/ miércoles 6 de diciembre de 2023

El encuentro Rocha-Cuén

La pugna Rocha-Cuén se mantiene presente, rodea los ámbitos de la vida pública y de vez en cuando emergen a la luz, como el pasado lunes 4 de diciembre de semanera, cuando el gobernador contó el encuentro que sostuvo con quien considera el cacique de la Universidad Autónoma de Sinaloa.

En pocas palabras, Rocha afirmó que Héctor Cuén lo había buscado para negociar un acuerdo que le dé salida al tema judicial de las autoridades universitarias, en especial el caso de su hijo Héctor Cuén Díaz.

Pero no transitó, según el gobernador, porque el líder del PAS en realidad no ofreció nada, ni moverle al tema de que su partido deje de controlar la UAS, ni menos de aclarar el tema de los millones de pesos en compras, el principal tema que se dirime en los juzgados.

De parte de Cuén, también hubo una versión, sólo para aclarar que la reunión no la solicitó él con Rocha, sino que el intermediario fue Enrique Díaz Vega, secretario de Finanzas, a quien se encontró en un aeropuerto días previos a la visita del presidente López Obrador a Culiacán, la cual fue el 14 de noviembre pasado.

Es decir, atendiendo esta versión, el encuentro de Rocha y Cuén ocurrió antes de esa gira y de la movilización de la UAS, pues uno de los pedidos del Ejecutivo era parar la marcha de los universitarios en medio de la visita de AMLO.

En realidad, la versión del gobernador y la del líder pasista coincide en que el encuentro no fructificó, pues el 29 de noviembre los uaseños tomaron el Congreso para que no se realizara el Segundo Informe de Labores, aunque en el evento del sábado 2 de diciembre en la Explanada de Palacio, los universitarios no protestaron, como se esperaba.

Cambio leve de narrativa

Lo que sí es que el lunes 4 de diciembre, luego de se difiriera la enésima audiencia de Jesús Madueña y Robespierre Lizárraga por el caso de presunto abuso de autoridad, la narrativa del aparato oficial de la UAS cambió ligeramente: que el juez y los representantes de la Fiscalía, ya no fueron tan malos como antes.

¿Fue solo un respiro o ya hay cambio de luces para tratar los procesos judiciales? ¿Es conveniente con una campaña presidencial encima avivar los fuegos o es más sensato relegar el pleito a lo que es: un tema particular de tribunales, jueces y abogados?

Desde luego que los tiempos seguirán caminando en los juzgados, como caminan los procesos de amparo, por lo pronto, Morena avanza en su agenda de elegir candidatos.

Culiacán, entre Tere y Juan de Dios

Para muchos no es fácil descifrar el juego del gobernador en el caso de la alcaldía de Culiacán, pues si la doctora Teresa Guerra Ochoa se anotó al proceso para la candidatura, quiere decir que cuenta con toda la venia de Rocha, pues la secretaria de las Mujeres no se arriesgaría a tener una ambición política propia, sin el consentimiento de su jefe.

Pero Juan de Dios, qué duda cabe, está dentro de las querencias del gobernador, por lo que la señal es que si el acuerdo nacional termina dando Culiacán para mujer, será Tere, pero si recae en hombre, será Juan de Dios. Es decir, la alcaldía queda en un rochista de hueso colorado.

Que si las encuestas favorecen o no favorecen, esa será otra cosa, aquí lo que determinará el destino del género de esta candidatura, serán los acomodos desde el nacional.

¿Y Merary Villegas? Bueno, Merary no quiere soltar nada, pues hasta ahorita es diputada federal, dirigente de Morena y aspira también a la candidatura por Culiacán. Ah, raza, ningún hueso quiere soltar, aunque en el caso de la dirigencia lo tendrá que hacer, pues no podrá ser juez y parte. Tiene hasta este miércoles para pedir licencia a la presidencia del partido.

La pugna Rocha-Cuén se mantiene presente, rodea los ámbitos de la vida pública y de vez en cuando emergen a la luz, como el pasado lunes 4 de diciembre de semanera, cuando el gobernador contó el encuentro que sostuvo con quien considera el cacique de la Universidad Autónoma de Sinaloa.

En pocas palabras, Rocha afirmó que Héctor Cuén lo había buscado para negociar un acuerdo que le dé salida al tema judicial de las autoridades universitarias, en especial el caso de su hijo Héctor Cuén Díaz.

Pero no transitó, según el gobernador, porque el líder del PAS en realidad no ofreció nada, ni moverle al tema de que su partido deje de controlar la UAS, ni menos de aclarar el tema de los millones de pesos en compras, el principal tema que se dirime en los juzgados.

De parte de Cuén, también hubo una versión, sólo para aclarar que la reunión no la solicitó él con Rocha, sino que el intermediario fue Enrique Díaz Vega, secretario de Finanzas, a quien se encontró en un aeropuerto días previos a la visita del presidente López Obrador a Culiacán, la cual fue el 14 de noviembre pasado.

Es decir, atendiendo esta versión, el encuentro de Rocha y Cuén ocurrió antes de esa gira y de la movilización de la UAS, pues uno de los pedidos del Ejecutivo era parar la marcha de los universitarios en medio de la visita de AMLO.

En realidad, la versión del gobernador y la del líder pasista coincide en que el encuentro no fructificó, pues el 29 de noviembre los uaseños tomaron el Congreso para que no se realizara el Segundo Informe de Labores, aunque en el evento del sábado 2 de diciembre en la Explanada de Palacio, los universitarios no protestaron, como se esperaba.

Cambio leve de narrativa

Lo que sí es que el lunes 4 de diciembre, luego de se difiriera la enésima audiencia de Jesús Madueña y Robespierre Lizárraga por el caso de presunto abuso de autoridad, la narrativa del aparato oficial de la UAS cambió ligeramente: que el juez y los representantes de la Fiscalía, ya no fueron tan malos como antes.

¿Fue solo un respiro o ya hay cambio de luces para tratar los procesos judiciales? ¿Es conveniente con una campaña presidencial encima avivar los fuegos o es más sensato relegar el pleito a lo que es: un tema particular de tribunales, jueces y abogados?

Desde luego que los tiempos seguirán caminando en los juzgados, como caminan los procesos de amparo, por lo pronto, Morena avanza en su agenda de elegir candidatos.

Culiacán, entre Tere y Juan de Dios

Para muchos no es fácil descifrar el juego del gobernador en el caso de la alcaldía de Culiacán, pues si la doctora Teresa Guerra Ochoa se anotó al proceso para la candidatura, quiere decir que cuenta con toda la venia de Rocha, pues la secretaria de las Mujeres no se arriesgaría a tener una ambición política propia, sin el consentimiento de su jefe.

Pero Juan de Dios, qué duda cabe, está dentro de las querencias del gobernador, por lo que la señal es que si el acuerdo nacional termina dando Culiacán para mujer, será Tere, pero si recae en hombre, será Juan de Dios. Es decir, la alcaldía queda en un rochista de hueso colorado.

Que si las encuestas favorecen o no favorecen, esa será otra cosa, aquí lo que determinará el destino del género de esta candidatura, serán los acomodos desde el nacional.

¿Y Merary Villegas? Bueno, Merary no quiere soltar nada, pues hasta ahorita es diputada federal, dirigente de Morena y aspira también a la candidatura por Culiacán. Ah, raza, ningún hueso quiere soltar, aunque en el caso de la dirigencia lo tendrá que hacer, pues no podrá ser juez y parte. Tiene hasta este miércoles para pedir licencia a la presidencia del partido.