/ viernes 3 de mayo de 2024

El Espectador | Presidenciables coinciden en Plan Hídrico

El agua es tema prioritario en la agenda nacional, incluso fue central en el segundo debate presidencial entre la morenista Claudia Sheinbaum, la aliancista Xóchitl Gálvez y el emecista Jorge Máynez. De ahí la necesidad de conocer las propuestas de cada candidatura y la viabilidad de éstas para dar respuesta a la creciente demanda de soluciones ante la crisis hídrica.

Aunque en el debate no se establecieron compromisos claros sobre presupuestos o modificaciones institucionales para cumplir con las propuestas que se pusieron en la mesa, los participantes sí abrieron la posibilidad de implementar distintas acciones como un Plan Nacional Hídrico con el que se tecnificarían los sistemas de riego en el campo; se echaría mano de una estrategia específica para el Valle de México y se instalarían nuevas plantas de agua para la desalinización y el tratamiento de líquidos residuales, según la candidata de la llamada cuarta transformación.

En cuanto al tratamiento de agua, la abanderada del PRI, PAN y PRD fue más allá y propuso que la totalidad del líquido residual sea procesado para su reutilización en actividades del campo, sector que actualmente consume alrededor de 70 por ciento del recurso disponible; esto para que la totalidad del agua potable sea utilizada para el consumo humano.

Según un informe del Banco Mundial, hasta el 36 por ciento de la población mundial vive en regiones donde falta el agua, por lo que el tratamiento de las aguas residuales debe ser parte de la solución a los problemas de escasez y contaminación. Para esas labores, las 990 plantas potabilizadoras y alrededor de dos mil 800 plantas de tratamiento instaladas en el país, según el Inventario Nacional de Plantas Municipales de Potabilización y de Tratamiento de Aguas Residuales en Operación, de la Comisión Nacional del Agua, resultan insuficientes, sobre todo si se toma en cuenta que varias de estas se encuentran fuera de operación por mantenimiento o falta de presupuesto para composturas.

Para temas de agua se destinan recursos públicos por el orden de los 70 mil millones de pesos, no obstante, los expertos en la materia apuntan que se necesitan por lo menos otros 50 mil millones para labores de renovación y mantenimiento de la red hídrica, pues hasta el 40 por ciento del líquido se pierde por fugas. Los privados se deben sumar a esas labores, pues tan sólo el 33 por ciento de la totalidad del líquido que se utiliza pasa por labores de tratamiento en la actualidad.

En el sureste, por ejemplo, la empresa Aguakán tiene instaladas y en operación 13 plantas de tratamiento y recientemente ha realizado inversiones por alrededor de 800 millones de pesos en proyectos fundamentales para el tratamiento de aguas residuales, destacando la Cuenca Norponiente-Paraíso en beneficio de casi medio millón de habitantes del estado de Quintana Roo.

El agua es tema prioritario en la agenda nacional, incluso fue central en el segundo debate presidencial entre la morenista Claudia Sheinbaum, la aliancista Xóchitl Gálvez y el emecista Jorge Máynez. De ahí la necesidad de conocer las propuestas de cada candidatura y la viabilidad de éstas para dar respuesta a la creciente demanda de soluciones ante la crisis hídrica.

Aunque en el debate no se establecieron compromisos claros sobre presupuestos o modificaciones institucionales para cumplir con las propuestas que se pusieron en la mesa, los participantes sí abrieron la posibilidad de implementar distintas acciones como un Plan Nacional Hídrico con el que se tecnificarían los sistemas de riego en el campo; se echaría mano de una estrategia específica para el Valle de México y se instalarían nuevas plantas de agua para la desalinización y el tratamiento de líquidos residuales, según la candidata de la llamada cuarta transformación.

En cuanto al tratamiento de agua, la abanderada del PRI, PAN y PRD fue más allá y propuso que la totalidad del líquido residual sea procesado para su reutilización en actividades del campo, sector que actualmente consume alrededor de 70 por ciento del recurso disponible; esto para que la totalidad del agua potable sea utilizada para el consumo humano.

Según un informe del Banco Mundial, hasta el 36 por ciento de la población mundial vive en regiones donde falta el agua, por lo que el tratamiento de las aguas residuales debe ser parte de la solución a los problemas de escasez y contaminación. Para esas labores, las 990 plantas potabilizadoras y alrededor de dos mil 800 plantas de tratamiento instaladas en el país, según el Inventario Nacional de Plantas Municipales de Potabilización y de Tratamiento de Aguas Residuales en Operación, de la Comisión Nacional del Agua, resultan insuficientes, sobre todo si se toma en cuenta que varias de estas se encuentran fuera de operación por mantenimiento o falta de presupuesto para composturas.

Para temas de agua se destinan recursos públicos por el orden de los 70 mil millones de pesos, no obstante, los expertos en la materia apuntan que se necesitan por lo menos otros 50 mil millones para labores de renovación y mantenimiento de la red hídrica, pues hasta el 40 por ciento del líquido se pierde por fugas. Los privados se deben sumar a esas labores, pues tan sólo el 33 por ciento de la totalidad del líquido que se utiliza pasa por labores de tratamiento en la actualidad.

En el sureste, por ejemplo, la empresa Aguakán tiene instaladas y en operación 13 plantas de tratamiento y recientemente ha realizado inversiones por alrededor de 800 millones de pesos en proyectos fundamentales para el tratamiento de aguas residuales, destacando la Cuenca Norponiente-Paraíso en beneficio de casi medio millón de habitantes del estado de Quintana Roo.