Esta temporada resulta complicada para muchos debido al fuerte calor presente en todos lados, sin embargo, es importante distinguir entre las altas temperaturas regulares y las peligrosas olas de calor, ya que esta última puede representar un riesgo para tu salud si no te proteges adecuadamente.
Por ello, para que no te tome por sorpresa, aquí te explicaremos cómo diferenciar ambos fenómenos y te brindaremos recomendaciones para cuidarte adecuadamente.
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Altas temperaturas
Las altas temperaturas se refieren a un incremento en la temperatura atmosférica que supera los promedios habituales de la estación. Este fenómeno puede variar según la región, pero generalmente se considera que las temperaturas altas se encuentran por encima de los 30 grados Celsius. Durante este periodo, es común experimentar un aumento del calor durante el día y una disminución más leve durante la noche.
¿Qué es una ola de calor?
Por otro lado, una ola de calor es un evento meteorológico caracterizado por un periodo prolongado de altas temperaturas extremas, a menudo acompañado de humedad y condiciones climáticas adversas. Se considera una ola de calor cuando las temperaturas superan el promedio normal de la región durante al menos tres días consecutivos. Además, las olas de calor suelen estar acompañadas por una falta de ventilación y una sensación de bochorno.
Aunque las altas temperaturas y las olas de calor están relacionadas, existen diferencias importantes entre ambos fenómenos. Mientras que las altas temperaturas pueden considerarse como un aumento temporal en la temperatura, las olas de calor se caracterizan por ser más persistentes y prolongadas.
Durante una ola de calor, es común que se alcancen temperaturas extremas durante varios días consecutivos, sin un alivio significativo durante la noche. Además, la humedad puede estar presente, lo que dificulta la termorregulación del cuerpo y aumenta el riesgo para la salud.
¿Qué hacer ante una ola de calor?
Ante una ola de calor, es fundamental tomar medidas para proteger nuestra salud y bienestar:
Mantente hidratado: Bebe mucha agua y evita el consumo excesivo de alcohol y cafeína, ya que pueden contribuir a la deshidratación.
Mantén el ambiente fresco: Utiliza ventiladores o aires acondicionados para mantener una temperatura agradable en tu hogar. Si no cuentas con estos equipos, busca espacios frescos como centros comerciales o bibliotecas públicas.
Viste ropa ligera: Opta por prendas de colores claros y tejidos transpirables, como el algodón, para ayudar a mantener tu cuerpo fresco.
Evita la exposición al sol: Si es posible, limita tus actividades al aire libre durante las horas más calurosas del día y busca sombra cuando sea necesario. No olvides utilizar protector solar y llevar contigo un sombrero y lentes de sol.
Mantén una alimentación adecuada: Consume alimentos frescos, ligeros y ricos en agua, como frutas y verduras. Evita comidas pesadas y calientes que puedan aumentar la sensación de calor.
Recuerda que es fundamental cuidar nuestra salud durante las altas temperaturas y estar preparados ante una posible ola de calor. Si experimentas síntomas como mareos, desvanecimientos, dolor de cabeza intenso o calambres, busca atención médica de inmediato.
