/ lunes 4 de diciembre de 2023

Tiempos Políticos | La espesura política de un fin de semana en Sinaloa

Con el arribo del lunes culminó aparentemente un fin de semana de calentura política en Sinaloa, muy sofocante, que dio revuelo a una temporada navideña en que la disputa del poder está por todos lados. El gobernador Rubén Rocha Moya, congregó a 20 mil personas en el marco de su Segundo Informe de Gobierno y, sus opositores al otro extremo del campo, se reagruparon como el único contrapeso capaz de equilibrar la fuerza de la ofensiva electoral que se registra.

El sábado por la mañana en el escenario en que la diputada federal Paloma Sánchez –muy cercana a Alejandro Moreno Cárdenas, dirigente mexicano del PRI- informó sobre su quehacer legislativo, el auditorio Benito Juárez del Comité Directivo Estatal, pareció lucir como en los viejos tiempos. La banda sinaloense que amenizó la entrada y una batucada en el interior que le puso ambiente al momento, fue la prueba.

La aparición después de 13 años de ausencia del exgobernador Mario López Valdez y la de ex alcalde de Culiacán, Héctor Melesio Cuén Ojeda y su esposa Angélica Díaz Quiñónez, causó un revoloteo emocional en el que prácticamente los asistentes aventaron pañuelos por los aires.

Los dos personajes, que buscan la Senaduría de la República y que hacen “buenas migas” con el Frente Corazón por México, que conforman panistas, priistas, perredistas, y en este caso los del Partido Sinaloense, levantaron el ánimo de esperanza entre la militancia. La que se quedó en el barco mientras que los privilegiados partieron hacia Morena.

A ellos, les activaron por minutos, el aplausómetro.

Desde ese espacio, los discursos de los participantes lanzaron fuego en contra de las autoridades morenistas. Las que en encabeza el oriundo de Batequitas, como el de Macuspana.

Todos se declararon listos para la guerra electoral en marcha.

Y en un acto intermedio que se realizó frente al antiguo edificio central de la UAS, cuyas mesas se extendieron hacia el pasillo de la plazuela Rosales, alrededor de 700 hombres y mujeres se concentraron para el cierre de campaña del candidato a la Secretaría General de Sindicato Único Nacional de Trabajadores de la Universidad Autónoma de Sinaloa-Sección Académicos, José Carlos Aceves Tamayo, permanecieron hasta tarde.

Ese hecho, sembró entre la gente que pasó por el lugar y entre algunas autoridades del estado, el temor de que un contingente se preparaba para acudir a manifestarse al Palacio de Gobierno. Las medidas preventivas de seguridad se implementaron para no se generara violencia que desbordara a causa de las provocaciones por el conflicto judicial entre universitarios, Congreso del Estado, Gobierno estatal y Fiscalía General del Estado.

Ello mantuvo un alerta en vilo.

Ante los presentes, el directivo no desaprovechó la oportunidad y estableció que como miembros de la comunidad Rosalina, juntos defenderán la autonomía y la persecución de la que son objeto.

Y recordó, que como lo hicieron en las afueras del Poder Legislativo, que sitiaron recientemente y al que se sumaron dos decenas de miles de manifestantes, se movilizarán hasta las últimas consecuencias.

A su expresión siguieron las de voces unidad y lucha de la clase trabajadora que estuvo atenta.

Fue el segundo acontecimiento, que se ligó a la cadena de fenómenos políticos de ese día.

El tercero clausuró el sábado en que el titular del Ejecutivo dio a conocer el estado que guarda la administración que preside. Habló que más de 180 mil personas salieron de la pobreza, gracias a los programas sociales de su Gobierno y del Federal.

Reiteró su compromiso de combate a la corrupción y del fomento a la rendición de cuentas y la transparencia.

No dejó al margen el tema de la Universidad Autónoma de Sinaloa, a la que refrendó su compromiso de apoyar. E hizo ver que no es enemigo ni está en contra de los universitarios.

Le imprimió un mensaje político directo hacia destinatarios específicos.

El último hecho pletórico de contenido político, lo simbolizó la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador que vino en domingo a inaugurar en Mazatlán, el Centro de Rehabilitación e Inclusión Infantil Teletón CRIT número 26. Alli, además de estar con el gobernador Rubén Moya, convivió con su enemigo Emilio Azcárraga Jean, a quien acusa de poner su televisora al servicio de sus adversarios para beneficiarse con ominosos contratos de publicidad para su empresa a cambio de compromisos, como sucedió con el ex mandatario Enrique Peña Nieto.

La agenda que trajo un objetivo social, no pudo sustraerse a la atmósfera política electoral que se siente en todo el territorio mexicano y al sinaloense.

Sergio Arredondo, les ve la cara a los priistas.

En el centro de lo más viciado de la ironía política, Sergio Mario Arredondo Salas renunció al Partido, -Revolucionario Institucional-, al que nunca podrá dimitir porque sencillamente nunca perteneció a sus filas. Seguramente, su exposición, más que imponer el susto que planeó, desató las carcajadas de quienes lo conocen y, específicamente de los priistas y de la lideresa de ellos, la aguerrida Paola Gárate.

¿Cuándo el diputado que recibió este cargo como obsequio, recorrió las calles de las colonias y los lodazales en tiempo de lluvia para promover el voto en favor de alguno de los candidatos o para ofertar al PRI como una opción viable para los sinaloenses?

¡Nunca!

Y menos cuando entraña a una especie parecida “al hijo de papi” que la personificó en “yerno de suegro”.

Es osar quitarle al extinto exgobernador Jesús Aguilar Padilla, su capacidad para acomodar piezas en los aparatos del poder público y en los legislativos.

E implica una ofensa para la militancia que saliera a presumir que se va del tricolor porque no comparte la visión de la dirigencia. No tiene remedio.

Casi le dijo a cada ciudadano y a cada integrante del priismo, “Iris ingenuo”.

En la actividad política actual, en realidad, Sergio Mario Arredondo Salas, no es nadie. Sabe perfectamente y el pueblo también, el cómo y por qué llegó a un puesto público y después ocupó una curul en la Cámara local.

¿A quién cree que engaña?

Lo cierto es que se envició con los privilegios que probó como delicias que no le costaron nada.

Y hoy pega un puntapié al instituto que lo colocó en un lugar que no merecía ni merece.

Le gustó lo que ingirió y por ello traicionó a quien lo puso donde no debía estar y como desde que forma parte del Poder Legislativo, se declaró morenista con sus acciones, lo único que hace es confirmar que jamás fue priista.

Es un lobo más con disfraz de oveja. De esos que tanto abundan en los partidos.

Con el arribo del lunes culminó aparentemente un fin de semana de calentura política en Sinaloa, muy sofocante, que dio revuelo a una temporada navideña en que la disputa del poder está por todos lados. El gobernador Rubén Rocha Moya, congregó a 20 mil personas en el marco de su Segundo Informe de Gobierno y, sus opositores al otro extremo del campo, se reagruparon como el único contrapeso capaz de equilibrar la fuerza de la ofensiva electoral que se registra.

El sábado por la mañana en el escenario en que la diputada federal Paloma Sánchez –muy cercana a Alejandro Moreno Cárdenas, dirigente mexicano del PRI- informó sobre su quehacer legislativo, el auditorio Benito Juárez del Comité Directivo Estatal, pareció lucir como en los viejos tiempos. La banda sinaloense que amenizó la entrada y una batucada en el interior que le puso ambiente al momento, fue la prueba.

La aparición después de 13 años de ausencia del exgobernador Mario López Valdez y la de ex alcalde de Culiacán, Héctor Melesio Cuén Ojeda y su esposa Angélica Díaz Quiñónez, causó un revoloteo emocional en el que prácticamente los asistentes aventaron pañuelos por los aires.

Los dos personajes, que buscan la Senaduría de la República y que hacen “buenas migas” con el Frente Corazón por México, que conforman panistas, priistas, perredistas, y en este caso los del Partido Sinaloense, levantaron el ánimo de esperanza entre la militancia. La que se quedó en el barco mientras que los privilegiados partieron hacia Morena.

A ellos, les activaron por minutos, el aplausómetro.

Desde ese espacio, los discursos de los participantes lanzaron fuego en contra de las autoridades morenistas. Las que en encabeza el oriundo de Batequitas, como el de Macuspana.

Todos se declararon listos para la guerra electoral en marcha.

Y en un acto intermedio que se realizó frente al antiguo edificio central de la UAS, cuyas mesas se extendieron hacia el pasillo de la plazuela Rosales, alrededor de 700 hombres y mujeres se concentraron para el cierre de campaña del candidato a la Secretaría General de Sindicato Único Nacional de Trabajadores de la Universidad Autónoma de Sinaloa-Sección Académicos, José Carlos Aceves Tamayo, permanecieron hasta tarde.

Ese hecho, sembró entre la gente que pasó por el lugar y entre algunas autoridades del estado, el temor de que un contingente se preparaba para acudir a manifestarse al Palacio de Gobierno. Las medidas preventivas de seguridad se implementaron para no se generara violencia que desbordara a causa de las provocaciones por el conflicto judicial entre universitarios, Congreso del Estado, Gobierno estatal y Fiscalía General del Estado.

Ello mantuvo un alerta en vilo.

Ante los presentes, el directivo no desaprovechó la oportunidad y estableció que como miembros de la comunidad Rosalina, juntos defenderán la autonomía y la persecución de la que son objeto.

Y recordó, que como lo hicieron en las afueras del Poder Legislativo, que sitiaron recientemente y al que se sumaron dos decenas de miles de manifestantes, se movilizarán hasta las últimas consecuencias.

A su expresión siguieron las de voces unidad y lucha de la clase trabajadora que estuvo atenta.

Fue el segundo acontecimiento, que se ligó a la cadena de fenómenos políticos de ese día.

El tercero clausuró el sábado en que el titular del Ejecutivo dio a conocer el estado que guarda la administración que preside. Habló que más de 180 mil personas salieron de la pobreza, gracias a los programas sociales de su Gobierno y del Federal.

Reiteró su compromiso de combate a la corrupción y del fomento a la rendición de cuentas y la transparencia.

No dejó al margen el tema de la Universidad Autónoma de Sinaloa, a la que refrendó su compromiso de apoyar. E hizo ver que no es enemigo ni está en contra de los universitarios.

Le imprimió un mensaje político directo hacia destinatarios específicos.

El último hecho pletórico de contenido político, lo simbolizó la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador que vino en domingo a inaugurar en Mazatlán, el Centro de Rehabilitación e Inclusión Infantil Teletón CRIT número 26. Alli, además de estar con el gobernador Rubén Moya, convivió con su enemigo Emilio Azcárraga Jean, a quien acusa de poner su televisora al servicio de sus adversarios para beneficiarse con ominosos contratos de publicidad para su empresa a cambio de compromisos, como sucedió con el ex mandatario Enrique Peña Nieto.

La agenda que trajo un objetivo social, no pudo sustraerse a la atmósfera política electoral que se siente en todo el territorio mexicano y al sinaloense.

Sergio Arredondo, les ve la cara a los priistas.

En el centro de lo más viciado de la ironía política, Sergio Mario Arredondo Salas renunció al Partido, -Revolucionario Institucional-, al que nunca podrá dimitir porque sencillamente nunca perteneció a sus filas. Seguramente, su exposición, más que imponer el susto que planeó, desató las carcajadas de quienes lo conocen y, específicamente de los priistas y de la lideresa de ellos, la aguerrida Paola Gárate.

¿Cuándo el diputado que recibió este cargo como obsequio, recorrió las calles de las colonias y los lodazales en tiempo de lluvia para promover el voto en favor de alguno de los candidatos o para ofertar al PRI como una opción viable para los sinaloenses?

¡Nunca!

Y menos cuando entraña a una especie parecida “al hijo de papi” que la personificó en “yerno de suegro”.

Es osar quitarle al extinto exgobernador Jesús Aguilar Padilla, su capacidad para acomodar piezas en los aparatos del poder público y en los legislativos.

E implica una ofensa para la militancia que saliera a presumir que se va del tricolor porque no comparte la visión de la dirigencia. No tiene remedio.

Casi le dijo a cada ciudadano y a cada integrante del priismo, “Iris ingenuo”.

En la actividad política actual, en realidad, Sergio Mario Arredondo Salas, no es nadie. Sabe perfectamente y el pueblo también, el cómo y por qué llegó a un puesto público y después ocupó una curul en la Cámara local.

¿A quién cree que engaña?

Lo cierto es que se envició con los privilegios que probó como delicias que no le costaron nada.

Y hoy pega un puntapié al instituto que lo colocó en un lugar que no merecía ni merece.

Le gustó lo que ingirió y por ello traicionó a quien lo puso donde no debía estar y como desde que forma parte del Poder Legislativo, se declaró morenista con sus acciones, lo único que hace es confirmar que jamás fue priista.

Es un lobo más con disfraz de oveja. De esos que tanto abundan en los partidos.