.
Antes de que se cerrara el Centro de Culiacán, Saulita estuvo casi un mes enferma, lo que provocó que una semana antes de que se diera la orden, el negocio que es operado por ella y con la ayuda de sus hijos de 10 y 12 años, cerrara por tiempo indefinido.
Pasaron los días y al recuperar su salud, la alternativa que tomó la vendedora ambulante fue salir a las calles, aún y cuando era consciente de que el coronavirus estaba tomando fuerza en la capital sinaloense.
Cada día de la semana, con el temor y las ganas de superarse, salía de su casa a un crucero diferente, agarrada de la mano con su hija y su hijo, quienes se quedaban en un lugar con sombra para vigilar que su mamá no sufriera un accidente.
Mis niños, me los tuve que llevar, los expuse, pero es más llevármelos a trabajar para que ellos me cuidaran cuando yo me metía a los carros, pero también tenían precauciones en el tema.
Saulita
Sin hora de entrada y salida en sus jornadas de trabajo, permanecía en la mañana, en mediodía y por la tarde bajo los rayos del sol, al tener siempre en mente el vender la mayor cantidad de cubrebocas posible para poder llevar alimento a sus hijos.
Me quedaba todo el día y me iba a diferentes (cruceros) porque a veces había venta, tenía que cambiarle y me navegué así, de esa manera.
Vendedora ambulante
Para Saulita este tiempo de crisis trajo para ella algo nuevo, al conocer nuevas personas mientras trabajaba todo el día, en donde no dejaba que se le cerrara el mundo para seguir avanzando.
Hay que fregarle, porque el pobre hay que fregarle de todo, es cuestión de ponerte cachucha, ponerte manga larga y alistarte bien a lo que venga el calorón.
Saulita
En algunos días, las ventas eran positivas, con 50 cubrebocas hechos por ella misma, pero otros, sin importar las largas jornadas de trabajo, lograban vender menos de 10 unidades. Además de que en ocasiones llegaban personas que abusaban de la situación y se robaban los cubrebocas.
En día vendía la verdad a veces tres, a veces más de 50, a veces ninguno, ahí depende de cómo lo trabaja y a veces que te robaban, es más triste porque a veces se paran y mujeres a veces van y te roban, eso ya no debe de ser porque uno hace un sacrificio de trabajar.
Saulita
Saulita no tuvo la alternativa de solicitar los créditos que gobierno del estado y la federación otorgaron y aunque ya buscó información para ser beneficiaria, aún sigue el proceso.
Ahorita hay que trabajar con lo que tenemos, con lo que sobrevivimos, porque esto es de sobrevivencia.
Vendedora ambulante
Sobre el proceso de los cubrebocas, explicó que aprendió a hacerlos y aprovechó que tenía telas, las cuales desinfectó y con ayuda de su cuñada empezaron con la producción, buscando los materiales que se ocupan.
Ahora, desde este lunes los vendedores ambulantes ya podrán trabajar en el primer cuadro de la ciudad, dejando atrás los días en que tenía que trabajar bajo los intensos rayos del sol en los cruceros de la ciudad.
Gracias a Dios salió bien, todo está bien, ahora regresamos ya con valorar más la vida, porque la situación está muy difícil, tenemos la oportunidad como vendedores de salir adelante, pero la gente que más lo necesita son los que más están sufriendo, porque no tienen para comer.
Saulita
PARA SABER
El giro de venta principal para la vendedora ambulante sufrió un cambio, dejando en segundo lugar los productos de hojas de maíz y dando preferencia a los cubrebocas que ella misma sigue realizando.
A LA BAJA
Salulita señala que la venta en los últimos días va a la baja, ya que al principio vendía hasta 50 y ahora alrededor de 10.
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