En estos días, pequeño grupo de amigas sinaloenses (Olga, Mireya, Tere y Elfa, gracias por su excelente compañía y apoyo), tuvimos la oportunidad de hacer un rápido recorrido por tierras colombianas. Nuestro caminar nos fue mostrando no solo la belleza de ciudades y lugares campiranos sino también nos mostró el amor de los pobladores por su tierra y su deseo de superación en la problemática vivida en lo económico, seguridad laboral, social y aristas políticas que impactan salud, trabajo y educación. Encontramos a un pueblo enfrentando problemas pero buscando, aceptando y por tanto aplicando soluciones, haciéndolas suyas.
Bogotá, Cartagena, Medellín, Santa Marta (considerada ésta como la ciudad más antigua del país) entre otros lugares, nos mostraron ese pueblo que aún dentro de altos índices de pobreza, incrementada por la fuerte recepción de venezolanos, en busca de hogar y subsistencia, están dispuestos a aceptar reglas legisladas de trabajo y convivencia que genere condiciones fraternas y de seguridad así como en la necesaria y variada ocupación ambulante, como le llamamos aquí, en nuestro querido México.
El % de crecimiento turístico en Colombia es mayor que el de economía, han comprendido que éste es una industria que no contamina y se están aplicando en ello. En nuestro país, según datos, ha caído la tasa con respecto a 2018 aunque Sinaloa arroja un repunte.
Así, encontramos y comentamos las viajeras, nuestra satisfacción por disfrutar limpios de basura los espacios turísticos, hermosos callejones, avenidas, plazas públicas, miradores, carreteras, etc. y obviamente lamentamos el contraste con nuestras numerosas ciudades en las que aún no comprendemos la importancia “de poner la basura en su lugar” pero en las que no hay reglas obligatorias que cumplir y si las hay, son letra muerta, como aquélla que en nuestro querido Culiacán, exige mantener los terrenos baldíos limpios de toda clase de basura. Los colombianos desde cerros bajan embolsados sus desechos y los colocan en vías donde son recogidos por los de limpieza que hacen también, recorridos por los lugares turísticos cada tantas horas.
Los motociclistas no pueden viajar sin casco y bajo ningún motivo pueden llevar pasajero. Sólo una dama los puede acompañar con su correspondiente seguridad, NO niños, no otro hombre. De no ser así, incurren en multa y se les recoge la unidad. LOS AGENTES DE LA POLICÍA, recorren los espacios turísticos, a veces visibles y otras “ni los vemos, pero sabemos que no perdonan” me decía un joven al que cuestioné, después de asustarme con su decidido canto y versos “Regatón” y me explicó eran estudiantes trabajando en las calles.
Así vimos infinidad de vendedores ambulantes de artesanías propias y “falsas” como les llaman. Todos con respeto a la autoridad y a las consecuencias. Las playas con horario estricto de uso y disfrute. El Metro y los Buses con reglas de uso. A la tercera falta, los infractores ya no podrán utilizar el servicio. Para su registro están las cámaras y las bocinas con las recomendaciones al pasajero de como reportar faltas o daños.
Nos explicaban, que si un ladroncillo o abusador de cualquier tipo, los vecinos lo “agarran” y le aplican “puñoterapia”, “Baterapia”, destruyen su moto, bici o lo que sea. Si es reincidente además lo entregan a las autoridades. Aún con esto y más medidas, comprenden que les falta mucho por lograr, especialmente por el asunto de las guerrillas pero es innegable que en sus bellas y limpias ciudades se puede disfrutar.
Nuestro México y particularmente nuestro estado y municipios también tenemos mucho que ofrecer, extraordinarios lugares históricos, modernos de montaña y mar, citadinos y pueblerinos pero ha sido triste que en algunas encuestas con visitantes nos digan que tenemos un problema mayúsculo: LA BASURA y la falta de reconocimiento en la efectiva, responsable y adecuada protección y seguridad que se brinda en las calles. NOS TOCA A CIUDADANOS Y AUTORIDADES TRABAJAR EN ELLO. ¡Adelante! UNA MIRADA DE CONTRASTE MÉXICO- COLOMBIA.
