/ lunes 13 de julio de 2020

Con Quirino se han registrado más fugas en cárceles

Contrario a la presente administración, fue con Jesús Aguilar Padilla el sexenio que reportó más asesinatos al interior de las prisiones

Culiacán, Sin.- Es en la presente administración estatal de Quirino Ordaz Coppel cuando se han fugado un mayor número de reos de los penales estatales, ya que fue durante el 17 de octubre, en que un total de 47 convictos lograron hacerse del control de las puertas y evadirse, esto como parte del caos que generó el Cártel de Sinaloa para conseguir la inmediata liberación de Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán.

En Sinaloa las cárceles son una “bomba de tiempo”; la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), cada año, pone baja calificación en la gestión de las prisiones. Apenas el 2019, alcanzó el 6.05 de su índice de autogobierno. Es decir, son sitios donde quien cobra y manda es la delincuencia organizada.

De las tres penitenciarías bajo gestión directa del estado, es en el Centro Penitenciario Aguaruto donde mayor número de prisioneros se han escapado en los últimos 20 años, con un total de 111, siendo la administración la que tiene más casos, con 55 de 2017 al 2019. En el primer año de Ordaz Coppel se fugaron en un evento poco aclarado cinco internos de alto perfil, líderes de grupo del Cártel de Sinaloa.

Esta fuga ocurrió 16 de marzo de 2017, mientras en Culiacán se debatía una pugna entre los hijos del Chapo Guzmán y Dámaso López Núñez. Los reos evadidos fueron: Juan José Esparragoza Monzón, Rafael Guadalupe Félix Núñez, Francisco Javier Zazueta Rosales (Pancho Chimal, muerto), Jesús Peña González y Alfonso Limón, El Poncho.

Foto: Cortesía │ SSP

De los cinco fugados, tres de ellos contaban con un proceso de extradición a Estados Unidos. Un año después, otros dos reos federales de alto perfil se evadieron vestidos de custodios y acompañados por el jefe de seguridad del penal.

El tercer evento, fue el del “jueves negro”, sin que hasta ahora hayan sido recapturado a los fugados.

Después de Quirino Ordaz, al gobernador que más presos se le han escapado ha sido Juan Millán Lizárraga, ya que durante su gobierno se fugaron un total de 43 de los 3 penales del estado.

Con Jesús Aguilar Padilla, se evadieron de las cárceles 40 reos y con Mario López Valdez, solamente fueron 24.

HOMICIDIOS

El estudio del CESP también arrojó datos sobre el número de asesinatos en cada uno de los penales sinaloenses. En las dos décadas analizadas, se cometieron un total de 133 homicidios, sin contar aquellos decesos en los que sólo quedó la sospecha, ya que en ocasiones los reos, para simular que no se trató de un crimen, cuelgan a las personas o en su defecto, entre varios, le inyectan sustancias en la sangre, así pueden simular una sobredosis.

En el penal de donde más crímenes se han perpetrado en sus barracas y patios, es el de Culiacán, con total de 69 homicidios dolosos.

El año que más asesinatos registró Aguaruto fue en el 2010, cuando se libraba todavía la guerra entre los hermanos Beltrán Leyva y el Cártel de Sinaloa. En ese año, las balaceras en la penitenciaría eran algo habitual.

Luego sigue la cárcel de Mazatlán, conocida como El Castillo, en la cual murieron de forma violenta 62 personas, de las cuales 34 fueron asesinadas en un mismo episodio en 2010 también, cuando se ordenó masacrar a todos los internos vinculados con Los Zetas y Beltrán.

Fue el 13 de junio de ese año cuando un grupo de reos tomó por asalto el módulo 21 en donde estaban confinados 29 presuntos integrantes del cártel rival, y con “puyas” y cuchillos masacraron a los internos.

Ese año, el último del gobierno de Aguilar Padilla, en Culiacán se cometió el 35 por ciento de todos los asesinatos de los 20 años que abarca el diagnóstico del CESP. Asimismo en Mazatlán con la masacre de julio de 2010, también sumó el 55 por ciento de todo el histórico acumulado.

POCAS ARMAS

Contrario al número de crímenes y fugas, las autoridades han asegurado un número reducido de armas en estas dos décadas. El estudio señala que en el Centro Penitenciario de Aguaruto, curiosamente sólo fueron aseguradas por las autoridades estatales un total de 66 armas de fuego.

En el penal de Los Mochis solamente tres armas de fuego fueron incautadas en los 20 años que se han mencionado, lo que representa apenas un 4 por ciento del total y en el penal de El Castillo en Mazatlán, contra todo que es el sitio donde se han cometido decenas de crímenes, sólo siete armas de fuego fueron recogidas por las autoridades.

En el Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria realizado en 2019 por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) señala que los centros penitenciarios en Sinaloa promediaron un 6.05 de calificación, lo que ubica a la entidad en el lugar número 28 del panorama nacional.

Los estados con peor índice de calificación fueron Tamaulipas (5.42), Guerrero (5.92), y Veracruz (5.94), también lo estados con más alta incidencia delictiva y de control de territorio por parte de los grupos del narcotráfico.

Por el contrario, los centros penales mejor calificados fueron Querétaro (8.22), Tlaxcala (8.07), Coahuila (8.03) y Guanajuato (8.01), aunque este último estado ha sido el más violento de los últimos dos años.

Te puede interesar: SSP justifica falta de seguridad en el norte de Sinaloa

BAJA CALIFICACIÓN

Los penales de Sinaloa obtuvieron en el informe de la CNDH una calificación de 6.05% en su índice de penales con problemas de seguridad.

111

Son los reos fugados del penal de Culiacán en los últimos 20 años.

133

Son los homicidios que se han registrado al interior de las cárceles sinaloenses.






Lee más aquí:



Culiacán, Sin.- Es en la presente administración estatal de Quirino Ordaz Coppel cuando se han fugado un mayor número de reos de los penales estatales, ya que fue durante el 17 de octubre, en que un total de 47 convictos lograron hacerse del control de las puertas y evadirse, esto como parte del caos que generó el Cártel de Sinaloa para conseguir la inmediata liberación de Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán.

En Sinaloa las cárceles son una “bomba de tiempo”; la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), cada año, pone baja calificación en la gestión de las prisiones. Apenas el 2019, alcanzó el 6.05 de su índice de autogobierno. Es decir, son sitios donde quien cobra y manda es la delincuencia organizada.

De las tres penitenciarías bajo gestión directa del estado, es en el Centro Penitenciario Aguaruto donde mayor número de prisioneros se han escapado en los últimos 20 años, con un total de 111, siendo la administración la que tiene más casos, con 55 de 2017 al 2019. En el primer año de Ordaz Coppel se fugaron en un evento poco aclarado cinco internos de alto perfil, líderes de grupo del Cártel de Sinaloa.

Esta fuga ocurrió 16 de marzo de 2017, mientras en Culiacán se debatía una pugna entre los hijos del Chapo Guzmán y Dámaso López Núñez. Los reos evadidos fueron: Juan José Esparragoza Monzón, Rafael Guadalupe Félix Núñez, Francisco Javier Zazueta Rosales (Pancho Chimal, muerto), Jesús Peña González y Alfonso Limón, El Poncho.

Foto: Cortesía │ SSP

De los cinco fugados, tres de ellos contaban con un proceso de extradición a Estados Unidos. Un año después, otros dos reos federales de alto perfil se evadieron vestidos de custodios y acompañados por el jefe de seguridad del penal.

El tercer evento, fue el del “jueves negro”, sin que hasta ahora hayan sido recapturado a los fugados.

Después de Quirino Ordaz, al gobernador que más presos se le han escapado ha sido Juan Millán Lizárraga, ya que durante su gobierno se fugaron un total de 43 de los 3 penales del estado.

Con Jesús Aguilar Padilla, se evadieron de las cárceles 40 reos y con Mario López Valdez, solamente fueron 24.

HOMICIDIOS

El estudio del CESP también arrojó datos sobre el número de asesinatos en cada uno de los penales sinaloenses. En las dos décadas analizadas, se cometieron un total de 133 homicidios, sin contar aquellos decesos en los que sólo quedó la sospecha, ya que en ocasiones los reos, para simular que no se trató de un crimen, cuelgan a las personas o en su defecto, entre varios, le inyectan sustancias en la sangre, así pueden simular una sobredosis.

En el penal de donde más crímenes se han perpetrado en sus barracas y patios, es el de Culiacán, con total de 69 homicidios dolosos.

El año que más asesinatos registró Aguaruto fue en el 2010, cuando se libraba todavía la guerra entre los hermanos Beltrán Leyva y el Cártel de Sinaloa. En ese año, las balaceras en la penitenciaría eran algo habitual.

Luego sigue la cárcel de Mazatlán, conocida como El Castillo, en la cual murieron de forma violenta 62 personas, de las cuales 34 fueron asesinadas en un mismo episodio en 2010 también, cuando se ordenó masacrar a todos los internos vinculados con Los Zetas y Beltrán.

Fue el 13 de junio de ese año cuando un grupo de reos tomó por asalto el módulo 21 en donde estaban confinados 29 presuntos integrantes del cártel rival, y con “puyas” y cuchillos masacraron a los internos.

Ese año, el último del gobierno de Aguilar Padilla, en Culiacán se cometió el 35 por ciento de todos los asesinatos de los 20 años que abarca el diagnóstico del CESP. Asimismo en Mazatlán con la masacre de julio de 2010, también sumó el 55 por ciento de todo el histórico acumulado.

POCAS ARMAS

Contrario al número de crímenes y fugas, las autoridades han asegurado un número reducido de armas en estas dos décadas. El estudio señala que en el Centro Penitenciario de Aguaruto, curiosamente sólo fueron aseguradas por las autoridades estatales un total de 66 armas de fuego.

En el penal de Los Mochis solamente tres armas de fuego fueron incautadas en los 20 años que se han mencionado, lo que representa apenas un 4 por ciento del total y en el penal de El Castillo en Mazatlán, contra todo que es el sitio donde se han cometido decenas de crímenes, sólo siete armas de fuego fueron recogidas por las autoridades.

En el Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria realizado en 2019 por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) señala que los centros penitenciarios en Sinaloa promediaron un 6.05 de calificación, lo que ubica a la entidad en el lugar número 28 del panorama nacional.

Los estados con peor índice de calificación fueron Tamaulipas (5.42), Guerrero (5.92), y Veracruz (5.94), también lo estados con más alta incidencia delictiva y de control de territorio por parte de los grupos del narcotráfico.

Por el contrario, los centros penales mejor calificados fueron Querétaro (8.22), Tlaxcala (8.07), Coahuila (8.03) y Guanajuato (8.01), aunque este último estado ha sido el más violento de los últimos dos años.

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BAJA CALIFICACIÓN

Los penales de Sinaloa obtuvieron en el informe de la CNDH una calificación de 6.05% en su índice de penales con problemas de seguridad.

111

Son los reos fugados del penal de Culiacán en los últimos 20 años.

133

Son los homicidios que se han registrado al interior de las cárceles sinaloenses.






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