Culiacán, Sin.- Se acerca el último mes del año y con este las fiestas, esas que nos llaman a estar juntos, en unión con los nuestros y a reconciliarnos. Pero ahora el Covid-19 nos pide sana distancia, no “hacernos bola” y quedarnos en casa. Pero hay familias, al menos 20, que no podrán siquiera estar en su casa.
Se trata de los desplazados del Norte de Culiacán; sobrevivientes al atentado criminal que sufrieron a finales del mes de junio de este 2020 en las comunidades de Tepuche, Bagrecitos, San Cayetano y demás comunidades.
“Esta navidad será muy triste para todos nosotros no podremos estar en nuestro hogar”, expresa una mujer originaria de Bagrecitos.
Un árbol navideño con esferas brillosas salta a su recuerdo, pero ahí se va a quedar. Ese árbol y esa rutina familiar de adornar y festejar, este año, será distinta.
Esta mujer junto con su comunidad, trabajó durante mucho tiempo para evitar que los grupos armados se adentraran al pueblo y lo destruyeran, lo tomaran y asesinarán gente. Creían con fe que, realizando actividades culturales y con actividad económica con productos alimenticios caseros, lograrían que los delincuentes no se metieran a su hogar, pues siempre había gente visitando Bagrecitos.
Recientemente una de las líderes de la gente de Tepuche, veía sus recuerdos de Facebook, en donde fotografías navideñas le daban nostalgia y tristeza porque, esta navidad, no podrán estar en casa.
“Esperamos que esto sea pronto un mal recuerdo y podamos volver a casa”, manifiesta.
Pero hasta ahora el panorama no pinta para tal anhelo, a casi cinco meses después del atroz hecho, donde murieron y se lesionaron a más de seis personas que solo se tienen registradas por la Secretaría de Seguridad Pública Estatal; las familias que aún se mantienen en la ciudad Culiacán, temen volver.
“Los maleantes allá andan. No es seguro volver, pensamos que se iban a ir pronto. No entendemos qué buscan ahí o qué quieren”, señalan.
Aunque el gobierno de Quirino Ordaz Coppel ha asegurado en entrevistas para este medio que, ya se atendió a las familias, no se ve el avance o solución. No se les ha realizado más que el censo por el Ayuntamiento de Culiacán y apoyos esporádicos de despensas y colchones.
Actualmente están recibiendo capacitaciones para comercializar machaca, tortillas, salsa, frijoles y guisos; con esta actividad se han mantenido las mujeres que, han quedado como jefas de familias, pues en algunos casos, sus esposos se quedaron trabajando en el pueblo o sus alrededores, ya que en la ciudad, por la pandemia, no hay trabajo y quienes han conseguido, son pocos.
Los “Productos Bagrecitos” ya tienen logo, así lo informó el Instituto Municipal de la Juventud (IMJU), ente que ha tenido contacto con las familias desplazadas del Norte de Culiacán desde el acontecimiento a la fecha.
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Aunque Ricardo Madrid, encargado de Desarrollo Social en el estado, declaró que ya se atendió a las familias y se les dará un hogar para que no paguen renta; no se ve avance. Algunas personas se sienten “ilusionadas” y usadas por los políticos que gobiernan con Quirino Ordaz, así lo comentaron.
Por otro lado, la falta de recurso ha sido el factor principal para que la justicia no llegue, pues la ley de desplazo y el fondo para las personas que vivieron esto, no aterriza.
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