/ martes 28 de noviembre de 2023

Sergio Mario Arredondo, fuera máscaras

Nada más faltaba el diputado Sergio Mario Arredondo de renunciar al PRI, pues ya el resto había tomado su camino, para sumarse de manera formal a Morena.

Pero desde hace meses, incluso desde que Morena se instaló como partido mayoritario, el yerno de Jesús Aguilar ya trabajaba más para los morenistas que para su partido.

Y es natural. Acostumbrados los priistas sinaloenses a ganarlas todas, a ser parte de la élite privilegiada, ahora que la cúpula política se morenizó, sueñan con ser parte de ella y reniegan de su estirpe.

En el caso de Sergio Arredondo, a diferencia de los quirinistas Ricardo Madrid y Cynthia Valenzuela Langarica, éste buscó como argumento la alianza que hizo el frente amplio con el Partido Sinaloense de Héctor Melesio Cuén Ojeda, y por ahí esgrimió razones de índole moral, cuando él mismo se ha beneficiado de la presunta corrupción de la UAS que ahora dice combatir.

Es cierto: la Universidad debe y tiene que rendir cuentas y ser transparente, pero eso es una cosa, y el fuera máscaras de Arredondo es otra. Ya hace mucho que no estaba en el PRI, si se quedó hasta el último momento fue quizá para guardar las apariencias. Al tiempo.

La fiscal marcha para exigir alto a la violencia

No se trata de banalizar el hecho de que una fiscal se sume al activismo sino que es a ella, como dirigente de la Fiscalía de Sinaloa, la que tiene que resolver el alto índice de denuncias de delitos en contra de las mujeres.

La frase viene así; la fiscalía marcha para que la fiscalía resuelva. Y es que este lunes Sara Bruna Quiñones formó parte de la caminata naranja dentro de los 16 días de activismo en contra de la violencia de género, iba a un lado de Teresa Guerra Ochoa, titular de la Secretaría de las Mujeres.

Está bien que ejerzan su derecho a la manifestación, pero mejor que sean funcionarias de puertas abiertas, ¿No es mejor eso? ¿No es mejor buscar por todos los medios colaborar desde las instituciones que dirigen que los perpetradores sean llevados a los juzgados?

Una declaración que llamó la atención es que la fiscal pidió a las reporteras, más bien les encargó, que cuando roben un vehículo y lo recuperen también publiquen eso, pero cuando se le preguntó por las cifras, dijo que no las tenía a la mano. ¿Y entonces si ella es la que tiene que informar sobre la recuperación de unidades? No se le entiende a veces, como cuando dijo que era culpa de la ciudadanía porque no detenían a los asesinos del periodista Luis Enrique Ramírez, ya que no denunciaban a los responsables a pesar de existir una recompensa.

Nada más faltaba el diputado Sergio Mario Arredondo de renunciar al PRI, pues ya el resto había tomado su camino, para sumarse de manera formal a Morena.

Pero desde hace meses, incluso desde que Morena se instaló como partido mayoritario, el yerno de Jesús Aguilar ya trabajaba más para los morenistas que para su partido.

Y es natural. Acostumbrados los priistas sinaloenses a ganarlas todas, a ser parte de la élite privilegiada, ahora que la cúpula política se morenizó, sueñan con ser parte de ella y reniegan de su estirpe.

En el caso de Sergio Arredondo, a diferencia de los quirinistas Ricardo Madrid y Cynthia Valenzuela Langarica, éste buscó como argumento la alianza que hizo el frente amplio con el Partido Sinaloense de Héctor Melesio Cuén Ojeda, y por ahí esgrimió razones de índole moral, cuando él mismo se ha beneficiado de la presunta corrupción de la UAS que ahora dice combatir.

Es cierto: la Universidad debe y tiene que rendir cuentas y ser transparente, pero eso es una cosa, y el fuera máscaras de Arredondo es otra. Ya hace mucho que no estaba en el PRI, si se quedó hasta el último momento fue quizá para guardar las apariencias. Al tiempo.

La fiscal marcha para exigir alto a la violencia

No se trata de banalizar el hecho de que una fiscal se sume al activismo sino que es a ella, como dirigente de la Fiscalía de Sinaloa, la que tiene que resolver el alto índice de denuncias de delitos en contra de las mujeres.

La frase viene así; la fiscalía marcha para que la fiscalía resuelva. Y es que este lunes Sara Bruna Quiñones formó parte de la caminata naranja dentro de los 16 días de activismo en contra de la violencia de género, iba a un lado de Teresa Guerra Ochoa, titular de la Secretaría de las Mujeres.

Está bien que ejerzan su derecho a la manifestación, pero mejor que sean funcionarias de puertas abiertas, ¿No es mejor eso? ¿No es mejor buscar por todos los medios colaborar desde las instituciones que dirigen que los perpetradores sean llevados a los juzgados?

Una declaración que llamó la atención es que la fiscal pidió a las reporteras, más bien les encargó, que cuando roben un vehículo y lo recuperen también publiquen eso, pero cuando se le preguntó por las cifras, dijo que no las tenía a la mano. ¿Y entonces si ella es la que tiene que informar sobre la recuperación de unidades? No se le entiende a veces, como cuando dijo que era culpa de la ciudadanía porque no detenían a los asesinos del periodista Luis Enrique Ramírez, ya que no denunciaban a los responsables a pesar de existir una recompensa.