/ martes 17 de mayo de 2022

Rocha ahora va por la UAS

La estrategia del gobernador Rubén Rocha de golpear a su ahora ex secretario de Salud, Héctor Melesio Cuén Ojeda, no sólo se encuadra en los pleitos políticos que mantienen por el tema de las candidaturas del 2024, en especial la Senaduría, que el líder moral del Partido Sinaloense acaricia desde su silla.

También busca quitarle el bastión que representa para Cuén y su partido la Universidad Autónoma de Sinaloa, y de ahí que hace meses Rocha exhibió que la Universidad estaba endeudada con el SAT por un tema de impuestos, aunque el rector Jesús Madueña se defendió diciendo que quien no enteró de las retenciones salariales fue la administración estatal. En fin.

El caso es que ahora que Rocha y Cuén se quitaron las máscaras, es conveniente ver cuáles seguirán los siguientes pasos de ambos, el Badiraguato Power en franca ruptura recuerda tanto a aquellos viejos pleitos entre caciques el narco cuando en 2008 el Chapo rompió con los Beltrán Leyva, ambas familias vecinas, amigas de décadas atrás: de La Palma a la Tuna, nomás hay una lomita.

Y así, hasta ahora el que ha tenido más fuerza es el otro badiraguatense de la discordia, Enrique Inzunza Cázares, que como buen brazo de hierro, ha logrado dar mazazos a quien se le atraviese, y si no ahí está el alcalde Estrada, el Químico, y a quien se le rebele y opere fuera del permiso del gobernador.

Desde luego que en el trasfondo, despedir a Cuén porque no retiró la denuncia contra su secretaria Teresa Guerra Ochoa y Luis Enrique Ramírez (qepd), fue mero pretexto, por más que intente Rocha sostenerlo. La verdad es que si quiere proteger a los periodistas, como al resto de la ciudadanía, es necesario combatir la criminalidad en las calles de Sinaloa y dejar de castigar con el garrote a quien lo critica. Se verá al tiempo.

Las bajezas del poder

El pasado 7 de mayo se le negó la posibilidad a Marsol Quiñónez de estar presente en una exposición colectiva a través de un mensaje de texto que le indicaba que mejor ni llegara.

“Si ya vienes, mejor ni vengas”, es lo que la representante del Colectivo de Mujeres Artistas le comentó a Marsol Quiñónez minutos antes de hacer su arribo al teatro Ángela Peralta para participar junto a 22 mujeres en la exposición “Multiplicidad”, luego de que por aparente indicación de la dirección del Instituto Municipal de Cultura, Turismo y Artes, se le negaría el acceso.

Luego de que María Teresa Guerra Ochoa de la Secretaría de las Mujeres enviara un oficio al alcalde de Mazatlán en el que les expresa la desaprobación de cualquier acción que violente los Derechos Humanos, la libre expresión y el derecho de la inclusión de las mujeres artistas, el actual director de Cultura salió ayer jueves a defender a la dependencia.

“Las galerías son incluyentes, Cultura es incluyente”, defiende José Ángel Tostado Quevedo, en torno a la denuncia de la artista Marsol Quiñónez de que no le permitieron exponer su arte.

Pero todo tiene un trasfondo, porque la artista plástica en su momento expuso las bajezas que se generaban en esta dependencia cuando estuvo al frente como directora y fue precisamente Tostado quien le ponía el pie y no la dejaba avanzar.

En 2019 cuando Marsol Quiñónez llegó como directora al Instituto de Cultura para ocupar el puesto que había dejado Oscar Blancarte, tiempo en el que José Ángel Tostado Quevedo era el encargado de finanzas, fue precisamente el quien le puso el pie a Blancarte y Marsol.

Le bastaron cuatro meses para darse cuenta quién mandaba en Cultura, por lo que decidió renunciar a su cargo y denunciar lo que pasaba.

Entonces este veto a Marsol no es repentino, está detrás esa mente perversa, que no se detendrá para humillar a quien se oponga a su “majestad” y de esos personajes abundan en el Ayuntamiento mazatleco.

La estrategia del gobernador Rubén Rocha de golpear a su ahora ex secretario de Salud, Héctor Melesio Cuén Ojeda, no sólo se encuadra en los pleitos políticos que mantienen por el tema de las candidaturas del 2024, en especial la Senaduría, que el líder moral del Partido Sinaloense acaricia desde su silla.

También busca quitarle el bastión que representa para Cuén y su partido la Universidad Autónoma de Sinaloa, y de ahí que hace meses Rocha exhibió que la Universidad estaba endeudada con el SAT por un tema de impuestos, aunque el rector Jesús Madueña se defendió diciendo que quien no enteró de las retenciones salariales fue la administración estatal. En fin.

El caso es que ahora que Rocha y Cuén se quitaron las máscaras, es conveniente ver cuáles seguirán los siguientes pasos de ambos, el Badiraguato Power en franca ruptura recuerda tanto a aquellos viejos pleitos entre caciques el narco cuando en 2008 el Chapo rompió con los Beltrán Leyva, ambas familias vecinas, amigas de décadas atrás: de La Palma a la Tuna, nomás hay una lomita.

Y así, hasta ahora el que ha tenido más fuerza es el otro badiraguatense de la discordia, Enrique Inzunza Cázares, que como buen brazo de hierro, ha logrado dar mazazos a quien se le atraviese, y si no ahí está el alcalde Estrada, el Químico, y a quien se le rebele y opere fuera del permiso del gobernador.

Desde luego que en el trasfondo, despedir a Cuén porque no retiró la denuncia contra su secretaria Teresa Guerra Ochoa y Luis Enrique Ramírez (qepd), fue mero pretexto, por más que intente Rocha sostenerlo. La verdad es que si quiere proteger a los periodistas, como al resto de la ciudadanía, es necesario combatir la criminalidad en las calles de Sinaloa y dejar de castigar con el garrote a quien lo critica. Se verá al tiempo.

Las bajezas del poder

El pasado 7 de mayo se le negó la posibilidad a Marsol Quiñónez de estar presente en una exposición colectiva a través de un mensaje de texto que le indicaba que mejor ni llegara.

“Si ya vienes, mejor ni vengas”, es lo que la representante del Colectivo de Mujeres Artistas le comentó a Marsol Quiñónez minutos antes de hacer su arribo al teatro Ángela Peralta para participar junto a 22 mujeres en la exposición “Multiplicidad”, luego de que por aparente indicación de la dirección del Instituto Municipal de Cultura, Turismo y Artes, se le negaría el acceso.

Luego de que María Teresa Guerra Ochoa de la Secretaría de las Mujeres enviara un oficio al alcalde de Mazatlán en el que les expresa la desaprobación de cualquier acción que violente los Derechos Humanos, la libre expresión y el derecho de la inclusión de las mujeres artistas, el actual director de Cultura salió ayer jueves a defender a la dependencia.

“Las galerías son incluyentes, Cultura es incluyente”, defiende José Ángel Tostado Quevedo, en torno a la denuncia de la artista Marsol Quiñónez de que no le permitieron exponer su arte.

Pero todo tiene un trasfondo, porque la artista plástica en su momento expuso las bajezas que se generaban en esta dependencia cuando estuvo al frente como directora y fue precisamente Tostado quien le ponía el pie y no la dejaba avanzar.

En 2019 cuando Marsol Quiñónez llegó como directora al Instituto de Cultura para ocupar el puesto que había dejado Oscar Blancarte, tiempo en el que José Ángel Tostado Quevedo era el encargado de finanzas, fue precisamente el quien le puso el pie a Blancarte y Marsol.

Le bastaron cuatro meses para darse cuenta quién mandaba en Cultura, por lo que decidió renunciar a su cargo y denunciar lo que pasaba.

Entonces este veto a Marsol no es repentino, está detrás esa mente perversa, que no se detendrá para humillar a quien se oponga a su “majestad” y de esos personajes abundan en el Ayuntamiento mazatleco.