Culiacán, Sin.- Son alrededor de cuatro mil familias las que viven de la actividad económica de vender productos y alimentos en los tianguis de Culiacán, que durante 15 días deberán suspender la actividad económica por orden municipal, esto con la finalidad de mitigar la pandemia de Covid-19.
Silvia María, quien tiene 28 años ejerciendo el comercio en tianguis, señala que no había pasado algo similar en cuanto tener que cerrar de manera obligada el comercio, por una situación de salud. Aún con esto en su contra, la comerciante expresa que no cambiaría su empleo por otro.
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“Los tianguis son una tradición y una comunidad de familias muy grande. Hay solidaridad, trabajo en equipo y mucho esfuerzo. A mí no me había tocado una situación como la que ahora estamos viviendo, sin embargo, entendemos que es por la salud de todos. El problema acá es que no todos los tiangueros saben qué harán durante los próximos días y por eso, muchos no están de acuerdo con el cierre de los tianguis”, declara, al Sol de Sinaloa.
Este domingo 24 de enero, fue el último día hábil para vender, antes de la suspensión oficial de los tianguis por dos semanas, la finalidad es que se baje la curva de contagios por Covid-19 en Culiacán, pero muchos tiangueros ven estas dos semanas como total perdida de ganancia, pues viven al día con sus ventas y no todos pueden vender sus productos o alimentos en sus hogares, o como vendedores ambulantes.
“No tengo a ningún lado a donde ir a vender mis verduras, porque no nos quieren de ambulantes y ahí vienen los cobros. El gobierno ya tiene tiempo que nos está matando de hambre, como ellos comen, a ellos no les importa la ciudad ni la gente. Ese mendigo viejo cuando vino, quiso que hiciéramos todo por él y ahora nos está poniendo las patas en el buche. Y me refiero al gobernador y al alcalde”, dijo el tianguero, Mario Gallardo.
Silvia manifiesta que, en el primer confinamiento, sí se les avisó pero no se prepararon con una alternativa para sus ventas, además de que fueron casi seis meses sin tener actividad. Motivo por el cual, actualmente, los tiangueros desconfían de las decisiones del alcalde Jesús Estrada Ferreiro para cuidar la salud del pueblo.
“Al inicio del primer confinamiento tuve que vender uno de mis terrenos y una camioneta para poder pagar la luz, agua y el internet porque están estudiando los niños en línea”, dijo uno de los comerciantes.
SE QUEJAN POR CUOTA DE PISO
Luego del primer confinamiento, denuncian tiangueros que inspección y vigilancia subió 10 pesos el cobro de piso, esto porque los brigadistas de la campaña Guardianes de la Prevención de la Salud, estarían asistiendo a los tianguis. Pero desde hace semanas, ya no asisten.
“Pues a nosotros nos dijeron que esos 10 pesos era para pagarle a los guardianes porque los domingos ellos no trabajan. Lo aceptamos porque aparte estaban cuidando que no nos aglomeráramos, sin embargo, ya no han dicho”, dijo Silvia.
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