Culiacán, Sin.- En las instalaciones del Museo de Arte de Sinaloa, se abrió la exposición “Azul profundo, diálogo entre veladuras”, de la artista mazatleca Guadalupe Aguilar, que integra los paisajes del acuarelista Edgardo Coghlan con la obra e interpretación de Aguilar, a la cual siguió un conversatorio con la presencia en línea de Ernestina Yépiz e Inmaculada Abarca.
La apertura estuvo a cargo de la Directora interina del MASIN, Alejandra Larrondo, quien presentó a la expositora y dijo que con “Azul profundo” se fomenta un acercamiento más estrecho del espectador con su entorno natural a través del arte.
Guadalupe Aguilar comentó que lo que se pretende con esta instalación es actualizar las obras que Edgardo Coghlan que tiene el MASIN, un pintor nacido en Los Mochis en 1928, quien creó esta obra no por encargo, pues cuando se formó la Colección del Museo, le querían comprar una obra y prefirió que le financiaran un recorrido para ir a pintar los paisajes de su infancia, y se fue a hacer acuarelas, y lo que encontramos en estas obras son paisajes de El Mabiri, Mazatlán, de Isla de la Piedra, Cerritos, Elota, El Fuerte…
“Lo que propongo, agregó antes de iniciar un recorrido por la sala, es un dialogo entre mis piezas de paisaje contemporánea con las del maestro, en la cual se pueden notar las veladuras, fenómeno natural a la técnica de la acuarela, como se superpone un color a otro”.
Junto con 16 piezas del maestro Coghlan, está la instalación “Azul profundo”, con piezas realizadas en parafina, en las que se pueden notar improntas de agua y se relacionan porque son técnicas inmediatas, como la acuarela, que no admiten error ni correcciones.
EL CONVERSATORIO
Al término del acto de apertura se llevó a cabo, también en línea, el conversatorio “Diálogo entre veladuras”, con la participación de la maestra y poeta Ernestina Yépiz, la doctora en arte público Inmaculada Abarca y la expositora Guadalupe Aguilar, quien habló de la exposición “Azul Profundo” y sus vinculaciones con la obra de Coghlan.
Ernestina Yépiz expresó que la instalación de Guadalupe tiende puentes, establece nexos y vasos comunicantes con la tradición del paisaje de Coghlan, quien en su obra nos muestra la belleza de este paisaje que es tan nuestro. Es una obra que invita al sueño, que exige sumirse en el sueño, levantar amarras y dejar que el barco nos lleve mar adentro, y nos obliga a ver este escenario desde diferentes miradas.
Inmaculada Abarca, a su vez, se refirió a distintas nociones del paisaje, en su percepción de la naturaleza, y dijo que la pieza de Guadalupe Aguilar nos invita a recorrerla, igual que hizo Coghlan cuando recorrió el estado para realizar sus acuarelas, y en esta llamada al movimiento, nos remite a la acción de andar, en una práctica natural que arquitectos y artistas han convertido en un instrumento estético, modificando aquellos espacios urbanos necesarios.
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Esta actividad la cual se realizó totalmente en línea- forma parte de la Temporada Cultural de Otoño 2020, del Instituto Sinaloense de Cultura, y se realiza con el respaldo de recursos financieros de la Secretaría de Cultura, a través del Programa de Apoyos a la Cultura en su vertiente Apoyos a Instituciones Estatales de Cultura (AIEC) 2020.
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