/ jueves 28 de abril de 2022

30 de abril ¿qué celebra la niñez?

En México el 30 de abril se celebra el día del “niño” y hoy reconocemos y extendemos la mención también a las niñas. Les celebramos a través de festivales, comidas con lo que más les gusta, se les permite jugar todo el día, se les dispensan las tareas escolares, se les consiente y a veces, cuando es posible se les da regalo.

Todas y todos los niños parecen felices ese día que nos nubla, la realidad es muy distinta; en términos generales la niñez mexicana carece de cuidados y atención en este y resto de días.

No es simple pesimismo, analizar el panorama no resulta halagador, no basta con que pocos infantes estén contentos, y sabemos que es un gran esfuerzo de madres, padres y familiares, porque el grueso de los infantes mexicanos, es decir 38.2 millones de personas de 0 a 17 años, de las cuales en Sinaloa viven 962,306 niñas, niños y adolescentes, siendo el 32.44% de la población estatal total.

La niñez no tiene asegurados sus derechos humanos ni su bienestar, espero moverte y concientizarte al decirte que México ocupa el primer lugar en embarazo adolescente (según la OCDE), 14 niñas y niños desaparecen diariamente, solo el 26.3% tiene acceso a una alimentación nutritiva, 178 mil quedaron en orfandad a causa del Covid-19, 8 de cada 10 sufre violencia, además del peligro latente de caer en manos del crimen organizado y un largo etcétera en materia de delitos que los acecha. Conociendo esto, es difícil pensar en una celebración, ¿no crees?

En Sinaloa, como en el resto del país existe la Ley para la Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes en el decreto número 684* (P.O. No.124 de 15 de octubre de 2001) donde la redacción no tiene lugar a dudas en tener como finalidad esencial garantizar a niñas, niños y adolescentes la tutela y el respeto de los derechos fundamentales reconocidos en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, pero el golpe de realidad nos demuestra lo siguiente:

Sinaloa es el noveno lugar nacional en presuntas víctimas mujeres de corrupción de menores por cada 100 mil mujeres 0.99 (promedio nacional de 0.66), existe un registro de 2 mil 79 niñas, niños y adolescentes desaparecidos en datos reportados en 2020 de UNICEF, además de que 336 no han regresado a casa, sumando a ello la alarmante situación de que de los diez a los diecisiete años la cifra aumenta a mil 676 casos.

Hasta el momento se tienen algunos avances al respecto, reportando que han sido localizados mil 741 menores, pero que lamentablemente 74 regresaron a sus hogares sin vida. El aumento local de violencia familiar no puede pasar desapercibido, con un promedio de 15 denuncias diarias por este tipo de violencia, que tan solo de enero a agosto del 2021 se tenía un registro de 3 mil 905 casos.

Los 4,215 nacimientos cuyas madres tenían entre 9 y 17 años son una herida abierta que nos muestran el fracaso del sistema que busca garantizar su integridad y salud colocándose nuestro estado en el décimo séptimo lugar a nivel nacional.

Esto nos preocupa, porque a veces parece que sobra voluntad política, pero faltan las acciones, y es que el Código Penal del Estado de Sinaloa no contempla la pederastia como delito, pero si tiene violación, estupro y abuso sexual con agravantes para los actos cometidos contra menores, por ello la urgencia de armonizar el delito de pederastia con el Código Penal Federal.

Tenemos que decirlo también fuerte y claro: aun cuando ya se ha legislado sobre el castigo corporal y humillante, desafortunadamente la violencia hacia las y los niños en la primera infancia, sigue arraigada entre la sociedad sinaloense, aumentando esta específicamente durante el confinamiento por la pandemia de Covid-19, reportándose desde el primer trimestre del 2020 y hasta la fecha que dos de cada tres niños y niñas de este sector poblacional sufrieron algún tipo de violencia, reflexiono y me pregunto, con este panorama ¿habrá regalo para la niñez suficiente que cubra estos problemas?

En México el 30 de abril se celebra el día del “niño” y hoy reconocemos y extendemos la mención también a las niñas. Les celebramos a través de festivales, comidas con lo que más les gusta, se les permite jugar todo el día, se les dispensan las tareas escolares, se les consiente y a veces, cuando es posible se les da regalo.

Todas y todos los niños parecen felices ese día que nos nubla, la realidad es muy distinta; en términos generales la niñez mexicana carece de cuidados y atención en este y resto de días.

No es simple pesimismo, analizar el panorama no resulta halagador, no basta con que pocos infantes estén contentos, y sabemos que es un gran esfuerzo de madres, padres y familiares, porque el grueso de los infantes mexicanos, es decir 38.2 millones de personas de 0 a 17 años, de las cuales en Sinaloa viven 962,306 niñas, niños y adolescentes, siendo el 32.44% de la población estatal total.

La niñez no tiene asegurados sus derechos humanos ni su bienestar, espero moverte y concientizarte al decirte que México ocupa el primer lugar en embarazo adolescente (según la OCDE), 14 niñas y niños desaparecen diariamente, solo el 26.3% tiene acceso a una alimentación nutritiva, 178 mil quedaron en orfandad a causa del Covid-19, 8 de cada 10 sufre violencia, además del peligro latente de caer en manos del crimen organizado y un largo etcétera en materia de delitos que los acecha. Conociendo esto, es difícil pensar en una celebración, ¿no crees?

En Sinaloa, como en el resto del país existe la Ley para la Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes en el decreto número 684* (P.O. No.124 de 15 de octubre de 2001) donde la redacción no tiene lugar a dudas en tener como finalidad esencial garantizar a niñas, niños y adolescentes la tutela y el respeto de los derechos fundamentales reconocidos en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, pero el golpe de realidad nos demuestra lo siguiente:

Sinaloa es el noveno lugar nacional en presuntas víctimas mujeres de corrupción de menores por cada 100 mil mujeres 0.99 (promedio nacional de 0.66), existe un registro de 2 mil 79 niñas, niños y adolescentes desaparecidos en datos reportados en 2020 de UNICEF, además de que 336 no han regresado a casa, sumando a ello la alarmante situación de que de los diez a los diecisiete años la cifra aumenta a mil 676 casos.

Hasta el momento se tienen algunos avances al respecto, reportando que han sido localizados mil 741 menores, pero que lamentablemente 74 regresaron a sus hogares sin vida. El aumento local de violencia familiar no puede pasar desapercibido, con un promedio de 15 denuncias diarias por este tipo de violencia, que tan solo de enero a agosto del 2021 se tenía un registro de 3 mil 905 casos.

Los 4,215 nacimientos cuyas madres tenían entre 9 y 17 años son una herida abierta que nos muestran el fracaso del sistema que busca garantizar su integridad y salud colocándose nuestro estado en el décimo séptimo lugar a nivel nacional.

Esto nos preocupa, porque a veces parece que sobra voluntad política, pero faltan las acciones, y es que el Código Penal del Estado de Sinaloa no contempla la pederastia como delito, pero si tiene violación, estupro y abuso sexual con agravantes para los actos cometidos contra menores, por ello la urgencia de armonizar el delito de pederastia con el Código Penal Federal.

Tenemos que decirlo también fuerte y claro: aun cuando ya se ha legislado sobre el castigo corporal y humillante, desafortunadamente la violencia hacia las y los niños en la primera infancia, sigue arraigada entre la sociedad sinaloense, aumentando esta específicamente durante el confinamiento por la pandemia de Covid-19, reportándose desde el primer trimestre del 2020 y hasta la fecha que dos de cada tres niños y niñas de este sector poblacional sufrieron algún tipo de violencia, reflexiono y me pregunto, con este panorama ¿habrá regalo para la niñez suficiente que cubra estos problemas?