Culiacán, Sin.- Eran las 12 del día cuando Javier Mares se encontraba realizando una labor social pintando un tope de la Avenida Brasil, en el sector Humaya de la ciudad de Culiacán, cuando un trabajador del Ayuntamiento que no se quiso identificar llegó a reprimirlo.
"No es la primera vez que me lo encuentro, ya van varias veces y siempre es muy grosero", dijo Javier.
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El trabajador se acercó al pintor y lo regañó por estar obstruyendo la válida. Asimismo, le acusó de estar usurpando funciones.
Sin embargo, cuando fue cuestionado sobre este actuar, dijo que no estaba autorizado para dar declaraciones. Subió a su motocicleta, la cual carecía de rotulación del municipio, y se fue sin dar su nombre ni mostrar credenciales.
La réplica
Luego de estos hechos, El Sol de Sinaloa se puso en contacto vía llamada telefónica con René Félix, quien lidera el área de Inspección y Vigilancia del Ayuntamiento.
El funcionario relató que no es que les moleste que la ciudadanía realice estas labores sociales, dijo que principalmente es porque se ponen en riesgo al realizar dichas actividades.
También reveló que el nombre del hombre que arribó al sector Humaya para regañar a Javier es Humberto. El funcionario negó el hecho de que se haya mandado a alguien al sitio a realizar la reprimenda.
Respecto al comportamiento del trabajador mencionó lo siguiente: "este gobierno es diferente, porque tienen que ser sensible con las personas", mientras quedo de hablar con Humberto sobre el incidente.
Respecto a la labor de Javier, Félix dijo que cualquier ciudadano puede tener acercamiento con el municipio para ser orientados y apoyados a continuar con los trabajos sociales con seguridad.
El hombre de la brocha
Javier contabiliza 100 topes que eran difíciles de ver para los conductores y ya fueron pintados por él. Dijo que esta es una actividad que comenzó a ejecutar desde hace menos de un año.
Con brocha y conos de precaución; el joven culichi de 28 años trabaja bajo el sol cubriendo su cabeza con un sombrero, con el objetivo de poner su granito de arena para afrontar los problemas de movilidad que hay en la capital.
"La cultura vial aquí es muy descuidada, no se toman en cuenta los señalamientos ni los topes. Por ejemplo: aquí es un jardín de niños y los dos topes de esquina a esquina no estaban pintados. Eso es lo que me motiva, hoy pinto este y mañana el otro", comentó.
Javier relató que financia sus actividades con el dinero que los automovilistas le donan, narró que para cada tope se invierten 500 pesos, presupuestos que surgen de parte de la cooperación de los transeúntes y conductores.