Crónicas de Ambulancia: El amor "Entre Candilejas"

Después de tres años de su regreso a Cruz Roja, Silvia Magdalena no imaginó que un servicio le haría sufrir de esa manera

Melissa Ortiz | El Sol de Sinaloa

  · sábado 17 de julio de 2021

Foto: Cortesía | Silvia Magdalena Vega Camacho

Culiacán, Sin.- Esa madrugada Silvia atendía el radio en la estación de Navolato, a las dos de la mañana pocos servicios habían salido, cuando sonó el teléfono; era una emergencia por paro cardiaco en la Pista Aeromar, al escuchar la voz del otro lado la reconoció y supo con la información se trataba de su novio.

Magdalena sentía que todo se movía, ganas de gritar, llorar y salir corriendo hasta donde él se encontraba.

Sintió que era su deber ir al llamado, no quería sentir culpa, quería hacer todo lo que estuviera en sus manos por salvarlo.

De prisa, se acercó a los dormitorios en socorros e informó sobre el servicio, señalando que ella iría al domicilio. Sus compañeros le cuestionaron la razón, ya que no era esa su guardia.

“Es Arturo”, dijo, a lo que sus colegas aceptaron fuese ella quien atendiera esta vez.

Junto a otro paramédico y el operador, se dirigieron al Paraje Aeromar, en la salida por la carretera Culiacán-Navolato.

En el trayecto, Vega Camacho preparaba el equipo y pensaba en su amor, en que podía perderlo, los escasos tres minutos le parecieron una eternidad.

Foto: Cortesía | Silvia Magdalena Vega Camacho

Al bajar de la ambulancia su cuerpo se estremecía al mismo tiempo que se acercaba a la puerta donde fue recibida por la esposa de su novio.

Al entrar a la habitación y verlo sus ojos se llenaron de lágrimas, se sentía sin fuerza, sin embargo, el amor la hizo llegar hasta él.

Al tomar el pulso pudo notar que no había, y que la respiración se había extinguido. A pesar de saber el panorama, Silvia no se rindió y dieron inicio las maniobras.

De camino al hospital Vega Camacho maniobraba el ambú y al no ver resultados decidió dar respiración de boca a boca, aún sabiendo que podría haber una infección, haría todo lo posible por salvar a su amado.

Foto: Cortesía | Silvia Magdalena Vega Camacho

Después de la llegada al nosocomio Silvia no se sentía preparada para lo evidente, Al ingresar a la sala de urgencias el doctor en turno informó que no había ya nada por hacer, Arturo había fallecido.

En ese momento los ojos de Vega Camacho se humedecieron con lágrimas de dolor, lágrimas de tristeza de pensar que ya no vería más a su amado.

Mientras su corazón se partía con la partida de su amado, personal del hospital se acercaba a ella, dando el pésame y brindando su apoyo ante la pérdida.

Foto: Cortesía | Silvia Magdalena Vega Camacho

Después de varios minutos a su lado, sus compañeros de Cruz Roja le informaron que la familia de Arturo estaba próxima a llegar, por lo que Silvia al verlos se retiró del lugar, alcanzando a escuchar gritos de furia y rabia por parte de la hija de su amado.

EL RECUERDO DEL AMOR

Tras ya casi tres años de la partida de Arturo, un piloto reconocido en la zona y el amor de la vida de Silvia Magdalena, esta lo recuerda con mucho amor y tristeza.

Vega Camacho refleja ilusión al recordar los momentos vividos en tres años al lado de su amado, desde cómo fue que nació el amor, su alma bohemia y aventurera, lo romántico y amoroso que fue con ella.

Sobre todo, rememora la conocida canción “Candilejas” de Charles Chaplin, canción que Arturo le cantaba al oído.

PERFIL

Silvia Magdalena Vega Camacho ingresó a Cruz Roja en el año 2002 en Navolato, luego de un tiempo brindando sus servicios en la benemérita se retiró por un tiempo, y en 2015 que regresó.

Al día de hoy, a sus 44 años Vega Camacho dice sentirme agradecida con la institución, ya que le ha dado mucho y dejado buenos aprendizajes.






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