Claro es que en México, todos sabemos celebrar a lo grande cada una de nuestras tradiciones, y más si se trata del Día de Muertos, pues todo el país se llena de flores, música y sobre todo mucha comida, por lo que hoy se hablará del delicioso Pan de Muerto.
Y si, sin duda alguna el alimento más importante en estas tradicionales festividades es el famoso Pan de muertos, el también elemento tradicional que se coloca en el altar de muertos para honrar y recordar a los seres queridos que han fallecido.
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Un pan dulce mexicano, que contiene harina de trigo, leche, huevo, levadura, azúcar, sal, mantequilla y en muchas partes lo aromatizan con un toque de anís y naranja, eso ya dependiendo del lugar de su elaboración.
Este delicioso pan se puede encontrar en muchos tamaños y formas según el lugar, pero la forma más peculiar y más comercial es pequeña y redonda, decorado con dos “huesitos” cruzados, estos son unas piezas de la misma masa que representan los huesos.
Su forma circular simboliza el ciclo de la vida y la muerte; la bolita de masa en el centro es el cráneo, así como la decoración que representa los huesos, dispuestas simbólicamente en forma de cruz. Así pues, el pan pasa a encarnar al propio muerto.
Nuevas recetas
Con el paso de los años, este tradicional alimento a tomado nuevas recetas y más para quienes no se conforman con la simplicidad de la azúcar por encima del pan de muerto, pues ahora ya existen versiones rellenas de distintos dulces dando una mejor opción, como cajeta, nutella, por mencionar algunos, y hasta para quienes prefieren seguir su vida fit ya existen versiones de pan integral.
Aproximadamente ocho de cada diez casas mexicanas adquiere este pan el 1 y 2 de noviembre.