El Día Internacional de la Mujer, conmemorando el 8 de marzo, recuerda la lucha histórica de las mujeres por la igualdad de género y los derechos laborales. Esta fecha tiene sus raíces en los movimientos obreros y feministas del siglo XX.
En marzo de 1857, se narra de una protesta por cientos de mujeres trabajadores de una fábrica de Nueva York, con la consigna “pan y rosas” por las calles, exigiendo mejor salario y un alto al trabajo infantil, donde fueron victimas de abuso policial.
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No hay un solo hecho aislado por el cuál el 8 de marzo sea el día de la conmemoración, el más mencionado es el del 25 de marzo de 1911, en un incendio de la fábrica Triangle Shirtwaist de Nueva York, donde murieron alrededor de 149 personas, la mayoría mujeres.
El 8 de marzo de 1917, en Rusia, las mujeres salieron a las calles exigiendo pan y paz, marcando el inicio de la Revolución Rusa. Este evento contribuyó a consolidar la fecha como un símbolo de la lucha femenina.
En 1975 fue declarado oficialmente por la ONU
Actualmente es un día que las mujeres siguen conmemorando y exigiendo una vida libre de violencia de género.
Activistas feministas de Sinaloa del colectivo Amapas del Norte comentan que representa para ellas el 8 de marzo:
“Es el día me siento más segura y acompañada del año, pero al mismo tiempo en el que más me doy cuenta del peligro que corro todos los días, de las violencias a las que me encuentro constantemente expuestas y de lad realidades que desgraciadamente nos unen a todas.” comenta Ana Cristina Tortolero.
Recordando el porque no es un día de celebración
"No se celebra, porque no es motivo de celebración tener que gritar, rayar, manifestarnos por nuestro derecho a vivir, a ser libres, autónomas, a poder ejercer nuestros derechos, acceder a todos los espacios, servicios y a la justicia. Más bien se conmemora la lucha de tantas mujeres que hacen el día de hoy que nos sea posible tener lo que tenemos. Se honra tantos años de lucha, justamente dándole continuidad a la misma." Agrega Ana Cristina Tortolero.
Mientras Monica Ortega concluye:
"En un país lleno de violencia e inseguridad, donde la misoginia es parte de la cultura y el machismo es una normalidad, celebrar ser mujer es un casi privilegio. No se celebra porque no hay nada que festejar en que tengamos que seguir exigiendo por nuestros derechos. No se felicita porque ser mujer es una lucha de todos los días, y este 8M lejos de los abrazos a "los seres más divinos del planeta", se conmemora nuestra guerra y los logros que hemos conseguido después de gritar, rayar y exigir durante años, tomando un día al año para visibilizar lo poderosas que somos y todo lo que podemos lograr cuando estamos juntas."
